Tomo pie en la documentación de uno de los anexos de la tesis doctoral del profesor Miguel Manzanera sobre Manuel Sacristán («Teoría y práctica. La trayectoria intelectual de Manuel Sacristán» http://www.rebelion.org/docs/120689.pdf), el anexo dedicado a la documentación partidista. Los énfasis del texto son míos, también las notas finales. Conviene recordar esta carta, fechada en Barcelona, […]
Tomo pie en la documentación de uno de los anexos de la tesis doctoral del profesor Miguel Manzanera sobre Manuel Sacristán («Teoría y práctica. La trayectoria intelectual de Manuel Sacristán» http://www.rebelion.org/docs/120689.pdf), el anexo dedicado a la documentación partidista. Los énfasis del texto son míos, también las notas finales.
Conviene recordar esta carta, fechada en Barcelona, 24 de enero de 1966 [1], ahora que Òmniun Cultural [OC], una asociación conservadora profundamente secesionista, se cubre con ropajes de «lucha, libertad y equidad». NO sólo eso. Incomprensiblemente, algunos dirigentes de izquierda hablan deJordi Cuixart, el que fuera presidente de esta organización, como «un referente para Cataluña». ¿Referente un presidente de OC? ¿Para qué Cataluña?
Los días 8 y 9 de enero (sábado y domingo) se han reunido en L’Ametlla del Vallès [2] un grupo de intelectuales catalanes convocados por lo que oficiosamente podríamos denominar el secretariado cultural del Òmnium, bajo el pretexto [3] de estudiar los problemas que plantea la difusión de la cultura catalana [4].
Las reuniones tuvieron lugar en casa de Félix Millet i Maristany [5], con la presencia del mismo y la representación de Banca Catalana (J. Pujol) [6] y Banco Industrial de Cataluña (Carrasco [7]). Los señores Ortínez y Durán Farell que se vieron imposibilitados de estar presentes, mandaron cartas de adhesión y algunos representantes (Sardà y otros). También estuvieron presentes varios industriales catalanes como el Sr. Carulla de Gallina Blanca [8].
La reuniones se extendieron desde el sábado por la mañana hasta el domingo al mediodía, con la interrupción de la noche del sábado que los asistentes fueron a dormir a Barcelona, terminó con un almuerzo de faisán regalado por un industrial catalán que se dedica al «deporte» de su cría [9].
A la hora de los postres y con el euforia el coñac, los asistentes jugaron a «elecciones libres», de forma que depositaron su voto secreto como si se tratara de unos comicios generales. La democracia-cristiana sacó 9 votos, el PSUC 8, Esquerra y Socialistas 4 cada uno, y algún otro partido 1 o 2. Es de notar que las distintas organizaciones fueron denominadas de una forma más o menos vaga, salvo en el caso del PSUC, en el que la elección se hizo sobre siglas concretas. Al conocer los resultados el Sr. Carulla expresó que si esto se ajustaba a la realidad «habría como para tomar el barco e irse a Ginebra» (sic) [10]. La dirección de la reunión y cabezas visibles fueron Josep Benet [11] y Jordi Pujol con Triadú. Inicialmente se presentaban dos ponencias o temas de discusión: 1) Problemas que plantea la difusión de la cultura catalana en el exterior (Castellet [12], C Pellicer, J. Molas, R. Salvat [13]). 2) La difusión de la cultura catalana en Cataluña (J. Benet)
La lista de intelectuales invitados, comprendía en general a lo que podríamos llamar, en el campo de la creación cultural, intelectuales de izquierdas políticamente no comprometidos: J. M. Castellet, Oriol Bohigas, Jordi Carbonell, R. Salvat, J. Molas, S. Espriu [14], C. Pellicer. Todos ellos, habían quedado prácticamente de lado en la dirección y creación del Òmnium Cultural en su primera fase [15].
Parece ser que en general el curso de la discusión aportó poco a nada de nuevo, pero en el curso de la misma se intensificó la aproximación en las relaciones personales, formulándose repetidamente los deseos y las posibilidades que el grupo promotor tenía, en el sentido de favorecer y estimular la creación cultural. Así, aunque sin concretar, se habló de ofrecer puestos de trabajo de medio día y bien remunerados, en empresas que el grupo financiero [16] domina, para aquellos intelectuales que precisasen solucionar su situación económica [17].
