La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador CONAIE rechaza la inminente aprobación de la Ley de Tierras y Territorios Ancestrales porque beneficia al agronegocio y no resuelve el problema del latifundio ni promueve la reconstitución de los territorios. El proyecto de Ley enviado por la Comisión de Soberanía Alimentaria para su segundo debate en el […]
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador CONAIE rechaza la inminente aprobación de la Ley de Tierras y Territorios Ancestrales porque beneficia al agronegocio y no resuelve el problema del latifundio ni promueve la reconstitución de los territorios.
El proyecto de Ley enviado por la Comisión de Soberanía Alimentaria para su segundo debate en el pleno el próximo jueves 17 de diciembre de 2015, no incorpora las propuestas presentadas por la CONAIE a la Asamblea Nacional en el marco de la Cumbre de los Pueblos el pasado marzo, ignorando lo que serían los criterios mínimos para considerar ésta una ley capaz de transformar el campo ecuatoriano.
Por el contrario, el análisis del texto del Proyecto de Ley demuestra que éste ignora adrede el problema estructural del latifundio y la concentración de la tierra, al obviar definir ambos conceptos y en consecuencia no genera ningún instrumento real para democratizar la estructura agraria. Más aun, promueve el mercado de tierras a precios de mercado, lo que hace imposible el acceso a la tierra de los pequeños campesinos. Es decir, no cambia nada.
En segundo lugar, si bien demagógicamente toma el nombre de Ley de Tierras y Territorios Ancestrales, esta Ley no genera ningún instrumento ni promueve la reconstitución de los territorios ancestrales, ni mecanismos para la garantía de derechos colectivos, ni contempla la dimensión político cultural de la tierra, careciendo del necesario carácter plurinacional que una legislación agraria debe tener.
Además, este proyecto de Ley profundiza la concentración y burocratización del Estado al crear la Autoridad Agraria Nacional que se constituye como Autoridad Única de la Tierra al no generar ningún mecanismo efectivo de participación en la toma de decisiones< y reproduce el fracaso de las instituciones como el INDA, el MAGAP y la Secretaría de Tierras, pues deja en manos de la tecnocracia agraria el desarrollo de planes y proyectos, la generación de información y la elaboración de los criterios para medir la productividad. Se evidencia que este proyecto es una pieza más del paquetazo agrario que busca generar condiciones para un mayor control del Estado sobre el agua, la tierra, las semillas y los mercados, para ponerlos al servicio de la expansión del agronegocio bajo el argumento de cambiar la matriz productiva, frente a la supuesta «inviabilidad» de las unidades campesinas que proclama Correa. Una enmienda constitucional que legalice la ya comprobada presencia de transgénicos en el campo ecuatoriano sería el paso siguiente. Ratificamos nuestros compromiso con la construcción de la soberanía alimentaria como un proceso de reconstrucción de los sistemas agroalimentarios y los territorios, para la producción de alimentos sanos y accesibles para las clases populares, que exige una verdadera reforma agraria integral que pague la deuda agraria, no leyes demagógicas legitimadas por los beneficiarios del paternalismo estatal.
Por el consejo de gobierno,
Jorge Herrera. Presidente CONAIE