Ya se unieron todos los ingredientes de una nueva e importante crisis financiera internacional. Los dirigentes de los bancos centraleslo saben y también los dirigentes de instituciones como el FMI, la OCDE Y el Banco de Pagos Internacional (BPI). Por consiguiente, la prensa especializada le está dedicando numerosos artículos. Uno de los factores que dirigen […]
Ya se unieron todos los ingredientes de una nueva e importante crisis financiera internacional. Los dirigentes de los bancos centraleslo saben y también los dirigentes de instituciones como el FMI, la OCDE Y el Banco de Pagos Internacional (BPI). Por consiguiente, la prensa especializada le está dedicando numerosos artículos. Uno de los factores que dirigen la economíahacia una nueva crisis internacional de gran envergadura, es la enorme acumulación de deudas de las grandes empresasprivadas y la utilización que se hace de las mismas.
Sin embargo, los gobiernos de las principales economías del planeta habían prometido restablecer una disciplina financiera que respetara el interés general y evitara nuevas crisis de efectos dolorosos para la población. A fin de defender este sistema capitalista que asqueaba a una mayoría de la opinión pública, multiplicaron la palabrería sobre medidas fuertes destinadas a reformar el sistema para darle un «rostro humano», pero por supuesto sin que esto cambiara nada en absoluto en la práctica. En realidad, la política que los gobiernos y los dirigentes de los bancos centrales han llevado a cabo ha cuidado y favorecido a los intereses del gran capital, en particular los de las grandes sociedades financieras. Ninguna medida estricta ha obligado seriamente a los capitalistas a poner freno a la toma de riesgos, a reducir la especulación , a invertir en la producción.
Las crisis forman parte del metabolismo del sistema capitalista pero todas no son iguales. En el presente artículo, no se trata de recordar las causas generales de las crisis capitalistas. Se trata aquí de diagnosticar factores que conducen ciertamente a una nueva crisis de gran amplitud.
Cuando estalle, los gobiernos, los dirigentes de los bancos centrales y la prensa dominante aparentarán sorpresa, como cada vez que ocurre.