Vía Campesina contra la celulosa ARACRUZ _________________________________________________________________________ Casi tres meses después la presión judicial continúa y varias son las dirigentes campesinas brasileras escondidas preventivamente para hacer frente a una ofensiva política descalificadora disfrazada con maquillaje jurídico. El 8 de marzo pasado dos mil mujeres de Vía Campesina realizaron en Barra do Ribeiro, Río Grande del […]
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Casi tres meses después la presión judicial continúa y varias son las dirigentes campesinas brasileras escondidas preventivamente para hacer frente a una ofensiva política descalificadora disfrazada con maquillaje jurídico. El 8 de marzo pasado dos mil mujeres de Vía Campesina realizaron en Barra do Ribeiro, Río Grande del Sur una acción simbólica en el marco del día internacional de la mujer. En algunos minutos destruyeron una parte de la plantación de eucaliptos de la transnacional papelera Aracruz, que cuenta con una fuerte participación de capitales noruegos. Pretendían denunciar así la agresiva presencia de las celulosas en el país con sus *desiertos verdes* y las consecuencias desastrosas para el medio ambiente y para la gente. «Un eucalipto consume 30 litros de agua por día…en tanto esta variante del agronegocio (inmensa explotación agropecuaria extensiva) no crea fuentes de trabajo», denuncia Margarida Silva(1) en esta entrevista exclusiva desinflando los nuevos mitos *desarrollistas*. Silva, 45 años, habita en la comunidad Santa María del municipio de Condor, en el Estado de Río Grande del Sur (RS) y es militante del Movimiento de Mujeres Campesinas (MMC), principal blanco de ataque de esta espiral represiva en marcha.
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P: ¿Puede recordarnos los hechos que se produjeron el 8 de marzo en el Río Grande del Sur y que están a la base de esta compleja situación que viven hoy las mujeres organizadas de ese Estado?
R: El 8 de marzo señala históricamente la lucha de las mujeres trabajadoras. Este año, una vez más, ese día fue marcado por nuestra lucha de resistencia defendiendo la vida, la humanidad y el planeta entero. Toda mujer que toma conciencia que sus hijos corren peligro, no ahorra esfuerzos para defenderlos y garantizarles su vida. Estamos muy preocupadas por la grave situación del medio ambiente, el desgaste irreversible de la biodiversidad y principalmente por el avance del agronegocio que facilita a las transnacionales apropiarse de los recursos naturales y riquezas naturales que nos pertenecen. El agronegocio fortalece el monocultivo y la concentración y se apropia de tierras que podrían ser destinadas a la reforma agraria. Además, expulsa de sus tierras a campesinos y campesinas, comunidades quilombolas (ndr: afro-descendientes) e indígenas. Por eso, el pasado 8 de marzo, desarrollamos acciones de lucha para denunciar las consecuencias nefastas de esta óptica de desarrollo económico, enfocando las celulosas que son tal vez una de las caras más nuevas y agresivas del agronegocio.
AGUA PARA LOS EUCALIPTOS, SEQUÍA PARA LA GENTE
P: Usted habla de agronegocio y celulosa… ¿Puede explicar el impacto que tiene para el medio ambiente?
R: Las consecuencias para la naturaleza y los seres vivos son terribles, podríamos decir casi mortales. Según especialistas, un pie de eucalipto consume cerca de 30 litros de agua por día. En nuestra región, la lluvia de un año es 20% menor que el consumo de agua de los eucaliptos. Las consecuencias son evidentes y se expresan en sequías muy intensas con el riesgo cada vez más fuerte de no tener si quiera agua para beber. En el Nordeste de Brasil, donde Aracruz está también instalada, ya se secaron cerca de 150 ríos. Por otra parte las fábricas de celulosa son sumamente contaminantes. Utilizan mucha agua. Las aguas servidas afectan nuestros ríos y lagos. Así mismo, está probado que el uso de cloro en grandes cantidades para el blanqueamiento del papel es muy destructivo para la capa de ozono, lo que provoca aumento del calor.
