Barcelona, Icaria, 2017, 207 páginas. Prólogo de Maristella Sampa, traducción del alemán de Cordy Thöny. Los autores son conocidos. Alberto Acosta [AA], economista, profesor universitario, ministro de Energía y Minas en un gobierno de Rafael Correa (ahora milita en la izquierda ecuatoriana anticorreísta), fue también presidente de la Asamblea Constituyente de 2007-2008. Ulrich Brand [UB] […]
Barcelona, Icaria, 2017, 207 páginas. Prólogo de Maristella Sampa, traducción del alemán de Cordy Thöny.
Los autores son conocidos. Alberto Acosta [AA], economista, profesor universitario, ministro de Energía y Minas en un gobierno de Rafael Correa (ahora milita en la izquierda ecuatoriana anticorreísta), fue también presidente de la Asamblea Constituyente de 2007-2008. Ulrich Brand [UB] es profesor investigador de la Universidad de Viena, miembro del Consejo Asesor Científico de ATTAC (en Alemania) y de Grupo de Trabajo de Alternativas al Desarrollo de la Fundación Rosa Luxemburg.
La estructura del libro, escrito al alimón, no por partes: prólogo de Maristella Sampa; Introducción: para empezar. Cap. I: Un viejo debate en ciernes. II. Contextos históricos comunes y divergentes. III. Elementos centrales de la perspectiva del decrecimiento. IV. Postextractivismo como concepto nuevo y condición para un Buen Vivir. V. Postextractivismo y decrecimiento: hacia una aproximación compartida. VI. ¿Cómo salir del laberinto? Perspectivas y preguntas abiertas.
Para los lectores muy puestos, tal vez el libro nos les aporte grandes novedades. Pero los capítulos IV y V tienen indudable interés. El VI es tentativo.
La perspectiva de análisis de los autores: la cita del Walter Benjamin de las tesis de la filosofía de la historia resume su mirada (compartida por muchos): «Marx había dicho que las revoluciones son la locomotora de la historia mundial. Pero tal vez las cosas se presentan de manera completamente diferente. Es posible que las revoluciones sean, para la humanidad que viaja, en ese tren, el acto de accionar los frenos de emergencia». En algunos sectores económicos, sin ninguna duda, no en todos. Lo mismo ocurre con los países: decrecimiento en España, Alemania o Estados Unidos, ¿decrecimiento en Palestina o Senegal? Ta vez no, pero decrecimiento considerado globalmente. Los autores son muy conscientes del marco global y de lo que significa el cambio climático,
La idea central del ensayo: exploración de los dos conceptos, decrecimiento (muy presente en discusiones europeas o del «mundo desarrollado») y postextractivismo (también presente en los debates latinoamericanos), que tanto comparten y que tan presentes están en las alternativas ecologistas y socialistas al capitalismo depredador realmente existente. Son dos categorías centrales que pueden ayudarnos a salir con urgencia del laberinto capitalista en su razonable opinión. Nos va la vida y la justicia en ello. Con palabras de los autores: «[nuestro objetivo] es mostrar las posibilidades de un debate conjunto entre estas dos opciones para comprender mejor el mundo contemporáneo y proponer alternativas que, incluso, pueden tener elementos comunes» (p. 15). Las posibilidades, señalan, depende de cómo se aborden estas cuestiones y se tiendan puentes para explorar y analizar y debatir cambios sociales reales «así como para transformar interrelaciones y circunstancias políticas, socioeconómicas y culturales internacionales».
Algunas de las tesis defendidas, acompañados de algunos matices.
1. Un punto común entre decrecimiento y postextractivismo (DyE) es que tratan, básicamente, de encontrar nuevas comprensiones y nuevas prácticas para alcanzar una vida digna para todos los humanos (también para seres vivientes no humanos), más allá del crecimiento económico, es decir, hablando con propiedad, del crecimiento económico capitalista accionado por la competencia (competitividad) económica geoeconómica.
2. Los modos de producción y de vida imperiales están muy presentes en las élites dominantes del Sur. Esta realidad crea en el mundo empobrecido implicaciones socioestructurales muy duras y complejas en esas sociedades. El mantenimiento, la apología, la apuesta, siempre desigual en sus resultados (alcanzan a una ínfima parte de estas sociedades) representa un obstáculo fundamental para transitar e incluso para pensar cualquier alternativa afable con la Naturaleza.
3. Lo común del DyE es que ambos tratan de encontrar nuevas comprensiones nueva prácticas para conseguir una vida digna para todos los humanos. En el Norte y en el Sur, y sin caer en ningún antropocentrismo cegado ante el dolor de otras especies.
Una buena lectura que permite corroborar y airear viejas ideas y gustar de nuevas aportaciones y perspectivas.
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