Lenín Moreno, presidente de la república, presentó el plan «Toda una vida» y habló sobre combate a la corrupción
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, intervino, este miércoles, en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, Estados Unidos. Su discurso, en el tema de política exterior, se centró en condenar el bloque estadounidense a Cuba y rechazó el intervencionismo militar internacional en países del mundo. Asimismo, presentó el plan ecuatoriano «Toda una Vida» y habló sobre el combate a la corrupción, la pobreza y la desigualdad.
«Hoy la humanidad entera tiene un deber moral y ético, no permitiremos que mujeres y niñas sean maltratadas, no más femicidio, ni una menos», comentó el mandatario.
«Lo cierto es que heredamos de los pueblos originarios la noción de un mundo centrado en el ser humano y su relación con la naturaleza», destacó el Jefe de Estado.
«Mis hermanos indígenas me enseñaron que nacemos para ser felices, con esta premisa debemos actuar», sostuvo y reconoció que la humanidad está en un momento difícil al enfrentar crisis mundial y efectos del cambio climático.
«Vamos camino a la destrucción, esto nos demuestra que como humanidad estamos fallando», mencionó.
Informó de que Ecuador suscribirá el tratado de prohibición de armas nucleares e hizo un llamado a que se unan más naciones a este instrumento internacional.
«¿Cómo es posible que los recursos que pueden ser destinados a financiar el cumplimiento del objetivo de desarrollo sostenible, sean desperdiciados en el absurdo de la guerra?», indicó.
En cuanto al bloqueo a Cuba el mandatario señaló: «Si continuamos con guerras y bloqueos a Estados y pueblos, como el bloqueo al hermano pueblo de Cuba, jamás podremos alcanzar una verdadera libertad y democracia».
Insistió en que se respete la soberanía de los estados y la no injerencia, «llamamos al diálogo como mecanismo para resolver las diferencias en todas las regiones del mundo, respetando el derecho internacional».
«El militarismo no es la respuesta», dijo, al tiempo de respaldar las conversaciones de ELN y Colombia en Ecuador.
«Tenemos otro gran desafío: la alarmante desigualdad en el mundo», citó, al tiempo de manifestar que es inadmisible que ocho personas posean la misma riqueza que la mitad más pobre de la humanidad, «un camino para enfrentar la desigualdad de manera urgente es tomar medidas fiscales justas».
«Debemos combatir la evasión y elusión fiscal», acotó. Asimismo comentó que la utilización de paraísos fiscales ha servido para ocultar la corrupción en el ámbito público y en el privado: «Si queremos combatir la corrupción debemos fomentar la cultura de la transparencia».
Mirando la devastación causada por los fenómenos climáticos de las últimas semanas, expresó su solidaridad con los países afectados.
«Debemos cuidar nuestra casa común, asegurar la sobrevivencia del planeta. La explotación sin límite de la naturaleza nos ha llevado a vivir las consecuencias del cambio climático y somos los países en desarrollo los que pagamos, sin duda alguna, los costos más altos, tenemos responsabilidades comunes, pero diferenciadas, los que más contaminan deben asumir una mayor responsabilidad», indicó.
Se refirió, además, a la crisis migratoria, destacando que Ecuador impulsa la libre movilidad y la ciudadanía universal, según dijo, estos conceptos no deben ser aplicados solo a los capitales y mercancías, sino, sobre todo, al ser humano.
«Apoyamos el pacto global sobre migración que se está discutiendo en esta casa, cerrar las fronteras no es la solución, nunca lo ha sido en la historia de la humanidad», dijo.
Sobre el diálogo nacional convocado en Ecuador, mencionó que con las conversaciones se construyen sociedades de paz.
«Con el diálogo se construye la democracia, que es un camino y a la vez también un fin, la democracia se fortalece generando y promoviendo espacios para que los jóvenes puedan participar en la política, estamos en la obligación de generar nuevos liderazgos para que nos tomen la posta, debemos mantener la defensa de las libertades, entre ellas la de expresión y cultos», acotó.
No queremos sociedades compasivas, alertó, sino solidarias. Para ello, comentó, es fundamental el amor a los demás, honestidad y sentido de comunidad.
«Ante el fracaso del modelo de desarrollo fundado en la acumulación y la desigualdad y la guerra, debemos propiciar una sociedad nueva, basada en la construcción del bien común, todos los países podemos alcanzar el desarrollo con equidad si contamos con un sistema internacional justo y si nos comprometemos con la erradicación de la pobreza y desigualdad», subrayó.