El Loco de la Colina.- Oculta su identidad bajo un pasamontañas. Hay quien dice que tiene raíces españolas y que fue profesor de filosofía en la Universidad Autónoma Metropolitana, pero quizás no sea más que parte de su leyenda. Ha puesto en pie de guerra al pueblo indígena contra los abusos del poder mexicano. Es […]
El Loco de la Colina.- Oculta su identidad bajo un pasamontañas. Hay quien dice que tiene raíces españolas y que fue profesor de filosofía en la Universidad Autónoma Metropolitana, pero quizás no sea más que parte de su leyenda. Ha puesto en pie de guerra al pueblo indígena contra los abusos del poder mexicano. Es un guerrillero de hoy. Un nuevo «Che» Guevara, una reencarnación personalizada de Emiliano Zapata. Es el Subcomandante Marcos, líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Usted Marcos, ¿es indio, mestizo, blanco…?
Subcomandante Marcos.- Yo soy mestizo; durante más de veinte años estuve en comunidades indígenas, estoy todavía viviendo con ellos, y de una u otra forma, me convertí en el traductor, precisamente para la población mestiza, de este pensamiento, de esta cultura, de este modo de ver el mundo que es el de los pueblos indios. En ese sentido, el pasamontañas, encubrir el rostro, significa no reafirmar la identidad propia sino la identidad colectiva de este movimiento que es el zapatista.
El Loco de la Colina.- ¿Le han ofrecido millones por quitarse el pasamontañas?
Subcomandante Marcos.- Bueno, no…, si así fueran millones, podríamos negociar, pero no, no me han ofrecido absolutamente nada más que amenazas y promesas de cárcel y de muerte.
El Loco de la Colina.- Bueno, en realidad su manera de ir de incógnito, es ir con la cara descubierta, ¿no?, al revés que los demás.
Subcomandante Marcos.- Sí, esa es la paradoja de nuestro movimiento.
El Loco de la Colina ¿Qué siente cuando lo comparan con el «Che» Guevara?
Subcomandante Marcos.- Es una comparación injusta, para el «Che», por supuesto. Se trata de otra época de América latina, de otra época mundial, de otra forma de ver el mundo… de ninguna manera me compararía, pues, con el «Che», como no fuera en desventaja. Pero no es nuestro objetivo compararnos con ninguna de las figuras revolucionarias o rebeldes que hay en el mundo. Lo que nosotros queremos construir es una identidad colectiva en la que quepan todos, quepan todos los que están proponiendo otro mundo.
El Loco de la Colina.- Decía Gandhi: son violentos porque están desesperados.
Subcomandante Marcos.- Si, en eso tiene razón. Todos los movimientos que surgen de abajo y que recurren a la violencia es porque, en nuestra desesperación, no encontramos otros caminos, o en nuestro caso como pueblos indios, no encontramos lugar para nuestra palabra y para nuestro rostro. Hay que diferenciar esa violencia producto de la desesperación, de tratar de sobrevivir y de ser mejores, a la violencia que se usa desde arriba para tratar de conquistar y de dominar, que también es la otra parte de la historia de la humanidad, de la historia de arriba.
El Loco de la Colina.- Subcomandante Marcos: ¿qué es para usted la política?
Subcomandante Marcos.- La política moderna es un monólogo a muchas voces. No me atrevería a hablar del resto del mundo…, cuanto menos en México, hay un proceso que ahora determina que el político, el político profesional, en realidad es un comediante de tiempo completo, a diferencia de los comediantes profesionales que durante unas horas se convierten en comediantes y el resto del tiempo son seres humanos, el político en México es un comediante las 24 horas del día. En nuestra historia, ocurrió esto: hubo una época del presidencialismo concentrado, que, según nosotros terminaría, con Carlos Salinas de Gortari, donde el presidente, el poder omnímodo, practica un monólogo y el resto de la clase política y los medios de comunicación hacen eco, un eco a veces distorsionado, a veces fiel y de vez en cuando surge alguna voz disidente. Luego, cuando llega la modernidad, el monólogo se multiplica, ya no sólo una persona, un partido el que ésta hable y hable, sino varios. Y ahora, en la época moderna, el monólogo lo practican los medios de comunicación y los políticos son los ecos a esos medios de comunicación. En México, la agenda nacional, la dictan los medios de comunicación y los políticos van detrás de ella, jalados de las narices. Para nosotros, la política en México, es la prostituta más cara que hay ahorita, la más fea, además; y pensamos que es necesario construir otra política porque el hastío, la desilusión que antes provocaba ahora se está convirtiendo en rabia y nos estamos acercando a esto que decíamos antes de la desesperación que orilla a la violencia a la gente de abajo.
El Loco de la Colina.- ¿Usted aspira al poder?
Subcomandante Marcos.- No. No sólo no aspiramos sino que nos provoca repulsa. Nosotros pensamos que el poder tiene otra lógica, una lógica inhumana fundamentalmente; ésta cuenta fácil de que es posible matar a uno para que viven muchos, éste cinismo de la cuenta de la de la humanidad que es la que está permeando ahí arriba. Nosotros lo que pensamos que hay que construir allá abajó, o acá abajo, otra cosa, donde la vida del colectivo valga lo mismo que la vida del individuo.
