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Yo nunca me reí de Río

Fuentes: Rebelión

La candidatura de Río de Janeiro consiguió la sede de los Juegos de 2016, que se celebrarán, por primera vez, en un país de Latinoamérica. A pesar de que para nadie es un secreto que los juegos perdieron hace tiempo el llamado «espíritu olímpico» orientado a considerar y valorar el deporte como un ejemplo de […]

La candidatura de Río de Janeiro consiguió la sede de los Juegos de 2016, que se celebrarán, por primera vez, en un país de Latinoamérica. A pesar de que para nadie es un secreto que los juegos perdieron hace tiempo el llamado «espíritu olímpico» orientado a considerar y valorar el deporte como un ejemplo de superación humana (concepto que ha sido reemplazado por la confrontación política y el negocio), me alegra que se vayan a celebrar en un país del Tercer Mundo.

La concesión de la sede a Río, significa el triunfo de la humildad contra la soberbia y prepotencia del periodismo deportivo (y no deportivo) español, así como del impresentable presidente del Comité Olímpico Español que, desde el primer día descalificaron la candidatura brasileña, citando problemas de inseguridad, violencia e incluso hasta de falta de infraestructura sanitaria, sin considerar que la violencia, por desgracia, no es exclusividad de nadie, ni de que aquí, la sanidad pública se está desmoronando a pasos agigantados. España se aproxima a los cinco millones de desempleados, y esta gente- como si viviéramos en el Jardín del Edén- han estado pugnando por traerse una Olimpiada que sólo iba a beneficiar el bolsillo oligarca de un país que está al borde de la bancarrota.

La actitud soberbia del «somos los mejores» provoca que si las cosas salen mal, se caiga en el más completo ridículo, y lo que es peor: aviva el despecho; por tanto es posible que durante un tiempo, los mercachifles que vendieron la piel del oso antes de cazarlo, continúen mostrando su desprecio y xenofobia racista hacia el país de la samba. Allá ellos, pero como yo nunca me reí de Río ni del Tercer Mundo, aprovecho para manifestar públicamente mi simpatía por Brasil, y mi repulsa contra los alienantes medios de información españoles y su entorno político formado por chambelanes, reyes, presidentes y demás pelagatos.

Dijo, entre otras cosas, el Barón Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos modernos, que las olimpiadas son símbolos de una civilización entera, que superan países y ciudades. Que tomen nota estos españolistas de bata de cola.

http://jmalvarezblog.blogspot.com/

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.