La Procuraduría Electoral sugirió al Tribunal Superior Electoral la separación del cargo del mandatario, cuyo juzgamiento fue convocado para la semana próxima. Se habla de financiamiento ilegal de su campaña.
La fórmula integrada por Dilma Rousseff y Michel Temer, vencedora de los comicios de 2014, fue acusada de «abuso de poder político económico», por lo cual la ex presidenta puede perder sus derechos políticos por ocho años y Temer ser apartado automáticamente, y reemplazado por el jefe de Diputados, Rodrigo Maia, según el escrito del subprocurador Nicolao Dino, publicado ayer por Estado de Sao Paulo, pese al secreto del sumario.
Alarmado ante el riesgo de ser obligado a dejar el gobierno, el ocupante del Palacio del Planalto se reunió con asesores junto a quienes esbozó una «estrategia para arrastrar» el proceso a través de medidas dilatorias, escribió Folha de Sao Paulo.
Se sabe que parte del Tribunal Superior Electoral podría facilitar esas operaciones para impedir una pronta condena y dilatar los tiempos. Pero el Planalto enfrentará otro problema ya que que el ministro instructor del caso, Herman Benjamin, al parece también pedirá a sus colegas en el Plenario que el mandatario sea desplazado.
Guerra de sucesión
La pregunta escrita arriba ¿Temer cae?, bien se podría reemplazar por esta otra: ¿Habrá un golpe dentro del golpe a partir del juzgamiento?
Llegado a la presidencia de forma anómala, al presidente le restan pocos fundamentos de poder para permanecer en el cargo. Su popularidad del 14% en mayo de 2016 se redujo al 10% el mes pasado y la tendencia es que siga deshidratándose. Las clases medias movilizadas por la prensa para derrocar a Dilma «y acabar con el gobierno más corrupto de la historia», ahora parecen estar están espantadas al comprobar que el Palacio del Planalto alberga a una gavilla especializada en estafar al Estado.
Ya cayeron seis ministros por corrupción y hay otros en el patíbulo, la mayoría del PMDB. Nueve de los 28 ministros actualmente en funciones constan en la lista de Lava Jato que se encuentra en poder de un ministro del Supremo Tribunal Federal y hace dos semanas surgió el sospechoso número diez: el titular de Justicia Osmar Serraglio, envuelto en el escándalo de la venta de carnes podridas.
Por eso el domingo pasado los grupos neocons, incluso algunos defensores del retorno de las Fuerzas Armadas, reunieron sólo 10 mil personas en Sao Paulo, después de haber convocado cientos de miles en varias marchas realizadas el año pasado y en 2015.
Con el activismo golpista vaciado y sus agitadores más interesados en viajar a Miami que en movilizarse, reapareció la protesta desde abajo, que tuvo su momento más importante hace tres semanas cuando Luiz Inácio Lula da Silva reunió unas 200 mil personas, o más, también en la principal arteria de Sao Paulo, la Avenida Paulista.
Son cada vez más frecuentas lo actos políticos por la salida de Temer y el llamado a elecciones democráticas (directas) y las marchas contra las reformas previsional y laboral, lo que entonó a la dirigencia sindical para comenzar a trabajar con vistas a una huelga general.
Viendo cómo se le achican los márgenes de gestión Temer administra con la urgencia propia de quien está con los días contados: aprobó la tercerización laboral reciclando un proyecto de 1998 porque su base de apoyo parlamentaria comienza a debilitarse, privatizó 3 aeropuertos por subasta sin exigir ni siquiera un cronograma de inversiones a los grupos extranjeros que se los quedaron y entregó, sin siquiera llamado a concurso, grandes yacimientos petroleros a compañías multinacionales que desplazaron a Petrobras.
Ayer habló en un evento del Bank of America Merrill Lynch, en el que fue su tercer encuentro con banqueros e inversores norteamericanos en los últimos diez días. Además habló con Donald Trump, que lo saludó pero no lo invitó a que lo visite en la Casa Blanca.
Temer sobrevive a fuerza de ceder al capital financiero y grupos extranjeros, a los que advierte que su caída será la antesala del caos. Ese fue el lenguaje empleado por su abogado defensor Gustavo Guedes cuando lo consultaron sobre el tema. Guedes recomendó a los miembros del Tribunal que antes de emitir un fallo recuerden que la salida del gobernante puede desatar turbulencia en la Bolsa de Valores y dar paso a la inestabilidad económica.
Es posible que apoyado en esa dinámica, que combina privatizaciones-legislación regresiva-represión social, Temer logre llegar hasta el fin del mandato el 31 de diciembre de 2018. Como también es plausible considerar que sus socios lo abandonen si comprueban que es incapaz de asegurar el régimen posdemocrático e impedir elecciones directas.
Uno de esos socios que pudiera saltar del barco golpista si comienza a zozobrar es el presidente es el titular del Tribunal Superior Electoral, Gilmar Mendes, quien sorprendió al convocar al Plenario de esa corte para el martes próximo, cuando todos esperaban que la sesión fuera en mayo o junio.
Ocurre que Gilmar Mendes es un abierto candidato presidencial en eventuales elecciones indirectas, en las que también se cita como presunto postulante a Nelson Jobim, ex miembro de Supremo Tribunal Federal y ministro de Defensa. Hay un tercero, pero más desgastado aspirante: el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, quien después de fogonear el golpe ahora sueña volver al gobierno por asalto.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/28685-temer-contra-las-cuerdas