En este artículo el autor analiza la evolución de las preferencias electorales de cara al 30 de octubre en esta última recta de campaña presidencial.
La campaña presidencial en Brasil se acerca a su final, entre tantas emociones en los últimos meses. Entre el cansancio de las personas –y de los propios candidatos– y la expectativa, quedan las últimas concentraciones en las regiones donde consideran que pueden lograr nuevos apoyos.
Según las encuestas, solamente entre el 6% y el 8% están todavía indecisos. Los dos candidatos ya son ampliamente conocidos por la gente. Tienen carreras políticas de varias décadas, ya han sido, ambos, presidentes de Brasil.
La primera encuesta confiable después del debate entre los dos candidatos a la presidencia de Brasil presentó a Lula con 50%, Bolsonaro con 43% de intención de votos. De los votos validos, 54% a 46% a favor de Lula, una diferencia de 8 puntos. Bolsonaro tiene el 46% de rechazo, Lula el 41%.
El sondeo de Datafolha conocido este miércoles recorta esa distancia a cuatro puntos porcentuales. Lula reúne 52% de los eventuales sufragios válidos contra 48% del presidente ultraderechista después de que su ventaja fuera de 53% a 47% en la encuesta publicada por la misma firma hace una semana.
Las concentraciones de Lula son claramente más masivas que las de Bolsonaro. Los bolsonaristas caracterizan su actuación por las declaraciones más exacerbadas que se han conocido en Brasil.
Damares Alves, elegida senadora por Brasil, dijo que supuestamente existen mafias de tráfico de personas y abuso sexual de bebés y niños en la isla de Marajó, en el estado de Pará. Como no tenía pruebas, dijo finalmente que lo había oído por la calle.
Como si no bastara con eso, el mismo Bolsonaro hizo declaraciones sobre el encuentro con chicas venezolanas, revelando actitudes plenamente caracterizadas como de pedofilia. Bolsonaro termina así su campaña en una situación difícil.
Las últimas encuestas ya confirmaban el favotirismo de Lula, con diferencias de entre 4 y 8 puntos. Lo que los lulistas esperan es, no solo que esas encuestas se confirmen, sino que el conteo no se dé de la forma que en la primera vuelta. En aquel momento, por el orden de los lugares del escrutinio, Bolsonaro salió adelante, generando grandes ansiedades, hasta que Lula lo superó hasta el final.
Bolsonaro se muestra especialmente descontrolado en sus comportamientos y actitudes, conforme se acerca el día de las elecciones. Lula se muestra cansado físicamente, porque él no deja de hacer grandes concentraciones, en varias ciudades de Brasil. Aun así, las concentraciones seguirán hasta la víspera de las elecciones.
Lula se empeña especialmente en la candidatura de Fernando Haddad al gobierno del estado de Sao Paulo, el segundo cargo político en importancia en Brasil. Haddad pierde, hasta ahora, frente a un candidato bolsonarista, pero la distancia entre ellos disminuye.
Serán días muy intensos y llenos de emociones hasta el 30 de octubre, un día después de que dos equipos brasileños –Flamengo y Athletico Paranaense-, disputen, en Ecuador, la final de la Copa Libertadores. Para ponerle más emoción a este final de mes.
Los mismos candidatos han aparecido cansados en el antepenúltimo debate televisado.
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