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11 desaciertos del plan económico de Noboa para Ecuador y una «yapa»

Fuentes: Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG)

Cada 4 años, la democracia tiene su momento restaurante. Cada candidato presenta el menú de propuestas electorales para que el ciudadano elija en función de sus gustos, de la confianza que le inspira el restaurante y de sus antecedentes históricos. Los restaurantes antiguos no tienen el glamour que inspira confianza a nuevos clientes, pero tienen historia. Los nuevos ofrecen glamour para compensar la falta de antecedentes y tentar clientes con la fachada. Con estos muchas veces sucede el fiasco, porque el glamour es sólo cascarón vacío, para captar desprevenidos. En la democracia actual, plagada de fallos de información y sesgos de confirmación por la interacción fecunda entre redes sociales y medios de desinformación masiva, predominan estos restaurantes, con mucha cáscara, poca historia y sin contenido.

En este artículo analizamos el menú del candidato Daniel Noboa.

1. Ausencia de propuestas específicas o detalladas

El plan económico presentado al CNE no muestra ninguna propuesta de política específica. No encontramos ni una sola propuesta acompañando generalidades, frases hechas, metas y expresiones de buenas intenciones que constituyen todo el contenido.

A modo de ejemplos. En la sección donde trata el sector Turismo propone dos programas y el segundo textualmente dice: “Promocionar la reforma a la Ley de Turismo”, es decir, en lugar de proponer una ley o su reforma, propone “promocionar” una reforma de la que, además, no dice absolutamente nada. La Constitución le otorga a la Función Ejecutiva la atribución de “participar con iniciativa legislativa en el proceso de formación de las leyes” (art. 17 inc.11), por lo que el presidente no tendría ningún problema en comprometerse a reformar la Ley de Turismo en lugar de promocionar la reforma. Bajo el título “Lucha contra los paraísos fiscales”, el Plan económico presenta lo que afirma es un “plan de 5 puntos” de 1 párrafo cada uno. Uno de ellos se titula “Mejora de la transparencia fiscal” y dice: “La transparencia es un factor crucial en la lucha contra los paraísos fiscales. Implementar políticas y legislación que exijan a las empresas a revelar más información sobre sus operaciones financieras, incluyendo los ingresos, beneficios, impuestos pagados, y las subsidiarias que poseen en otros países.” La primera oración es una valoración y la segunda una promesa de que va a “implementar políticas” que, además, son obligaciones que ya existen en todas las legislaciones tributarias del planeta. Es decir, esta propuesta promete implementar una política, sin decir cuál es. Si se tratara de un restaurante, es igual a que el menú diga: “la proteína es importante en la alimentación humana. Implementaremos un plato con carnes, incluyendo proteína”, es decir, no nos dice nada del plato y nos ilustra sobre una obviedad. La sección titulada Emprendimiento Juvenil es, con diferencia, la mejor detallada del “Plan” de Noboa. Contiene 8 propuestas de 1 o 2 oraciones cada una y, por ejemplo, en la propuesta 2, sobre Incubadoras, dice “Impulsaremos la creación de incubadoras y aceleradoras de negocios que brinden a los jóvenes emprendedores acceso a espacios de trabajo compartidos, recursos, formación y redes de contactos empresariales”. Con el mismo formato que el primer ejemplo, aquí no hay compromiso ni plan, porque “impulsar” la creación de incubadoras no es igual a asumir el compromiso de crear y no se brinda ningún detalle sobre cuantas incubadoras, en cuales ciudades se instalarán ni cuantos recursos invertirán.

2. No hay compromisos cuantitativos

En todo el Plan presentado a la ciudadanía, solo existe 1 compromiso cuantitativo. Es decir, un solo compromiso del que se podría rendir cuentas porque esté medido en miles o millones de dólares o en un incremento porcentual. Se trata del compromiso a “Mejorar en el corto plazo las capacidades tecnológicas y de personal, para incrementar la producción del país en al menos un 20 % más de los resultados alcanzados en el último semestre” correspondiente a la sección “Sector hidrocarburífero”. Un plan sin detalles, ni programas, ni compromisos, no es un plan sobre el cuál piensen rendirse cuentas. 

3. Ausencia de realismo

El Plan destaca el problema del empleo del Ecuador desde la primera página del Eje Económico del Plan: “La reducción de las tasas de desempleo es un objetivo esencial para el gobierno del Ecuador.”

