Una investigación del Ministerio Público del Trabajo (MPT) reveló que talleres de costura localizados en ciudades del centro oeste del estado de San Pablo son palco de explotación del trabajo. Los trabajadores reciben menos que el básico del gremio y son sometidos a condiciones degradantes de trabajo, principalmente en materia de seguridad. El procurador del […]
Una investigación del Ministerio Público del Trabajo (MPT) reveló que talleres de costura localizados en ciudades del centro oeste del estado de San Pablo son palco de explotación del trabajo. Los trabajadores reciben menos que el básico del gremio y son sometidos a condiciones degradantes de trabajo, principalmente en materia de seguridad.
El procurador del MPT del municipio de Bauru, Luiz Enrique, explica que la mayoría de los trabajadores son mujeres que vienen de la zona rural o inmigrantes. Él da ejemplos de cómo se da la degradación en esos talleres.
«En esas confecciones no se cumple, sistemáticamente, las normas de seguridad, medicina e higiene del trabajo. Las normas de seguridad evitan que el trabajador pierda la audición, se quede sordo, pierda la mano, y evitan que el trabajador trabaje con posturas incorrectas que pueden causar una enfermedad ocupacional. Son normas de protección a la vida.»
Según el Ministerio, esos talleres son subcontratados por grandes empresas localizadas en San Pablo, y que suministran sus productos para grandes marcas como la Zoomp y Cavalera, y también para grandes redes de tiendas como la C&A. Según el procurador, esas empresas pueden ser consideradas corresponsables por el crimen.
«La legislación laboral prevé una cadena de responsabilidades. O sea, si el empleador mercerizado no paga el salario o no cumple con las normas de seguridad para su empleado, aquella empresa o marca que tercerizó o licenció esa actividad figura como solidariamente responsable por las obligaciones laborales o sociales.»