Siempre es bueno hacer algo de historia. Recordemos que nuestra derecha política fue la causante en última instancia del mayor trauma que ha sufrido la Nación, nos referimos a la mutilación territorial provocada por la invasión peruana (julio/1941) durante el gobierno del liberal Carlos Alberto Arroyo del Río, que antes de ser presidente, fue abogado […]
Siempre es bueno hacer algo de historia. Recordemos que nuestra derecha política fue la causante en última instancia del mayor trauma que ha sufrido la Nación, nos referimos a la mutilación territorial provocada por la invasión peruana (julio/1941) durante el gobierno del liberal Carlos Alberto Arroyo del Río, que antes de ser presidente, fue abogado de empresas petroleras estadounidenses.
Recordemos que nuestro país padecía una endémica inestabilidad política en mucho provocada por la pugna entre liberales y conservadores, que finalmente afectó a la organización y capacidades de las FF.AA, lo que se manifestó en el desastre militar del 41 y la claudicación diplomática posterior; Protocolo de Río de Janeiro suscrito por el conservador Julio Tobar Donoso.
Esa derrota militar y diplomática fue el antecedente directo que llevó a un ejército nacionalista, en ese momento desligado del control de las oligarquías, a establecer una alianza con sectores populares y llevar a cabo la insurrección cívico-militar que derrocó a Arroyo del Río en el hecho que pasó a la historia como la Gloriosa. Fue el capitán Sergio Girón del Grupo de Artillería Villamil en Guayaquil el que iniciaría la rebelión en mayo de 1944 atacando al Cuerpo de Carabineros, símbolo de la represión y del instrumento que Arroyo del Río prefirió fortalecer para sostener su gobierno.
En esa época los militares tomaron conciencia de que era necesario abandonar la política a la que culparon de su derrota militar con mucha razón. Otra historia es si la política de derecha facilitó esa vocación militar, los hechos demuestran que no, los políticos de la derecha no facilitaron que las FF.AA se institucionalicen, y decimos la derecha política ya que han sido sus diferentes membretes políticos los únicos que han gobernado el país antes del presente gobierno, la excepción fueron las dictaduras militares y en especial la de Rodríguez Lara que llevó a cabo un serio proceso de fortalecimiento de las FF.AA.
No vamos a topar otros aspectos del proceso alrededor de la Gloriosa, no es el objeto de este editorial. Lo concreto es resaltar que la rebelión se propuso sacar del gobierno a Arroyo del Río, vengar en el marco de la política interna la derrota en la guerra del 41 y desaparecer al Cuerpo de Carabineros. Y sobre todo destacar como lección aprendida, que los militares de esa época comprendieron que debían lograr mayores niveles de desarrollo institucional para poder cumplir su misión. Esto finalmente se reflejó en las demás crisis que se produjeron con el vecino peruano, nunca más fuimos humillados en la forma como sucedió en el 41.
Ahora, los supuestos defensores del ISSFA, -militares en retiro que militan en partidos de la derecha- comulgan con las organizaciones empresariales neoliberales que plantean la disminución de varios tipos de impuestos que derivaría en concreto en su particular acumulación de riqueza, afectando los ingresos estatales con los cuales el Estado financia los aportes a la seguridad social, incluyendo al ISSFA e ISSPOL, con los cuales el Estado cubre los sueldos de la Fuerza Pública, con los cuales el Estado atiende los servicios públicos, etcétera.
Algunos militares en retiro ahora transformados en políticos de derecha, entran en clara contradicción e incoherencia con su supuesta defensa del ISSFA ya que sus tiendas políticas proponen una política tributaria que en la práctica asfixiaría no solo al ISSFA sino el presupuesto de todo lo relacionado con defensa nacional. La memoria es frágil, recordemos que fueron los gobiernos neoliberales los que indujeron el debilitamiento de la capacidad operacional de las FF.AA (y de los servicios públicos en general) luego de la victoria en el Cenepa, justamente por esa ideología tributaria que les caracteriza.
Las FF.AA. no deben permitir el ingreso de la politiquería en sus filas, no deben descuidar su misión y al perecer lo están haciendo; después de la victoria del Cenepa han caído en una especie de acomodamiento riesgoso cuando el escenario internacional nos puede traer sorpresas o eventos raros fuera de las actuales probabilidades observables en este momento.
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