Sin embargo, en la página 39 del mismo texto afirma que la tasa de desempleo es del 3,8 % y viene en descenso. De hecho, está entre las tasas de desempleo más bajas del mundo, porque cuando no existen redes de protección social, el desempleo no es una alternativa sino un lujo, y todos los que no consiguen empleos formales deben recurrir a formas informales de trabajo. Es por esto que el problema de Ecuador, no es el desempleo sobre el que hace hincapié el Plan económico de Noboa, sino la informalidad, que deprime los salarios, las pretensiones de los trabajadores y su capacidad de organización para exigir mejores salarios. 

Por otro lado, la lógica de priorizar el problema del desempleo en Ecuador, que en la realidad es bajo, quizás se deba a que, como no es un problema, pues será un objetivo que podrá cumplirse.

Aunque esta falta de puntería para detectar el problema tiene su explicación. No es sorprendente que el Plan económico esquive el problema de la informalidad porque la informalidad es una fuente muy rentable de beneficios para las empresas ya que deprime los salarios y otras exigencias laborales. Veamos lo que dicen los estudios al respecto del trabajo en el sector bananero ecuatoriano donde concentra sus actividades el grupo corporativo de la familia Noboa: “La mayoría de los trabajadores son enganchados a través de intermediarios por una semana o máximo 15 días, pero, de hecho, hay una alta movilidad de los trabajadores entre las diversas plantaciones del sector. Ni siquiera las grandes plantaciones como las de Álvaro Noboa establecen relaciones más permanentes con sus trabajadores, es decir, una relación salarial formal…”.[1] En definitiva, al menos resulta coherente que el Plan económico de Noboa desatienda el problema de la informalidad tanto como las prácticas empresariales de la corporación familiar, aunque es un problema de interés personal del candidato que no coincide con el interés nacional.

4. Indolencia, desinterés o incompetencia

Si bien entendemos que un error de forma no es un error analítico, la lectura del Plan permite detectar numerosos errores en la redacción que son indicativos de carencias más graves. Un análisis forense seguramente afirmaría que fue escrito bajo el apremio de quien está más forzado a cumplir un requisito que a mostrarle a la sociedad sus propuestas. Las numerosas fallas gramaticales, como “La agricultura en el Ecuador representar un papel relevante…”, “los y las agricultores” u ortográficas como “encuetros”, “tcenologias” y “emplo”, son errores que demuestran el desinterés en revelar a la sociedad las propuestas que moviliza el candidato. La contribución analítica de este punto no es el error en sí, sino lo que podría indicar: interés en no revelar el Plan auténtico. 

5. Fusiones y adquisiciones

Una sección intrigante del Plan económico de Noboa es la que se titula Fusiones y adquisiciones (FyA). La sección menciona que las FyA son relevantes “para el crecimiento y la expansión de las empresas” y, por otro lado, que pueden generar “concentración de mercado, pérdida de empleos y otros problemas”. Es habitual que este tópico siempre sea tratado por los candidatos políticos desde el punto de vista del interés público, es decir, de los potenciales daños a los consumidores que puede generar la concentración, como el monopolio, la inflación y los abusos del poder de mercado. Es por eso que llama la atención que Noboa presente el tema desde el otro ángulo, preocupado en primer lugar por fomentar las FyA argumentando que permiten a las “empresas alcanzar economías de escala, diversificar sus operaciones, acceder a nuevas tecnologías o mercados, y mejorar su eficiencia y competitividad”. Es preocupante que ponga los dos aspectos en forma equidistante, como si al público le diera igual el perjuicio a su bolsillo que el impacto sobre el bolsillo de los empresarios que generan las FyA. Además, si tenemos en cuenta que el aspecto expansivo y de rentabilidad de las FyA son algo que compete a los empresarios privados, nos preguntamos en qué aspecto de las FyA tendría que entrometerse el Gobierno, ¿no será que se trata de privatizar las empresas públicas a través del mecanismo de FyA bajo el argumento de mejorar su competitividad y eficiencia?

