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El alma rica del cine pobre

Fuentes: Exclusivo

Humberto Solás aclaró en su Manifiesto programático que Cine Pobre no es aquel carente de ideas o de calidad artística, sino el que se hace por personas, comunidades o países de economía restringida, combinando el talento propio con la imaginación para apropiarse de las facilidades que aporta la nueva tecnología. De ahí partió en el […]

Humberto Solás aclaró en su Manifiesto programático que Cine Pobre no es aquel carente de ideas o de calidad artística, sino el que se hace por personas, comunidades o países de economía restringida, combinando el talento propio con la imaginación para apropiarse de las facilidades que aporta la nueva tecnología.

De ahí partió en el 2003 la idea de crear un Festival Internacional, que premiara con recursos monetarios y medios técnicos para facilitar la continuidad de la obra cinematográfica a esos creadores emergentes y contribuir así a la democratización de una profesión ejercida hasta ahora por élites.

En este 2006, ya el Festival Internacional del Cine Pobre arriba a su cuarta edición, en la cual, además del mérito de asegurar su continuidad, exhibe un notable crecimiento en el alcance de su convocatoria y la consolidación de sus fines.

Esta conclusión se desprende fácilmente de varios detalles aportados por el autor de Cecilia y El siglo de las luces y por Sergio Benvenuto, director de estas citas anuales, durante la conferencia ofrecida a la prensa para promover el encuentro que transcurrirá en la habitual sede de Gibara entre los días 17 al 23 del presente mes.

A la convocatoria en los distintos apartados en competencia: ficción, documentales, obras experimentales, guiones inéditos y maquetas o proyectos en proceso, se presentó una cifra récord. Basta poner de ejemplo que tan solo en ficción hubo que elegir entre 305 obras hasta dejar integrado el concurso por 27 cortos y 15 largometrajes.

El incremento de las instituciones y ONGs que brindarán apoyo material permitirá para este año ampliar a diez la cantidad de lauros a otorgar. Se destaca la posibilidad de otorgar un premio a la Mejor Obra de Ficción realizada por una mujer, gracias al auspicio de la ONG Mugarik Gabe. Y que Swiss Efects, de Suiza, cederá gratuitamente la ampliación a 35 mm a la mejor maqueta de un futuro filme.

El Instituto Rosellini también intervendrá en los premios y traerá una muestra homenaje del célebre Roberto Rosellini. Su hijo Renzo, colaborador en las producciones del maestro del neorrealismo italiano, formará parte del Jurado Oficial del Festival.

Prometen los organizadores que podrán verse cintas de gran calidad entre las concursantes, llegadas de España, Argentina, Francia, Brasil, Alemania y hasta de lugares del planeta menos conocidos en el ámbito cinematográfico, como Irán, Rumania, Marruecos, Senegal y una producción de la República Checa y Eslovaquia.

Por Cuba descuellan documentales de creadores muy jóvenes como Fractal, dirigido a seis manos por Marcos Antonio Díaz, Kayra Gómez y Marcel Hechavarría, y De buzos, leones y tanqueros, de Jeffrey Puente.

Humberto Solás propiciará con el estreno de Barrio Cuba, en Gibara, la llegada al oriente del país de una película sobre la realidad cubana de hoy, que ha levantado polémicas y recogido muchos lauros en festivales internacionales. Además presentará Adela, un cortometraje protagonizado por Aurora Basnuevo, en el cual la conocida actriz humorística será redescubierta en un papel de fuerte dramatismo.

Este 2006, por primera vez las fronteras del Cine Pobre se extenderán más allá de Gibara y llegarán hasta Santiago de Cuba, que será subsede oficial.

Las actividades programadas de modo colateral abarcarán al resto de las artes, con las presentaciones de compañías teatrales como El Público, músicos de la talla de William Vivanco, David Torrens y Descemer Bueno; junto a espectáculos de circo y una exposición pictórica de Jorge Hidalgo.

El IV Festival Internacional del Cine Pobre, que contará en su inauguración con la asistencia de Abel Prieto, ministro de Cultura cubano, se reafirma como un proyecto de notables valores humanísticos y una apuesta por la diversidad y la resistencia ante la homogeneización cultural impuesta por los que se creen dueños del planeta.