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¿Y cómo les va a los ricos?

Fuentes: Rebelión

Entre todas la interesante información que ofrece Susan George en su libro El Informe Lugano II, Deusto, 2013, llama la atención la evolución de las fortunas de los denominados HNWI (high net worth individuals) o «individuos de alto valor neto». Se trata de las personas de todo el mundo que poseen un mínimo de un […]

Entre todas la interesante información que ofrece Susan George en su libro El Informe Lugano II, Deusto, 2013, llama la atención la evolución de las fortunas de los denominados HNWI (high net worth individuals) o «individuos de alto valor neto». Se trata de las personas de todo el mundo que poseen un mínimo de un millón de dólares en líquido. No vale si el dinero está en viviendas, terrenos, coches, yates, joyas u obras de arte; debe ser contante y sonante listo para gastarse. También están los UHNWI (ultra-high net worth individiduals) o «individuos de valor neto ultraalto», que son los que tienen liquidez como mínimo de 35 millones de dólares. Pues bien, el Bank of America Merrill Lynch y el gabinete asesor Cap Gemini publican conjuntamente unos informes sobre el número de personas que cumplen las condiciones para pertenecer a esos grupos y sus preferencias de inversión.

Como era de esperar, la debacle financiera tuvo sus efectos en el número de HNWI, los que tienen un mínimo de un millón de dólares. De modo que en 2007 eran 10 millones de personas con una fortuna total de 40,7 billones de dólares, y un año después eran un 15% menos con una fortuna conjunta un 20% menor. A los superricos UHNWI, los de más de 35 millones, les fue peor, de 2007 a 2008 disminuyeron un 25% y su fortuna un 24%.

Se trataba de una evolución que parecía lógica y hasta deseable. Si los países ricos estaban atravesando una grave crisis financiera debería estar bien que los más ricos la sufrieran de forma más directa en lugar de los más humildes. Si los Estados estaban destinando dinero público de las prestaciones sociales a salvar a los bancos, más razón había para que se destinara dinero del gasto de los millonarios. Pero el susto de los ricos duró muy poco. En 2009, los HNWI se recuperaban, eran un 17% más y volvían a ser diez millones, y su capital aumentaba un 19% para llegar de nuevo a los 40 billones de antes de la crisis. Y no solamente eso, en 2010 seguían aumentando el número de ricos y su dinero. Llegaron a los once millones con 42,7 billones listos para gastar.

Veamos lo que pasó con los superricos del grupo UHNWI. Solían ser un 1% de los anteriores, aunque con un tercio de la fortuna total del grupo. Sólo dos años después del inicio de la crisis, en 2010, su número aumentó un 10% y su fortuna un 11,5%. De modo que acumularon más del 36% de toda la fortuna de los habitantes más ricos del planeta, 15,4 billones. Ahí tenemos a una elite de poco más de 100.000 tipos con una fortuna media de 150 millones de dólares por persona, no de patrimonio, sino líquido, en el bolsillo para gastar al día siguiente en el supermercado. Y mientras los pobres se disparan, los recortes aumentan, las prestaciones sociales desaparecen porque el dinero público se destinan a los bancos y los gobernantes dicen que ahora «debemos apretarnos el cinturón porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades», esta banda, que parece que no vivió por encima de sus posibilidades cada vez está siendo más rica.

Pascual Serrano es periodista. Su último libro es » La comunicación jibarizada. Cómo la tecnología ha cambiado nuestras mentes» .

Www.pascualserrano.net

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.