6. Invención del agua tibia o alejamiento de la realidad

En algunas secciones el plan propone instituciones o funciones ya existentes. Por ejemplo, en la sección Fortalecimiento del sistema crediticio, propone la “creación de un fondo de garantía de crédito”, a pesar de que ya existe la institución que se llama Fondo Nacional de Garantías. En la sección Auditoria de la Deuda Pública hace una propuesta tan original que se trata básicamente de seguir el ejemplo de la auditoria implementado por Rafael Correa y de aplicar el artículo 289 de la Constitución,[2] pero que, además, en el segundo ítem dice: “Implementación de normas de transparencia: para que una auditoría sea efectiva, es esencial que haya transparencia en la contratación y gestión de la deuda pública” y que “debería incluir detalles sobre la cantidad de deuda, los términos de los contratos de deuda…” que son normas básicas inherentes a la función de auditoria acá y en la China. Una parte de los contenidos del Plan de Noboa inventa el agua tibia.

7. Pensamiento mágico

La lectura del Plan nos permite afirmar que deposita grandes expectativas en las Alianzas Público-Privadas (APP) y en la Inversión Extranjera Directa (IED), a las que trata como políticas multipropósito. Las APP van a utilizarse: para lograr “una economía sustentable” (p.11), para “mejorar la productividad, la competitividad y la calidad de los productos ecuatorianos”, “para ampliar los mercados de exportación” (p.14), para que “impulsen la educación técnica y vocacional” (p.25), para “impulsar mejoras en las vías de transporte y en el acceso a los servicios esenciales necesarios para el desarrollo turístico” (p.44), para “atraer inversionistas que nos permitan implementar un plan de mejoramiento y modernización de las Refinerías de Esmeraldas, Shushufindi y la Libertad” (p.71). Con respecto a las inversiones extranjeras, el Plan las convoca en 10 oportunidades: para “impulsar el crecimiento económico […]”, para “proporcionar capital, crear empleo, facilitar la transferencia de habilidades y tecnología, estimular la competencia y ayudar a diversificar la economía” (p.6), para “diversificar la economía y reducir la dependencia del petróleo” (p.7), para “generar empleo y mejorar la economía”, para “aportar capital, conocimientos técnicos, y acceso a mercados internacionales” (p.37), para “reducir la tasa de desempleo” (p.39), para “fomentar la expansión de las empresas locales a través de FyA” y para algo incomprensible en el punto 4 de la sección Sector Hidrocarburífero (p.71).

Es decir, el Plan económico del Gobierno depende en gran medida de decisiones que no están bajo su control, y como hemos visto en muchos lados y como lo prueba la literatura especializada, tanto las alianzas público-privadas, como la inversión extranjera directa, y en especial si las APP se apoyan en las empresas extranjeras, estas políticas pueden ser muy contraproducentes para el desarrollo nacional, porque existe abundante evidencia de los efectos negativos de la IED y las APP.

Tanto la APP como la IED podrían hacer contribuciones positivas al desarrollo, pero dependen del diseño de los instrumentos, por ejemplo, delimitando en qué sectores se aplicarán.  Lamentablemente no puede hacerse una evaluación de este diseño porque no hay ningún detalle sobre el particular en todo el Plan económico.[3] Así las cosas, para que el Plan económico de Noboa funcione, habrá que rezarle a la “lluvia” de inversiones y APP, a las que siempre se podrá invocar con una buena plegaria o incentivo fiscal, o, en caso de que no llueva, conjurar echándole la culpa a algún motivo fuera de control.

8. Mucho incentivo y poco recaudo tributario

La herramienta que más va a utilizar el Plan económico de Noboa son los incentivos fiscales. Se mencionan en 32 oportunidades, a un promedio de una vez por hoja. Los incentivos tributarios se van a utilizar con las “empresas locales dispuestas a contratar a migrantes” (p.31), para “atraer IED” (p.38), para que “estimulen la inversión productiva y la creación de empleos” (p.38), para “promover la inversión en sectores estratégicos” (p.40), para “atraer la inversión” (p.42), para “la inversión turística”, para “las inversiones en sectores productivos y de alta tecnología, como la industria 4.0, las energías renovables y la economía circular” (p.52), para los “sectores estratégicos de la economía que puedan generar crecimiento económico, empleo y desarrollo sostenible” (p56), para “fomentar la sostenibilidad y la protección del medio ambiente” y para “empresas que adopten prácticas sostenibles o inviertan en energías renovables”(p.57), para “promover la responsabilidad corporativa” y para “empresas que adopten prácticas de buena gobernanza fiscal y eviten el uso de paraísos fiscales”(p.59), para “empresas que adopten prácticas de empleo justas, protejan el medio ambiente, y contribuyan al desarrollo comunitario” (p.59), para “Empresas jóvenes”. Es posible que otros sectores, como la educación y la minería reciban este tipo de incentivos porque el Plan económico menciona que otorgará incentivos, pero no especifica cuales (p.26 y p.70). En definitiva, el Plan económico de Noboa abusa de la herramienta de los incentivos tributarios, que son una termita que corroe los ingresos tributarios, caracterizados por generar situaciones de injusticia, además de ser inefectivos para atraer inversiones en contextos donde la infraestructura es inadecuada, hay inestabilidad macroeconómica y política, instituciones y mercados vulnerables y falta de acceso al crédito.[4]

