Dos noticias vinculadas a Venezuela asoman hoy en los medios de prensa. Por un lado, la exitosa celebración de la XVII Cumbre de los Países No Alineados , que tiene lugar en la Isla Margarita, con la asistencia de la plana mayor del gobierno bolivariano; y, por otro, el documento presentado por tres mandatarios, que […]
Dos noticias vinculadas a Venezuela asoman hoy en los medios de prensa. Por un lado, la exitosa celebración de la XVII Cumbre de los Países No Alineados , que tiene lugar en la Isla Margarita, con la asistencia de la plana mayor del gobierno bolivariano; y, por otro, el documento presentado por tres mandatarios, que cuestionan la presidencia «pro témpore» de Caracas, proponiendo, en cambio una dirección rotativa del MERCOSUR que involucre a los firmantes: Argentina, Paraguay Brasil.
Mientras en la Cumbre del NO-AL Nicolás Maduro recibe el apoyo creciente y la solidaridad activa de pueblos y gobiernos de los cinco continentes; los ocasiónales gobernantes de tres países de la región se toman la libertad de cuestionar a la Patria de Bolívar, usando los argumentos de la «contra», que opera en el interior del país.
Esto, no debiera sorprender a nadie por cuanto, en efecto, hoy Macri, Cartes y Temer asoman como los alfiles de Imperio en la estrategia por acosar a la administración del Palacio de Miraflores. Y es que, luego de derribar a Dilma Rousseff, en Brasilia; el próximo objetivo del Imperio, es Venezuela.
El MERCOSUR está siendo utilizado por EE.UU. a través de sus principales aliados en la región, como un instrumento para revertir los avances de integración en el área, y caminar hacia la reposición del «modelo» neo liberal en esta parte de América. Para lograrlo, expulsar a Venezuela del Mercado Común del Sur, constituye la prioridad más inmediata.
Desde su llegada al gobierno argentino, en noviembre pasado, Mauricio Macri ha sostenido una postura abiertamente hostil hacia Venezuela, y ligada directamente a los intereses de Washington. Desde el inicio de su gestión, Macri advirtió que «haría todo lo posible» para separar a Venezuela del MERCOSUR. Como se advierte, persiste en el intento.
La visita de Barack Obama , en el mes de marzo, y la de John Kerry -el Secretario de Estado USA- en agosto, evidencia la importancia estratégica que para la Casa Blanca representa el mandatario argentino de hoy.
Como es conocido, durante la visita de Kerry a Buenos Aires, quedó asignada la ayuda, por parte de Estados Unidos al gobierno de Macri con una asignación de 15 millones de dólares para una supuesta «lucha contra el terrorismo», señuelo que la administración yanqui usa también en otros países del mundo.
En realidad, EE.UU bien podría estar brindando esa «amable cooperación», como una manera de blindar financieramente a Macri en aras de amortiguar el impacto que está teniendo la aplicación descarnada de su política Neo Liberal, y revertir la significativa caída de su muy efímera «popularidad».
Kerry, durante su estancia en Rio de la Plata, no mencionó para nada los «Pánama Pappers «, operativo de desclasificación de la reservada información financiera que lanzó Estados Unidos, y con la cual salieron a relucir los «compromisos» de Macri y su familia con las empresas Off Shore , y por los cuales están siendo investigados.
Con el silencio de Kerry, Estados Unidos dio un «espaldarazo» a Macri, mostrando, al mismo tiempo un inusitado interés por la investigación de supuestas actos de corrupción en «los años del Kichnerismo».
Como parte de estas complicidades, el actual titular de la Casa Rosada ha devenido en una de las piezas claves de Washington para gestar desde el sur, el «golpe suave» contra Maduro.
Como parte de esta estrategia, Macri ha orientado la búsqueda de aliados en el área, a través de sus embajadas, procurando alcanzar consenso a fin de lograr «apoyo» a una «condena a Venezuela» por la supuesta «violación de los derechos humanos», en paralelo a la Cumbre de NO-AL, lo que armoniza con las recientes acciones que impulsa con Brasil y Paraguay en el MERCOSUR, y con las presiones descaradas que ejerce sobre Uruguay, para sumarlo al esfuerzo desestabilizador.
Siendo tan sólo «Observador» en la cumbre de NO-AL, Macri busca afanosamente que algún otro país, lo acompañe en la iniciativa para darle «mayor fuerza».
La estrategia de la derecha regional con Macri al frente, es restarle papel a la Venezuela Bolivariana, y debilitarla, tanto en el plano de su política interna, como internacional.
La declaración promovida el pasado 14 de septiembre por esta curiosa » Triple Alianza» -Argentina, Paraguay y Brasil- contra Venezuela no hace sino corroborar los planes de estos gobiernos, bajo el ala del Imperio. Habrá que ver, finalmente, si Macri y sus ocasionales cómplices, logra su propósito en una Cumbre cuyo propósito anunciado es aportar a la paz .
Adicionalmente, hay que advertir que con ésta acción, la Casa Rosada le hace un flaco favor a su Canciller, y aliada política Susana Malcorra , quien aspira postular a la Secretaría General de Naciones Unidas.
Debe advertirse, sin embargo, que en la estrategia del Imperio, las acciones de Macri no son sino pasos del Imperio en el empeño por hacer «girar» el continente para colocarlo enteramente a su servicio. (fin)
(*) Gustavo Espinoza M. pertenece al Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera / http://nuestrabandera.lamula.p