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Xenofobia laboral en Gran Bretaña

Fuentes: La Jornada

Con el lema «trabajos británicos para trabajadores británicos», miles de empleados de empresas energéticas de Gran Bretaña e Irlanda del Norte se unieron en un movimiento de paros sorpresivos escalonados, conocidos como «wildcat strikes», en protesta por la contratación de trabajadores italianos y portugueses en la construcción de una refinería en Lincolnshire, Inglaterra, propiedad de […]

Con el lema «trabajos británicos para trabajadores británicos», miles de empleados de empresas energéticas de Gran Bretaña e Irlanda del Norte se unieron en un movimiento de paros sorpresivos escalonados, conocidos como «wildcat strikes», en protesta por la contratación de trabajadores italianos y portugueses en la construcción de una refinería en Lincolnshire, Inglaterra, propiedad de la petrolera francesa Total.

Los paros, que duraron de cuatro a cinco horas, sucedieron en momentos en que las informaciones sobre recortes laborales aparecen casi a diario en la prensa británica, que ha reportado la pérdida de 84 mil empleos en el país desde que surgieron las primeras señales de la crisis financiera mundial, en octubre pasado; esto incluyó el cierre de las últimas tiendas Woolworth, que tenían una nómina de 27 mil trabajadores.

Durante el paro en 17 refinerías, plantas de generación de electricidad y laboratorios químicos, los trabajadores reclamaron al primer ministro Gordon Brown, militante del Partido Laborista, que cumpla la promesa que hizo hace 16 meses de proteger «la oferta de trabajo británica para los trabajadores británicos».

La refinería es construida por la firma italiana IREM, que trajo a un centenar de trabajadores italianos y portugueses que se alojan en galerones y pretende traer a 300 más. La compañía basa su operación en normas laborales de la Unión Europea, que da derecho a los ciudadanos de los 27 países miembros a trabajar donde haya plazas disponibles.