9. Confianza en la autorregulación bancaria

El Plan dice que se promoverá la competencia en el sector bancario porque “un sector bancario competitivo puede ayudar a reducir las tasas de interés al forzar a los bancos a competir por los clientes” y se compromete a “implementar políticas que fomenten la competencia en el sector bancario, como la reducción de las barreras de entrada para los nuevos bancos y la promoción de la banca en línea y móvil”. No parece una propuesta contundente para cambiar las reglas del juego. Lo cierto es que los Gobiernos de corte neoliberal y promotores de la competencia, como los de Lenín Moreno, Guillermo Lasso y muchos otros previos a Rafael Correa, no consiguieron aumentar la competencia ni disminuir los costos financieros. Sólo la banca pública con Correa le puso un contendiente serio a la banca privada. El sistema bancario ecuatoriano se destaca por ubicarse entre los más concentrados de América Latina (5 bancos concentran el 84 % del activo)[5] y por gozar de una rentabilidad extraordinaria, en especial si la comparamos con otros sectores de la economía ecuatoriana o con la banca europea y norteamericana. Por último, tenemos que insistir en que, si algo caracteriza al sector bancario, en todo el mundo, es su alta concentración y escasa competitividad, más aún en países con mercados pequeños. En parte se debe a que el capital tiende a concentrarse para aumentar su rentabilidad y seguridad, y en parte se debe a que el capital financiero demasiado desconcentrado se traduciría en dificultades en la regulación, aumentos de riesgos y de los costos financieros unitarios. Es por eso, que la estrategia para enfrentar la falta de competencia en el sector bancario consiste en todos lados en una buena regulación que contenga los efectos nocivos que genera el poder de mercado del sector financiero, que redistribuya una mayor porción de sus beneficios y dirija el crédito a las necesidades de desarrollo nacional.

10. Ni plurianualidad ni vicepresidencia

Si bien el título del programa económico es “Plan de trabajo plurianual para Presidente y Vicepresidente de la República del Ecuador”, no existe en todo el Plan ninguna referencia a cómo será el desarrollo anual del Plan, es decir, al calendario de acciones a implementar ni tampoco especifica ningún detalle sobre las tareas que serán competencia del presidente. Si no se distingue el desarrollo anual de las acciones de gobierno ni las atribuciones distintivas para la Vicepresidencia, no tiene sentido titular el Plan de esa forma con esa distinción que confunde al lector. 

11. Seguridad social sustentable gracias a la mayores contribuciones y edad jubilatoria

En la sección “Reforma del Sistema de Jubilación”, para mejorar la sostenibilidad del sistema de pensiones se propone que “puede incluir medidas como ajustar la edad de jubilación y las contribuciones de los trabajadores”. Para ahorrarle el trabajo a los lectores desprevenidos, la expresión “puede incluir” significa, en realidad, que incluirá, como siempre sucede cuando el poder económico o su representante está en el ejercicio del poder. De hecho, esta es una de las propuestas más explícitas del Plan de Noboa, que revela el carácter antibienestar del gobierno que llevaría adelante.   

La expresión “puede” oculta la verdadera intención, como lo hizo Noboa también en el debate presidencial.[6] Cuando le preguntaron sobre el fortalecimiento de la seguridad social respondió que la solución era “teniendo más aportantes, generando empleo… necesitamos competitividad, bajar costos, atraer IED, tener seguridad. Al subir número de aportantes con empleo, no va a haber déficit.” Es decir, no mencionó la intención de aumentar la edad de retiro y sus contribuciones que revelan en el Plan. Sin embargo, las declaraciones de la candidata a la vicepresidencia,[7] nos muestran que la intención va en contra de los trabajadores y propone incluso privatizar el sistema, algo que no ha redundado en el bienestar de los trabajadores de ingresos medios y bajos en ningún lugar de Latinoamérica.

