Recomiendo:
0

El escritor afirmó que "la libertad hay que ejercerla dentro de los valores que conducen a la dignidad"

Sampedro recibe la Medalla de la UIMP y dice que el humano está mutilado porque el dios del sistema es el dinero

Fuentes: Europa press

El escritor José Luis Sampedro recibió esta tarde la Medalla de Honor de la UIMP de manos del rector, José Luis García Delgado, en un acto emotivo en el que le acompañaron numerosos amigos y seguidores y en el que afirmó que «el ser humano está mutilado porque el dios del sistema es el dinero». […]

El escritor José Luis Sampedro recibió esta tarde la Medalla de Honor de la UIMP de manos del rector, José Luis García Delgado, en un acto emotivo en el que le acompañaron numerosos amigos y seguidores y en el que afirmó que «el ser humano está mutilado porque el dios del sistema es el dinero».

Sampedro recibió la Medalla en Honor debido a su «trayectoria ejemplar como maestro universitario y escritor», según el acta de resolución y, en palabras de García Delgado, por ser «un maestro brillante, hombre profundo, honesto, independiente y que transmite amor por la vida».

Durante el acto, el escritor pronunció la conferencia ‘Una voz en Babel’ a través de la que expuso algunas de sus reflexiones en torno al mundo que le rodea y explicó las paradojas de algunos términos lingüísticos que «no se corresponden con la realidad» y que le hacen sentir «como un niño que no comprende nada porque lo que está viendo es diferente a lo que le están diciendo», aseguró.

Una de esas reflexiones partió de la afirmación comúnmente aceptada de que «el tiempo es oro» lo que, desde el punto de vista de Sampedro, «es una blasfemia porque el tiempo es vida y la vida es mucho más que oro o dinero», y apuntó que «si el dinero se entroniza como el gran valor, habremos degradado al ser humano».

Frente a la afirmación anterior, aseguró que «lo esencial para nuestras vivencias son las emociones» que son «las que nos dan vida y nos hacen vivir».

SU MUNDO

Para el escritor «la libertad es una cometa que vuela porque está atada a un hilo» y la dignidad humana reside «en el cordel de esa cometa», añadiendo que «la libertad hay que ejercerla dentro de los valores que conducen a la dignidad».

«Hay personas que están dispuestas a apartar su dignidad por vivir seguros», dijo Sampedro añadiendo que «otro mundo es seguro» y será «lo que hagamos de él».

Explicó que su mundo ideal es aquél «con límites pero sin fronteras, un mundo en el que hubiera no una Sociedad de Naciones sino Humanos Unidos» y, aunque reconoció que su mundo ideal suena a utópico afirmó que «cada uno puede ser libre dentro de su mundo y tener su utopía».

SIN PROPIEDAD

Según afirmó Sampedro, en la actualidad se utilizan frecuentemente una serie de términos «sin propiedad» frente a los que «algo se puede hacer porque no hay que dar las batallas por perdidas» y, en cualquier caso, «nadie nos puede quitar el placer de la batalla», apuntó.

«El mundo de la palabra no debe traicionar la posibilidad de entendernos», dijo Sampedro, que añadió que «la voz en medio de la confusión puede hacerse a sí misma y no dejar que le mutilen, que le falsifiquen o le metan en la trampa».

Algunos de esos términos que el escritor confesó no entender son «guerra humanitaria», «ataque preventivo», «derecho a la defensa». Para Sampedro, ninguna guerra es humanitaria, los ataques preventivos «son simplemente la ley del más fuerte» y vulneran «el derecho internacional totalmente» y el derecho a la defensa de Sharon por medio de «acciones selectivas, según Bush» es, para Sampedro, algo incomprensible.

Afirmó que los casos de utilización de palabras sin propiedad «se han dado siempre, pero ahora es más escandaloso debido a la comunicación y a la intensidad que es más fuerte que nunca».

MEDALLA DE HONOR

En el momento de recibir la Medalla de Honor de la UIMP, el escritor dijo «no sé qué es lo que se dice en estas circunstancias si es que uno puede hablar».

Para Sampedro, el reconocimiento de la UIMP es «la guinda del pastel» de su carrera, según explicó, y un momento que «cierra el círculo» por mezclarse con el hecho de que fue en Santander donde empezó a escribir «poemillas y cuentos», según apuntó, hace ya 70 años y, además, porque fue su amigo, quien le «salvó la vida», el doctor cardiólogo Valentin Fuster, quien leyó su laudatio.

En su intervención, Fuster resaltó del escritor su «concepto de superación y de hacerse a los demás» y le definió como «una persona sutil, sencilla y profunda».