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EE.UU. viola el derecho a la privacidad de todos en este mundo

El «gran hermano» vigila

Fuentes:

Se está haciendo el pan nuestro de cada día la presencia de fiascos extraños afectando nuestras comunicaciones por Internet. Estos van desde correos que se envían y no llegan a ninguna parte, hasta extraños bloqueos. Para utilizar el mismo recurso que pone en práctica el Comando Sur de los EE.UU., al fundamentar muchos de sus […]

Se está haciendo el pan nuestro de cada día la presencia de fiascos extraños afectando nuestras comunicaciones por Internet. Estos van desde correos que se envían y no llegan a ninguna parte, hasta extraños bloqueos. Para utilizar el mismo recurso que pone en práctica el Comando Sur de los EE.UU., al fundamentar muchos de sus informes de inteligencia, diremos que «expertos en la materia» nos informan que, los «cerebros» que montaron el sabotaje informático contra nuestra industria petrolera en diciembre de 2002 han sido agrupados en CANTV, empresa que controla el 80% de las comunicaciones en el país, para cumplir fines de captación y escucha. Esto es grave, pero apenas una vuelta más del ventilador.

 

Lo cierto es que, CANTV, o cualquiera de las otras concesionarias sólo son un eslabón en la cadena del GRAN HERMANO. Detrás y por encima de todas ellas está los EE.UU., quien para controlar las comunicaciones mundiales se vale de la Red Echelón -escalón en inglés-, pero que es conocida como The Big Ear (la gran oreja). No es cosa de ciencia ficción, es una realidad contundente como una catedral. La Echelón está conformada por una red de antenas, estaciones, radares y satélites, apoyados para sus fines por submarinos y sofisticados aviones de inteligencia. ¿Su objetivo?: controlar las comunicaciones mundiales so pretexto de la lucha global contra el terrorismo. ¿Objetos de su control?: correos electrónicos, comunicaciones por cable, satelitales, telefonía local e internacional., etc., etc.

 

La Red Echelón nació en 1977, cuando satélites y estaciones de escucha pudieron interceptar los satélites de comunicaciones, entre otros, los de la red de «INTELSAT» que, como sabemos, es el soporte de la red de telefonía mundial a través de sus 25 satélites. La Red Echelón, desarrolla un sistema de control de las comunicaciones basado en la escucha, selección y filtrado de estas. Un proceso basado en la identificación de palabras claves en varios idiomas olfatea los mensajes. Estas palabras son, por ejemplo, bomba, Bin Laden, Fidel Castro, Chávez, revolución, etc., etc. La capacidad del sistema le permite identificar, olfatear y filtrar hasta 2.500 millones de mensajes en una hora.

 

Un informe reciente de la Red Echelón calcula su capacidad de intercepción en un 90% de las comunicaciones mundiales. No debe extrañar a nadie, en todo caso lo que se debe es conocer para defenderse. No debe extrañar puesto que la casi totalidad de las comunicaciones mundiales vía Internet, indiferentemente de donde se originen, pasan por los nodos de comunicaciones de los EE.UU. y por los puntos de control de la Agencia Nacional de Seguridad. (NSA).

 

Es lógico que no anden enloquecidos detrás de cualquier mensaje que contenga una de las palabras claves. Disponen de combinaciones que les permiten clasificar el «peligro» luego de realizados los análisis. Lo cierto es, que una vez clasificado el emisor o emisores de mensajes como potencialmente «peligrosos» para los intereses de los EE.UU., este emisor o emisores pasan a constituir un posible blanco de acciones de inteligencia, sus comunicaciones controladas y asignado a un grupo a través de la red UKUSA, denominado «Platform».

 

Esa es la monstruosidad que amenaza a la humanidad entera. Un mundo orweliano corregido y aumentado. Los derechos humanos fundamentales sometidos a la inspección y castigo por un monstruo auto-elegido para controlar la vida y las opiniones de todo tipo de personas a todo lo largo y ancho del mundo. Desde luego, los más grandes tiranos de las historia parecen niños de pecho. La humanidad entere colocada ante una disyuntiva inaplazable: una nueva forma de esclavitud aceptada y consentida o la lucha por la libertad. Todos tenemos la palabra.