P: Detrás de cada nueva gran fábrica de celulosa hay todo un discurso de crecimiento rápido del empleo y nuevas fuentes de trabajo…
R: El monocultivo de eucalipto no crea empleo. Por ejemplo, la Aracruz, crea un puesto directo por cada 185 hectáreas. Es ínfimo. Con el agravante que provoca la expulsión masiva de las familias del campo y una invasión cada vez más insostenible de las ciudades, como sucede en Espíritu Santo.
P: ¿La industria de la celulosa tiene mucho peso en Brasil?
R: Las plantaciones de eucaliptos, pinos y acacias avanzan aceleradamente. El mercado de madera de celulosa está en pleno crecimiento. En los próximos 50 años, el mismo no se confrontará a grandes dificultades. Según diversos estudios en nuestro país la demanda de madera es mayor que la oferta. Muchas transnacionales trasladaron sus actividades hacia los países del sur, comprando empresas o creando sociedades. El lucro es mayor aquí, pues la mano de obra es más barata y los recursos naturales abundantes, contando con la infraestructura necesaria de rutas, puertos, telecomunicaciones. Y sobre todo, hay por el momento abundante agua. Sólo en Río Grande del Sur, existen, entre otros, la Laguna de los Patos, la Laguna Mirim, el Río Uruguay y el Río Ibicuí. Otro factor determinante en relación a la industrialización de la celulosa es el nivel de polución muy alto. Por eso las grandes transnacionales se instalan en los países del sur. Además, las condiciones del terreno son favorables y permiten una producción más rápida así como la mecanización completa de todo el proceso. En mi Estado ya existen cerca de 360 mil hectáreas plantadas con madera para celulosa. Tres empresas son las dueñas del «desierto verde gaúcho»: Aracruz Celulose, Votorantim y Stora Enso, que producen para la exportación y ganan mucho dinero. En 2003, la Aracruz registró una ganancia neta de 870 millones de reales (ndr: cerca de 300 millones de dólares). No hay que olvidar también que el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social ,BNDES, socio de la empresa Aracruz con 12,5% de participación en representación del gobierno brasilero, usa recursos del FAT (Fondo de Amparo al Trabajador), para financiar el monocultivo de eucalipto .
LA DENUNCIA COMO ARMA DE SOBREVIVENCIA
P: ¿Cómo fue la reacción de la opinión pública a la acción de las mujeres del 8 de marzo?
R: Frente a esta realidad dramática, las mujeres campesinas no podían quedarse silenciosas. Por eso, realizaron esta manifestación en defensa de la vida y del planeta, aunque sabían que acciones de este tipo provocarían reacciones diversas en la sociedad, incentivadas por los medios de comunicación privados y aparatos del Estado. Y amparadas en las leyes que protegen estas industrias aun al precio de criminalizar la lucha de los movimientos sociales. Esta acción de las mujeres de Vía Campesina contó con el apoyo de esa red internacional, de la Marcha Mundial de Mujeres, así como de entidades y organizaciones ambientalistas, religiosas, iglesias, ONG, movimientos estudiantiles etc. E incluso algunas autoridades, entre ellas el gobernador del Estado de Paraná, jueces, parlamentarios y activistas de diferentes sectores sociales.
P: ¿La acción logró el resultado esperado?
R: Las mujeres han fortalecido el proyecto de agricultura campesina que lucha por la preservación de la biodiversidad, la producción de alimentos diversificados, el acceso y la permanencia en la tierra… Y que busca asegurar políticas públicas que viabilicen tanto la producción cuanto la vida misma en el medio rural (salud, educación, transporte, diversión…). No se puede negar, sin embargo, que las mujeres no pueden escapar de esta coyuntura de represión que intenta criminalizar la lucha que soportan en general los movimientos sociales populares.
