En el póker quien ejecuta un bluff trata de hacer creer a sus oponentes que tiene la jugada ganadora, con el fin de acobardarlos, aunque en realidad no tenga nada entre manos. PSOE y Ciudadanos acaban de suscribir un acuerdo de gobierno que no parece que tenga ningún viso de prosperar, pero tiene mucho de […]
En el póker quien ejecuta un bluff trata de hacer creer a sus oponentes que tiene la jugada ganadora, con el fin de acobardarlos, aunque en realidad no tenga nada entre manos.
PSOE y Ciudadanos acaban de suscribir un acuerdo de gobierno que no parece que tenga ningún viso de prosperar, pero tiene mucho de bluff. El segundo y cuarto partido político tras las elecciones parlamentarias de España se han unido para conformar un pacto «reformista y de Progreso», pero juntos alcanzan 130 al sumar los 90 de PSOE y 40 de Ciudadanos. Los números están muy lejos de los 176 diputados que constituye la mayoría absoluta que se requiere en la primera votación de la investidura y difícil que constituyan votos suficientes para que haya más síes que noes, escenario en segunda votación.
El PP, que tiene 122 diputados, sin duda va a votar en contra de la candidatura de Pedro Sánchez como presidente del gobierno el día de la investidura porque el acuerdo significa dinamitar sus cuatro años de gobierno. De hecho, el acuerdo plantea la derogación de las leyes más controvertidas sacadas adelante en el anterior gobierno, como fue la reforma laboral, la ley de educación y la llamada Ley Mordaza, que restringía considerablemente la libertad de expresión.
Para Podemos, con 69 diputados y tercera fuerza en el Parlamento español, el pacto significa acabar con una alianza de las fuerzas de izquierda y un gobierno real de cambio. Desde un principio había advertido este partido de la imposibilidad de formar gobierno con Ciudadanos por la incompatibilidad de los programas de ambas formaciones. Sin embargo, el PSOE para tratar de poner a Podemos contra las cuerdas le ha retado a denunciar cuáles son las medidas acordadas con Ciudadanos que puedan ser consideradas de derechas.
Las fuerzas nacionalistas vascas y catalanas, también votarán en contra, al ser Ciudadanos y el programa al que se ha llegado con el PSOE centralistas y no contemplar ni remotamente la posibilidad de llevar a cabo un referéndum en las regiones históricas para su autodeterminación y mayor reivindicación en Madrid.
Entonces si no tiene ninguna posibilidad de prosperar el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos ¿A que responde el bluff? Ambas formaciones quieren demostrar que pueden gobernar y que son una alternativa real de gobierno. PSOE necesita neutralizar a Podemos antes de que esta nueva formación le dé el sorpasso y acabe fagocitada como le pasó al PASOK griego con SIRYZA. Ciudadanos también quiere neutralizar a Podemos por arrebatarle el tercer puesto cuando las apuestas les reservaban ese puesto a ellos y al mismo tiempo seguir arañando votos al PP.
Por lo tanto, podríamos considerar que el brindis al sol de PSOE y Ciudadanos ya se puede considerar en clave electoral el primer movimiento de posiciones de cara a la cada vez más cercana repetición de las elecciones generales españolas en junio.
* Fernando Casado es profesor del Instituto de Altos Estudios Nacionales de Ecuador, IAEN
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