Mucha gente se escandaliza, se agita y acusa de corrupción a Paul Wolfowitz, Presidente del Banco Mundial, porque le aumentó el sueldo en un 15% a su amiguita, funcionaria en el mismo Banco, a algo menos de 200.000 dólares anuales. Mucho menos ruido, o ninguno, se hizo cuando se lo nombró a Wolfowitz para ese […]
Mucha gente se escandaliza, se agita y acusa de corrupción a Paul Wolfowitz, Presidente del Banco Mundial, porque le aumentó el sueldo en un 15% a su amiguita, funcionaria en el mismo Banco, a algo menos de 200.000 dólares anuales.
Mucho menos ruido, o ninguno, se hizo cuando se lo nombró a Wolfowitz para ese cargo, pese a su currículo.
Tampoco casi nadie se agita por el hecho de que el cargo de Director del Banco Mundial le corresponde siempre, como por derecho natural, a un ciudadano de los Estados Unidos, propuesto por el Gobierno de dicho país.
Wolfowitz, hasta que ocupó la Dirección del Banco Mundial en junio de 2005, fue Secretario adjunto de defensa de Estados Unidos y en tal condición fue uno de los artífices de la agresión contre Irak y de la » reconstrucción » de dicho país, caracterizada por multimillonarios proyectos cuestionados por corrupción y mala gestión.
Por ejemplo la empresa Halliburton, la empresa que dirigió Cheney hasta que asumió la vicepresidencia de Estados Unidos y de la que sigue recibiendo un salario de unos 200.000 dólares anuales, adquirió una posición dominante en la «reconstrucción» de Irak. En marzo de 2003, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense encargó a Kellog Brown & Root (KBR), subsidiaria de Halliburton, la reparación de las infraestructuras petroleras iraquíes según las modalidades definidas por Halliburton tres meses antes. Todo ello sin licitación. Halliburton pasó del décimonoveno lugar entre los proveedores de las fuerzas armadas estadounidenses en 2002 al primer lugar en 2003, por un total de 4200 millones de dólares, comprendido el mantenimiento y la alimentación de las tropas de Estados Unidos en el extranjero, negocio que en setiembre de 2004 representaba 8600 millones de dólares, incluyendo sobrefacturaciones, mil millones de gastos «dudosos» y 422 millones de gastos «injustificados», según un informe de la comisión política demócrata del Senado estadounidense. KBR facturaba 20.000 comidas por día y servía 10.000, incluyendo alimentos congelados vencidos después de un año.
» …Prácticamente todos los aspectos del contrato quedaron bajo el control de la oficina del Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Eso me perturbaba», declaró Bunnatine Greenhouse, responsable de la atribución de contratos del Cuerpo de atribución de contratos del Cuerpo de Ingenieros. (Diario Le Monde, Paris 30/06/2005).
Todo esto ocurría cuando Wolfowitz era Subsecretario de Defensa.
Ya como Presidente del Banco Mundial Paul Wolfowitz, además de distribuir puestos entre sus correligionarios del Partido Republicano, se ocupó de recompensar a personas que desde sus cargos gubernamentales en otros países impulsaron fervorosamente la agresión contra Irak, como Ana Palacio, que fue Ministro de Relaciones Exteriores de España durante el Gobierno Aznar y ahora es vicepresidenta del Banco Mundial.
Pero eso no es todo.
Emad Mekay , corresponsal en Washington de Inter Press Service en un artículo difundido el 26 de abril de 2006 (» Corrupción : las pocas nueces del ruidoso Wolfowitz «) : …» Desde que asumió la presidencia del Banco Mundial, Wolfowitz evitó examinar proyectos de la institución en Irak, a pesar de la existencia de numerosos informes sobre fraude en la nación ocupada y dentro de su gobierno, patrocinado por Estados Unidos. Por ejemplo, un préstamo del Banco Mundial por 100 millones de dólares destinado a la construcción de 82 escuelas se resolvió en noviembre pasado sin las debidas diligencias en materia de control de la corrupción. Lo mismo ha sucedido con proyectos en los que el Banco está involucrado, relativos al suministro de agua, los servicios sanitarios, el desarrollo urbano y las emergencias de salud de Irak, al igual que otros de asistencia técnica, los que suman de 500 millones de dólares, según los críticos «.
En el actual escándalo Bush y sus compinches han asumido la defensa de Wolfowitz.
No es de extrañar, pues Wolfowitz forma parte de la Cosa Nostra guerrerista y corrupta domiciliada en la Casa Blanca, que también maneja el Banco Mundial.
Por eso los Gobiernos que quieren realmente luchar contra la delincuencia organizada internacional deberían, entre otras cosas, imitar a Rafael Correa, el presidente de Ecuador, que anunció el 21 de abril que expulsará al emisario del Banco Mundial en Quito y simultáneamente iniciará una acción internacional contra el organismo por haber tratado de chantajearlo con un crédito de cien millones de dólares en 2005.
Y esos mismos Gobiernos deberían, de paso, expulsar al representante del Fondo Monetario Internacional.