El Loco de la Colina.- En América, Marcos, hay una situación pre-revolucionaria: Evo Morales, Hugo Chávez, Fidel Castro…
Subcomandante Marcos.- Bueno, nosotros estamos viendo otra América Latina; estamos viendo abajo, no a los gobiernos, ni a Chávez, ni a Kirchner, ni a Tabaré, ni a Evo, ni a Castro; nosotros estamos viendo los procesos que están ocurriendo en los pueblos, en los pueblos de América Latina, y especialmente cuando, por simpatía natural, cuando esos movimientos son protagonizados por pueblos indios, como en el caso de Bolivia y Ecuador. Cómo la América Latina es también, ya, una América mestiza, también aparecen otros actores. Nosotros pensamos que es posible pensar en gobiernos democráticos, justos, que promuevan la libertad, sólo si los pueblos están organizados, sólo si los pueblos se levantan y construyen otra relación con esos que están arriba; los gobiernos pasan, decimos nosotros, los pueblos permanecen y en ese sentido cualquier apuesta que vaya hacia arriba, hacia los que están arriba, tiene ese horizonte temporal, de sí Chávez va a durar tanto tiempo, sí Evo Morales va a durar tanto tiempo, sí Castro va a durar tanto tiempo… pero los pueblos, el pueblo cubano, el pueblo boliviano, el pueblo ecuatoriano, el argentino, el uruguayo, todo lo que es el pueblo de América Latina, con su propia identidad, ese va a continuar, y es posible, decimos nosotros, construir otra América Latina. Si ahora es el momento, es la hora, como se dice, es la hora de América Latina, es gracias a esos pueblos, gracias a nuestros pueblos y entonces va a ser posible construir otra relación con los pueblos de Europa, incluso con el pueblo norteamericano, por no hablar del pueblo asiático o africano.
El Loco de la Colina.- A propósito de la hora, usted lleva dos relojes y una linterna.
Subcomandante Marcos.- Si, nosotros tenemos este reloj, el reloj de la derecha es el reloj de la sociedad civil, el de los ciudadanos, decimos nosotros, y el reloj izquierdo es el reloj de la guerra, el reloj del Ejército Zapatista de Liberación Nacional; cuando nosotros usamos dos relojes queremos decir que estamos en esta dicotomía, en esta dualidad de que somos un movimiento armado, clandestino, pero al mismo tiempo estamos tratando de construir una relación con los ciudadanos, con la sociedad civil, decimos nosotros, con el resto del país, en este caso de México, y la disparidad de las horas es que nuestra apuesta es que sea posible construir una sola hora, que no sea necesario dos relojes que nos estén marcando esta dicotomía, sino que se pueda hacer una sola; nosotros decimos que cuando se unan las dos horas, entonces será la hora de la paz para nosotros y para los pueblos indios.
El Loco de la Colina.- Subcomandante, ¿cual es la peor mentira que se ha dicho que usted?
Subcomandante Marcos.- (un pequeño silencio) Que soy un símbolo sexual
El Loco de la Colina.- (se ríe) ¿Usted no se siente responsable de nada?
Subcomandante Marcos.- ¡Cómo no!. Me siento responsable de las muertes que hemos tenido como movimiento, no sólo en el alzamiento, en los primeros días de enero del 94, sino también de las muertes, sobre todo de niños que estuvimos acarreando durante diez años antes del alzamiento y de los errores que como movimiento se hayan cometido; en particular el error que tuve, que tuvimos, cuando se planteó la Iniciativa de Diálogo para el pueblo vasco en España.
El Loco de la Colina.- ¿Qué piensa usted sobre la negociación con ETA?
Subcomandante Marcos.- Bueno, nosotros pensamos, lo habíamos planteado hace años, que es posible construir, tal vez, es posible construir otra pista para resolver esas demandas, esa relación entre lo que es el pueblo vasco y la nación española que no sea a través de un intercambio de muertos, de heridos, de rehenes y de presos; lo planteábamos entonces… nosotros pensamos que si el nacionalismo vasco, no sólo el de ETA, sino el que está siguiendo vías pacíficas y sobre todo culturales, puede encontrar en el resto de España una forma de relacionarse y de plantear demandas, de escuchar propuestas y contrapropuestas, Europa, no sólo la Península Ibérica, se va a beneficiar, y no sólo eso sino que va a dar una señal importante para el resto del mundo; sí es posible construir ahí, un diálogo que aterrice en la paz sin que haya vencedores ni vencidos, eso va a ser, en el resto del mundo, una señal muy importante porque entonces ya no va a ser un «tour de force» a ver quién tiene más fuerza, quién tiene más muertos, quién tiene más armas, sino quién tiene más argumentos y más legitimidad… Ojalá y eso salga bien… nosotros lo estamos viendo con mucha esperanza porque también para nosotros significará una esperanza. Nosotros venimos de un diálogo fracasado, donde se llegó a acuerdos que no se han cumplido todavía, todavía estamos esperando que eso se cumpla, estamos esperando que podamos construir otro movimiento, otra sociedad donde como pueblos indios tengamos lugar; pero el hecho de que no importa cuáles sean las diferencias, se pueden resolver por una vía que no sea el ejercicio de la violencia, es para la humanidad el reto en el siglo XXI, decimos nosotros.
