La respuesta la da ya un alto exfuncionario de la misma en una nota reciente: «[…] Hay varias razones para el fin del sueño que fue Enfarma: presiones de la industria farmacéutica ecuatoriana y de las multinacionales, las falencias administrativas propias de la empresa y la falta de voluntad política de ciertas instituciones públicas […]» […]
La respuesta la da ya un alto exfuncionario de la misma en una nota reciente: «[…] Hay varias razones para el fin del sueño que fue Enfarma: presiones de la industria farmacéutica ecuatoriana y de las multinacionales, las falencias administrativas propias de la empresa y la falta de voluntad política de ciertas instituciones públicas […]» [1] es decir, los males de «La larga y triste noche neoliberal» se repiten con tal fuerza en la «década ganada» que son capaces de tumbar iniciativas que van en beneficio de la Salud Pública. ¿No habíamos recuperado la Patria? ¿Qué pasó con la rectoría del sector?
Sobre el tema se ha dicho mucho desde que fue anunciada esta decisión, consideramos que es necesario ahondar el debate.
Escarbando en los documentos oficiales encontramos que desde su inicio no se entendió su verdadero sentido. En el Decreto Ejecutivo No. 181, emitido el 21 de diciembre de 2009, mediante el cual se crea la Empresa, nunca se nombra que su fin guarde relación con la Salud Pública, más allá de enunciar que promoverá el uso de medicamentos genéricos, no se dice que deberá cubrir la brecha de medicamentos que hacen falta al Sistema de Salud. Tan es así que su directorio inicial estuvo conformado por el Ministro de Industrias y Productividad quien lo presidía, el Secretario Nacional de Planificación y el Ministro Coordinador de la Política Económica en representación del Presidente de la República. Recién en 2011 mediante el Decreto Ejecutivo 674 se incorpora al Ministerio de Salud en el Directorio.
Culpar a la «idiosincrasia ecuatoriana» porque «[…] Consumimos más medicamentos per cápita que muchos de los países vecinos, además, nuestro país es campeón mundial en el consumo de medicamentos de marca (en lugar de usar genéricos) […]» [2] es un desacierto que revela un profundo desconocimiento de «Salud Pública» y de «Política Pública»: en un mercado complejo como el farmacéutico, en el que, entre otras características, quien prescribe no paga y quien paga no escoge, es obligación del estado su regulación. ¿Qué tienen que decir ARCSA o el Ministerio de Salud sobre tan sesudo análisis? Me parece que además están escupiendo al cielo, porque según el Decreto fundacional, también era competencia de ENFARMA la promoción del uso de medicamentos genéricos.
Pero más allá de asistir al melodrama de lo que pudo haber sido y no fue, los ecuatorianos esperamos (exigimos) respuestas, pero respuestas concretas, reales, no evasiones que culpabilicen a otros, no más lavado de manos, por favor.
¿Por qué no se abasteció al Sistema de Salud de medicamentos de difícil acceso, como por ejemplo morfina para cuidados paliativos?
¿No se pensó en que algunos medicamentos que constan en las Guías del Ministerio de Salud para evitar la muerte materna, al no existir en el País, deberían ser garantizados por la Empresa Pública de Fármacos?
¿Por qué no se dio prioridad en las compras a medicamentos para enfermedades olvidadas?
¿Por qué solicitar licencias obligatorias para certolizumab y sunitinib, si hay en el cuadro básico infliximab y etanercept? Al tratarse de patologías que afectan a segmentos muy pequeños de la población, en el caso de que de forma justificada fuesen necesarios, existe el mecanismo para garantizar su acceso.
Si es cierto lo que afirma el exgerente de Investigación y Desarrollo[3], ¿Dónde están los funcionarios sancionados por permitir que se llegue a liquidar ENFARMA? ¿Qué se hizo con la industria farmacéutica que presionó? Nombres, por favor, no lugares comunes. Y si no es verdad lo que afirma, ¿Qué ha hecho la SUPERCOM para verificar el dato y actuar como corresponde?
Cuando desapareció el Instituto Izquieta Pérez, según el Decreto Ejecutivo 1290 del 30 de agosto de 2012, la competencia de producción de biológicos, incluida la elaboración de suero antiofídico, debía pasar a manos de ENFARMA cuando esta «[…] cuente con la capacidad tecnológica para el efecto […]» luego de casi 4 años, seguimos sin tener producción propia de suero antiofídico y debemos importarlo. Alguien debe dar la cara por esto.
Hay que aclarar que la «[…] estocada neoliberal a una empresa que surgió con fines sociales […]» [4] al colocar al frente del directorio al titular del Ministerio de Industrias y Productividad (Mipro) en recambio por el del Ministerio de Salud Pública, lo único que hace es volver a la propuesta inicial, en la que Salud no fue tomado en cuenta. En este sentido, es más llamativo el Decreto Ejecutivo 900 de febrero de 2016 que prohíbe a ENFARMA importar fármacos… ¿Por qué guardaron silencio?
¿Qué tiene que decir Yachay? Ahí se proyectó la construcción de un enorme complejo de 5 plantas que para 2016 ya debía estar produciendo antibióticos, como lo reseña la revista vistazo en su edición de junio de 2016. Más aun cuando el Delegado del Presidente de la República al directorio de ENFARMA era justamente el Gerente Técnico de dicha Universidad[5].
Es cierto, la liquidación de ENFARMA es un duro golpe para quienes creíamos en que es posible alcanzar la soberanía en la política de medicamentos; pero también es la constatación de la debilidad de las estructuras políticas; es, también, otra prueba del doble estándar de quienes gobiernan, que por un lado se jactan de logros inexistentes y por el otro permiten la destrucción de este y otros sueños.
[1] La liquidación de un sueño llamado Enfarma EP. Disponible en: http://gkillcity.com/articulos/el-mirador-politico/la-liquidacion-sueno-llamado-enfarma-ep
[2] IDEM
[3] IDEM
[4] IDEM
[5] Decreto Ejecutivo No 1167 del 17 de mayo de 2012 disponible en: http://www.derechoecuador.com/productos/producto/catalogo/registros-oficiales/2012/junio/code/20298/registro-oficial-no-716-lunes-04-de-junio-del-2012#1167
El autor pertenece a ALAMES (Asociación Latinoamericana de Medicina Social).