Por la mañana del domingo se habló de la necesidad de sacar unas conclusiones que fuesen base para una relación de trabajo futuro, así se llegó a establecer la preparación de un libro sobre historia de la cultura catalana, que el grupo financiero se compromete a publicar incluso en Francia e Inglaterra y que dirigiría J. Molas; también se abrió la posibilidad de ayuda económica para un grupo que integrado por Castellet, Benet, Bohigas, Pellicer y un abogado de Vilafranca, siguiese estudiando los problemas de la difusión de la cultura catalana. Otro grupo (Piñol y Verdura entre los componentes), trataría de los problemas editoriales en relación con esta misma difusión. Por último, se decidió una planificación de las ayudas económicas, que hicieron público que en el momento actual sobrepasa los dos millones [de pesetas] anules, y el estudio de un posible incremento de las recaudaciones destinadas a fines culturales [18].
Parece ser que en principio, el equipo intelectual de izquierdas que calificamos de políticamente independiente, se inclina a aceptar todo ese plan que le ofrece posibilidades de proyectarse en un sentido de profundización cultural bajo un condicionamiento económico favorable, considerando que en principio esto no disminuye su independencia, y que incluso en estos medios se puede hacer una labor seria y positiva . De todos modos parece que no se les escapa el peligro de atomización de movimiento intelectual progresista, que si bien hasta hoy no ha tenido cierta coherencia organizacional, no deja de ser un grupo con una coherencia de base. Asimismo y con todas las afirmaciones expresadas de honestidad, no dejan de reconocer la existencia de un compromiso tácito que puede condicionarles colectivamente a la hora de proceder a la formulación de su política cultural [19].
Todo ello, no obstante, incidiendo sobre un sector sobrecargado de trabajo y con la sensación de frustración de su «función intelectual seria y profunda», hace que frente a la propuesta de emplear energías en una cohesión organizada de intelectuales de izquierdas, que por su condicionamiento económico y político, forzosamente ha de moverse fundamentalmente en un plano más primario en el sentido de crearse sus propios condicionamientos en una primera etapa, esta maniobra de los intelectuales que representan a la burguesía catalana, haga aparecer posiciones de desánimo y aun de fría colaboración y escepticismo, en los representantes de la izquierda. A ello debe añadirse la creencia por parte de este grupo, que el PSUC les ha tenido abandonados [20], en el sentido de haberlos tenido apartados de su diálogo ideológico sin mostrar apoyo entusiasta a aquellas aportaciones culturales no específicamente orgánicas y a los hombres que las han promovido.
Por último es de notar, que en las discusiones de la Ametlla no ha estado invitado ningún intelectual de los conocidamente organizados tanto del PSUC como del MSC [21]. Con referencia a este último se hizo el comentario por parte de Benet de que se había querido invitar a Reventós [22], pero «que no se le había podido encontrar». También se dio a entender que se iba a promover, con el consecuente apoyo económico, una comisión de abogados que estudiase desde un punto de vista legal, la protección del Òmnium y de todo el movimiento cultural que se intenta impulsar [23].
Parece ser que se dio conocimiento de la reunión a Tarradellas [24].
Firmado: Ricardo [25].
Notas:
(1) La fecha, tal como señala Miguel Manzanera, fue puesta por el archivador del PCE pero es posible que la redacción del escrito fuera algo anterior.
(2) En el Vallès oriental, a unos 35 km de Barcelona.
(3) «Excusa» es palabra más que oportuna en aquel contexto.
(4) Sacristán era entonces director clandestino de Nous Horitzons, la revista teórica del PSUC que se publicaba únicamente en catalán. De hecho, algunos artículos de Sacristán se publicaron en la revista entraducción catalana de Vallverdu o Vicens y sólo, años después, se publicaron en castellano. Por ejemplo: «Tres notas sobre la alianza impía».
(5) El padre del actual encausado, el corresponsable del desfalco del Palau de la Música. El dinero es muy malo, decían nuestras madres (y algunos padres).
(6) Jordi Pujol, el presidente de la Generalitat de Catalunya durante más de dos décadas, el gran defraudador y manipulador del Principado, alguien que nos dejará en honores de multitudes y con honores de Estado, fue presidente de Banca Catalana después del fallecimiento de su padre Florenci Pujol, un financiero de turbio currículum.