El Loco de la Colina.- Usted, Marcos, ¿puede ir a la cárcel en el momento en que el gobierno y la justicia quieran, en México?
Subcomandante Marcos.- Si. Hay una ley que es la Ley para el Diálogo que dice que no se puede activar las órdenes de aprehensión que ya están, mientras exista un proceso de diálogo. Como este proceso de diálogo está suspendido, no hay ahorita ningún tipo de pláticas, ni abiertas ni clandestinas, con personajes del gobierno, en cualquier momento ellos pueden decidir que la ley se da por cancelada y reactivar las órdenes de aprehensión y meterme a la cárcel, o desaparecerme, según cual sea su decisión.
El Loco de la Colina.- ¿Teme que le maten?
Subcomandante Marcos.- Bueno no, la verdad no. Desde que nos alzamos el 1 de enero del 94, ni la cárcel ni la desaparición ni la muerte entra en las preocupaciones; es un cálculo posible, está dentro de lo que se puede prever, pero no nos preocupa cada mañana si será que hoy me van a detener, o me van a matar. Digamos que es.., que en ese sentido se ha hecho tan natural como que alguien corre peligro a la hora del cruzar la calle y que tal vez lo puedan atropellar.
El Loco de la Colina.- ¿Usted ha matado?
Subcomandante Marcos.- No. Nosotros no matamos gente. Nosotros peleamos y en ese sentido, pues nos enfrentamos al enemigo. En aquel entonces cuando fue el alzamiento, los enfrentamientos armados, disparamos y nos dispararon; no llevamos las cuentas como los maleantes de televisión, que vamos haciendo muescas de cuantas muertes vamos causando. Nosotros como soldados, y como cualquier soldado del mundo, no mata, no asesina, si es en un combate abierto.
El Loco de la Colina.- Marcos, el muro de 600 km que Bush quiere levantar en la frontera de Estados Unidos y México, ¿a quién protegerá más?
Subcomandante Marcos.- Bueno, lo que va a hacer es favorecer a los traficantes de indocumentados, primero, que van a aumentar los precios para meter a la gente para el otro lado, va a favorecer a la corrupción de las autoridades mexicanas, también para hacerse de la vista gorda, a la hora en que están favoreciendo también el tráfico de indocumentados de Centroamérica y Sudamérica, incluso de Asia, y van a convertir… lo único que va a hacer ese muro es que convertir en un negocio todavía más jugoso, el tráfico de indocumentados. La solución que está buscando Norteamérica para evitar el flujo de emigrantes, ahora con la coartada de tratar de evitar la infiltración de terroristas, sólo es posible con naciones sanas económicamente, y en México no va a haber sanidad económica, quiere decir justicia para los desposeídos sino se transforma el sistema, eso es lo que estamos planteando nosotros; en realidad el muro es nada más el símbolo del afán estúpido del gobierno norteamericano, el mismo que lo llevó a la guerra de Irak, que ahora, lo trata de concretar en esta pared que lo divida de un país al que, sin embargo, considera como su traspatio, como una parte de su territorio. Queremos la riqueza, dice el gobierno norteamericano, no queremos a la gente que la produce.
El Loco de la Colina.- Marcos, ¿hay alguna cosa que no le he preguntado, que quiere decir?
Subcomandante Marcos.- Nosotros estamos aquí porque estamos tratando de construir otra forma de hacer política, esto que llamamos la otra campaña, fuera de la pista de los partidos políticos y de la cuestión electoral; construir una alternativa, ya no sólo para los pueblos indios, no sólo para los zapatistas, sino unirnos con campesinos, con obreros, con mujeres, con artistas, con jóvenes, con gente que hace medios de comunicación, que trabaja en los medios de comunicación, para ver si es posible hacer esto que estamos planteando desde el principio, a saber: ¿es posible hacer una política que no se planteé de la toma del poder?. Y ahorita nos encontramos, ahora sí que estacionados en la ciudad de México, porque estamos tratando de empujar que liberen a nuestros compañeros, campesinos y campesinas y jóvenes, todos los que fueron detenidos, más de 30 ahora, en los hechos de San Salvador Atenco, que ahora ya tienen dos muertos, dos jóvenes muertos y treinta presos, y nosotros queremos que eso se resuelva, que salgan libres esos compañeros, para poder seguir adelante en nuestro trabajo.
El Loco de la Colina.- Espero, Marcos, poder hacerle la segunda entrevista, en Chiapas, en una Chiapas feliz. Aunque estemos a miles y miles de kilómetros, para mí la comunicación a sido muy, muy cercana y muy verdad. Gracias Subcomandante Marcos. Mi gratitud, a mi gratitud.
Subcomandante Marcos.- Gracias a ti, y gracias a ustedes. Gracias a todos allá .
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