La «yapa»: El auténtico plan económico de Noboa

Debido a los pocos detalles y propuestas concretas explicitadas en el Plan económico, es indispensable complementarlo y contrastarlo con las declaraciones de los candidatos a presidente y vicepresidente durante la campaña. Estas declaraciones permiten conocer el Plan económico auténtico de Noboa, del que seguramente iremos aprendiendo más detalles a medida que avance la campaña y aumenten las apuestas electorales para tentar a los clientes. A continuación, mostramos algunos detalles que permiten conocer mejor los lineamientos principales del Plan económico auténtico.

Rol económico del Estado

En el plan de gobierno dice textualmente: “La inversión estatal en los sectores sociales, como la educación, la salud y el bienestar social, es fundamental para el desarrollo equitativo y sostenible de cualquier nación”. Sin embargo, la candidata a vicepresidenta parece sostener que el Gobierno debe limitarse a impartir seguridad, justicia y obras de infraestructura pública.

Ver: https://www.tiktok.com/@plumaec/video/7272431066739166469.

Salarios

En el plan traza que se deben asegurar niveles salariales dignos y se presentan cuatro puntos para lograrlo, entre ellos, dice textualmente: “Actualizar regularmente el salario mínimo para reflejar el costo de vida y las condiciones económicas.”  Sin embargo, en entrevistas, el candidato sostiene que Ecuador es de los 3 países de América Latina con más alto sueldo y que eso genera problema de competitividad. 

Ver: https://twitter.com/AlmaMiaEcu/status/1697301951812141066?t=Cdblu1iwzxbizHyFGQpGVw&s=08=.

Educación

La preocupación y participación del Estado en el acceso y calidad educativa aparece a lo largo del Plan. Plantea varios programas y acciones con el objetivo de “eliminar barreras físicas, sociales, culturales, religiosas y económicas, promoviendo la igualdad de oportunidades y la convivencia pacífica en las aulas de aprendizaje.”

A partir del discurso de la candidata a la Vicepresidencia, se desprende que esto plantea lograrlo a través de la privatización y desregulación de la educación. Ver: https://twitter.com/fernandoceronv/status/1697027793337389200?t=-qVy74kQl8eq0j7raCfCLQ&s=08


[1] Korovkin, T. (2004) Efectos sociales de la globalización. Petróleo, banano y flores en Ecuador. Ed. Cedyme y Abya-Yala. p. 134. Disponible en: https://digitalrepository.unm.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1415&context=abya_yala

[2] Art. 289.- La contratación de deuda pública en todos los niveles del Estado se regirá por las directrices de la respectiva planificación y presupuesto, y será autorizada por un comité de deuda y financiamiento de acuerdo con la ley, que definirá su conformación y funcionamiento. El Estado promoverá las instancias para que el poder ciudadano vigile y audite el endeudamiento público.

[3] Una abrumadora evidencia muestra que, especialmente cuando la IED se dedica a actividades extractivas en lugar de manufactureras, no contribuye al desarrollo sino a la repatriación de rentas, la desindustrialización, la pérdida de empleos, menor crecimiento y la salida de capitales.

[4] Disponible en: https://www.celag.org/50-anos-incentivos-tributarios-america-latina-mito-realidad/ y

[5] Disponible en: https://www.celag.org/ecuador-la-banca-de-guillermo-lasso/:

[6] Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=XRn-mVriqxU

[7] Disponible en:  https://twitter.com/AlmaMiaEcu/status/1697301951812141066?t=Cdblu1iwzxbizHyFGQpGVw&s=08

Fuente: https://www.celag.org/11-desaciertos-del-plan-economico-de-noboa-para-ecuador-y-1-yapa/?fbclid=IwAR31_-NcF3xAv7k2RmanyFOxiSVdtmVnWdTn0-sd_PHCUUVZgqYF-NyTNVM_aem_AQYetb_6OE6VNmAOh8e5kAPCk5Y2-JzUNOM4oPeOqz9cY39nkE656BtKvXO5QDH6iD8&mibextid=Zxz2cZ