(7) Raimon Carrasco, hijo del dirigente democristiano asesinado Carrasco I Formiguera, fue, años más tarde, director general de Banca Catalana.
(8) En posiciones secesionistas actualmente
(9) No hace falta destacar el marcado carácter de clase de la reunión. La supuesta «Cataluña oligárquica oprimida» siempre tuvo medios para dotarse de una «vida buena» (una vidorra en terminología más directa).
(10) Obsérvese la clarividencia de clase de la familia Carulla. Siempre han apostado a la opción más suya. Ginebra no sería seguramente una ciudad elegida al azar.
(11) Dirigente democristiano fallecido, Josep Benet sería tiempo después un político antifranquista próximo al PSUC en algunos momentos. De hecho, en los años ochenta, el Partido de los comunistas catalanes presentó una moción de censura contra el entonces presidente Jordi Pujol que, incomprensiblemente, contó con Benet como candidato a la presidencia. En 2008, en carta pública, Josep Benet recomendó el voto en las elecciones legislativas españolas a J. A. Duran i Lleida de Convergencia i Unió.
(12) El escritor, crítico, editor y antólogo J. Mª. Castellet fue, como es sabido, amigo de juventud de Manuel Sacristán. Ambos participaron en la aventura de Laye, «la inolvidable» en palabras del propio Castellet. Pueden verse sus declaraciones sobre el joven Sacristán en los documentales dirigidos por Xavier Juncosa sobre la vida y obra de Sacristán: «Integral Sacristán» (El Viejo Topo, Barcelona, 2006).
(13) Gran y penetrante director teatral y agitador cultural, Ricard Salvat (1934-2009) fue compañero de Sacristán y germanista como él. Pueden verse sus declaraciones sobre Sacristán, unos tres años antes de su fallecimiento, en Integral Sacristán, edi cit, y en las entrevistas depositadas en la Biblioteca de la Facultad de Economía y Empresa de la UB.
(14) Para la correspondencia entre ambos puede verse la documentación depositada en BFEEUB y Salvador López Arnal, Siete historias lógicas y un cuento breve, Barcelona, Ediciones Bellaterra, 2017, prólogo de Luis Vega Reñón.
(15) Por sus posiciones de izquierda, nada que ver con la ideología política de los «conservadores mecenas» que impulsaron el OC.
(16) Es decir, Banca Catalana y Banco Industrial de Cataluña.
(17) Es innecesario señalar que esa práctica se extendió en años posteriores y permitió conseguir muchos adeptos a la causa (posteriormente convergente).
(18) Una cantidad, dos millones de pesetas, nada menor en 1966. El intento de creación de hegemonía político-cultural parece evidente… y sin leer a Gramsci ademas. Sacristán lo estaba traduciendo en aquellos momentos.
(19) Parece evidente la consciencia de los «peligros» de la situación y de las propuestas de los medios financieros burgueses.
(20) Esta fue una de las críticas constantes en aquellos años a la dirección política del PSUC, de la que Sacristán formaba parte en aquellos años. Era miembro del comité ejecutivo.
(21) A Francesc Vallverdú o Josep Fontana, por ejemplo. El MSC refiere al Moviment Socialista de Catalunya, la organización, no muy poblada, que dirigía J. Raventós.
(22) Joan Reventós, el que fuera secretario general del PSC-PSOE y embajador español en París. Tras el fallecimiento de Sacristán escribió un honesto artículo titulado: «Manuel Sacristán: la pasión política de un intelectual» (La Vanguardia, 3 de septiembre de 1985, p. 21).
(23) Son obvios, por tanto, los orígenes burgueses de este «proyecto cultural» ligado al catalanismo conservador (rancio en algunos momentos).
(24) Josep Tarradellas , el presidente de la Generalitat en el exilio y presidente de la Generalitat provisional tras sus acuerdos con Adolfo Suárez
(25) «Ricardo» fue uno de los nombres de guerra, de clandestinidad, del autor de Panfletos y materiales, un profesor universitario que había sido expulsado de la UB un año antes que se ganaba la vida con traducciones e informes editoriales en aquel lejano 1966.