La decisión del gobierno mundial de capital de apoderarse de los recursos naturales del planeta, vía la acumulación por desposesión, como fórmula para redireccionear la alicaída tasa de ganancia, ha vuelto a reeditar, la guerra fría, fenómeno histórico que se creía desaparecido una vez concretado el apagón del Socialismo Real. Desde finales de la centuria […]
La decisión del gobierno mundial de capital de apoderarse de los recursos naturales del planeta, vía la acumulación por desposesión, como fórmula para redireccionear la alicaída tasa de ganancia, ha vuelto a reeditar, la guerra fría, fenómeno histórico que se creía desaparecido una vez concretado el apagón del Socialismo Real. Desde finales de la centuria pasada el imperialismo occidental ha instrumentalizado a la OTAN como su herramienta fundamental para recolonizar todos aquellos territorios ricos en materias primas. Frente a esta embestida del capital occidental, tanto Rusia como China en un primer momento miraron para otro lado, cuando esta política se llevó a cabo en Irak y Libia. Sin embargo, en la medida que la economía china fue alcanzando tasas de crecimiento astronómicamente altas y la federación rusa se recomponía en lo interno, el viejo concepto del LEBENSRAUM (espacio vital), creado por los intelectuales del nacismo alemán, brotó en todo su extensión, pues, el capital chino como el ruso también son imperialista y necesitan recursos naturales, sobre todo, los recursos petroleros de todo el orbe. De esta manera, la aspiración yanqui de establecer un mundo unipolar hegemonizado por los Estados Unidos se topó con dos poderosos contrincantes, decididos a no darle tregua en la consecución de las riquezas naturales y mercados para sus excedentes exportables. Así, la vieja contradicción interimperialistas que llevó a la humanidad del siglo XX, a sufrir lo horrores de dos guerras mundiales se encuentra rediviva en el Medio Oriente.
El enfrentamiento entre los países de la OTAN y el bloque euroasiático tiene la particularidad de que Rusia y su presidente Putin, emerge como la gran contrincante militar de occidente, quedando China en la trastienda, pero horadando económicamente el imperio del dólar. Sin embargo, desde que Rusia tomó la decisión de intervenir militarmente en Siria, para enfrentar el terror del Ejército Islámico y sostener al presidente Bashar al-Asad, el dirigente Putin se ha anotado una serie de éxitos o puntadas en lo político, geopolíticas y económicas que lo encumbran como el máximo líder del acontecer político mundial en los días que corren. Hasta el presente las más descollantes puntadas del líder ruso obtenidas con su intervención militar en Siria son las siguientes:
1.- Trazarle una raya a la OTAN e indicarle a USA que Rusia va por una recomposición geopolítica del Oriente Medio. Su omisión en el caso Libia quedó atrás.
2.- Probar su armamento militar de última generación y mostrar su poder de fuego a las mentes guerreristas de occidente.
3.- Desenmascarar la hipocresía de USA en su lucha contra el terrorismo y mostrarla como gran aliada y fomentadora del terrorismo mundial. Ahora está claro nunca que AL QAEDA y el ISIS fueron creaciones de occidente para desestabilizar gobierno nacionalista o progresistas.
4.- Arrancarle a USA las banderas del antiterrorismo y de los derechos humanos que venían siendo utilizadas por el imperio como excusa para recolonizar el planeta.
5.- Demostrarle al mundo que el Ejército Islámico piratea el petróleo de los territorios invadidos y se lo vende a occidente a precio de gallina flaca: 20 dólares por barril. De esta manera Putin emerge como el protector de la OPEP.
6.- La recuperación de los precios petroleros más el encumbramiento del yuan y por ende, de la economía china, determinará una prolongación de la crisis del capital occidental y fracturas profundas dentro del bloque de la OTAN. La Unión Europea también comienza a hacerle carantoñas al bloque euroasiático, liderizado por Putin y el mandatario chino.
7.- Indicarle a los BRICS que su colaboración económica puede evolucionar hacia una entente militar, como escudo frente a la voracidad imperial de occidente.
8.- Dada la gran dependencia de Europa Occidental de los hidrocarburos rusos, es indiscutible que la protección de Putin a la producción petrolera del Medio Oriente, vía la eliminación del ISIS, redundará en una mejoría de los precios petroleros, profundizará la dependencia occidental del petróleo ruso y beneficiará los ingresos rentísticos de la federación rusa.
9.- El apoyo militar a Siria también ha servido para que los aliados eternos de USA en el Medio Oriente (petromonarquìas), vean en Putin un apoyo frente a los desmanes del ISIS. Por Moscú ha empezado el peregrinaje de cancilleres de estas petromonarquìas.
10.- La política antiterrorista y el apoyo a la estabilización de los gobiernos legítimamente constituidos del Medio Oriente, ha acercado a Putin a las posiciones políticas del otro gran líder del momento actual: el papa Francisco. Estos dos personajes son los verdaderos pesos pesados de la política mundial.
11.- Por último, Putin ha dejado en claro con su intervención en Siria, que las relaciones entre naciones deben seguir rigiéndose por el derecho internacional, cuestión que estaba en entredicho por las invasiones ilegales del imperialismo yanqui, cuando éste puso a un lado los organismos multilaterales, en la resolución de controversias entre estados. Los falsos positivos de los países de la OTAN para invadir países díscolos con el imperio, resultan ahora más evidentes que nunca.
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