Con la acción se enfocó el núcleo mismo del modelo capitalista, alertándose sobre el peligro que estamos enfrentando con el desastre ecológico, la extinción de la biodiversidad y de la cultura campesina; el avance del agronegocio de celulosa en los países del Sur.
P: 37 personas, la mayoría mujeres, fueron encausadas jurídicamente por la acción del 8 de marzo. ¿Qué pasa actualmente, a más de dos meses de ese momento?
R: Muchas dirigentes y sus familias son perseguidas. Hay una presión real sobre los Movimientos nacionales o locales…con mandatos de prisión preventiva y procesos en marcha. El método para incriminar -y reprimir- a las mujeres se expresó en la forma arbitraria con que actuó el delegado de policía Rudimar de Freitas Rosales, que junto con seis agentes allanó el 21 de marzo la casa de la Asociación de Mujeres Trabajadoras Rurales, en Passo Fundo , Río Grande del Sur. La policía llegó a las 14 horas, derrumbaron el portal, invadieron el terreno de la Asociación con armas de fuego en la mano e intimidaron a siete mujeres e incluso una niña que estaban presentes en el lugar. Fueron encerradas en la cocina e interrogadas vehementemente. Las mujeres no entendían que pasaba ya que los agentes no se habían identificado. Solamente, después de un rato, mostraron el mandato de ingreso expedido por el juez Dr. Sebastião Francisco da Rosa Marinho. La arbitrariedad fue tan grande que las mujeres sólo consiguieron permiso para contactar un abogado 80 minutos después de la invasión. El allanamiento no se limitó a la secretaría de la Asociación, sino que se registraron todas las instalaciones (cocina, área de servicio, cuartos, ) desparramando todo por el suelo. Se llevaron discos duros de las computadoras, disquetes, boletos de transporte, dinero, talones de cheques, todos los documentos de la Asociación, archivos con proyectos y balance de cuentas, cuadernos y anotaciones. Además, la policía invadió sin mandato judicial la sede de la Asociación Nacional de Mujeres Campesinas, que funciona en el piso inferior de la entidad estadual y que cuenta con una entrada independiente. En la sede nacional los policías humillaron a la funcionaria presente y a una mujer que estaba en el local y se apropiaron de numerosos elementos aun sin contar con ninguna orden judicial. Por otra parte, el jefe policial intimidó a las presentes para que declararan esa misma tarde en las dependencias de esa fuerza. Obligaron a las mujeres a firmar dicha declaración aunque no estaba presente el abogado. Es algo escandaloso. No sólo fueron violados los derechos humanos esenciales, sino también se comprobó el machismo de la institución pues sólo delante de la presencia masculina del abogado empezaron a respectar a las mujeres.
P: ¿Cómo es la situación actual después de estos hechos inimaginables en un Estado de derecho?
R: La policía pasó la denuncia al Ministerio Público. Fueron inculpadas 37 personas, entre ellas 4 extranjeros que no participaron en los hechos. Las acusaciones son irracionales: violación de propiedad privada; destrucción de plantas y de un laboratorio; secuestro; espionaje industrial; robo; formación de banda o asociación ilícita; lavado de dinero etc. Hay que decir que el primer juez a cargo, que era alumno de Fray Sergio, diputado estadual del Partido de los Trabajadores de Río Grande, ya fue destituido y reemplazado por un juez de derecha. Lo que anticipa el rumbo del proceso…
Por nuestra parte y a pesar de toda esta ofensiva, reafirmamos la lucha por los derechos humanos, especialmente de las mujeres trabajadoras, que están siendo agredidos por defender la vida, la biodiversidad, la soberanía alimentaria de la población brasilera. Estamos convencidas, y así lo muestra la historia, que todas las formas de lucha en defensa de la vida y de la humanidad son legítimas. No tenemos la menor duda…
(1) Margarida Silva, nombre ficticio utilizado para protección de la entrevistada ante la situación represiva creciente contra el Movimientos de Mujeres Campesinas y Vía Campesina.
*Colaboración E-CHANGER, ONG de cooperación solidaria