1. Los Estados Unidos, sobre todo bajo la administración de W. Bush, abiertamente llevan a cabo un sinnúmero de acciones con el propósito manifiesto de establecer un control militar, político, económico y cultural en todo el planeta. No obstante la agresividad del imperialismo yanqui, los pueblos del mundo han rechazado estas pretensiones por medio de […]
1. Los Estados Unidos, sobre todo bajo la administración de W. Bush, abiertamente llevan a cabo un sinnúmero de acciones con el propósito manifiesto de establecer un control militar, político, económico y cultural en todo el planeta. No obstante la agresividad del imperialismo yanqui, los pueblos del mundo han rechazado estas pretensiones por medio de una lucha tenaz que se expresa en hechos concretos como la resistencia iraquí a la invasión gringa, el avance de la revolución bolivariana venezolana, el fortalecimiento de la revolución Cubana, las posturas progresistas de Evo en Bolivia y de Correa en Ecuador; todo lo cual nos hace pensar que, en la situación actual, EEUU se halla debilitado. ¿Está seriamente golpeada la hegemonía de los EEUU? ¿Las fuerzas revolucionarias están en verdad fortalecidas?
Sí. En lo económico, algunos ya hablan de EEUU como «imperio mendicante»; en lo político, su influencia en Latinoamérica es cada vez menor; e incluso en lo bélico está sufriendo importantes reveses, como antes en Vietnam. Y también es indudable el fortalecimiento de las fuerzas revolucionarias (de hecho, ambas cosas están estrechamente relacionadas). Todo ello permite pensar en cambios drásticos y muy rápidos (en términos históricos). En este sentido, creo que la próxima década será decisiva.
2. ¿Cuáles serían esos cambios drásticos y decisivos a los que te refieres? y ¿en qué sentido será decisiva la próxima década?
Los peligros que afrontamos (económicos, políticos, bélicos, ecológicos, demográficos…) son muy serios y acuciantes. Pero también creo que las fuerzas transformadoras, revolucionarias, están en su mejor momento. Creo que la próxima década será decisiva porque se está librando una batalla muy encarnizada y muy rápida en muchos frentes. Podríamos hablar de los combustibles fósiles y de las nuevas fuentes de energía, del control del agua, del cambio climático… Pero voy a centrarme en la gran batalla por el domino del ciberespacio: los poderes establecidos se han dado cuenta de que Internet es un arma poderosísima y muy difícil de controlar (como ocurrió con la imprenta, que democratizó la lectura y propició la revolución humanista del Renacimiento, que puso fin a la Edad Media). Si el telégrafo hizo posible la revolución rusa, Internet está haciendo posible una nueva revolución aún difícil de calibrar, y en los próximos años asistiremos sin duda a grandes acontecimientos ciberespaciales.
3. El imperialismo y la burguesía a nivel mundial utilizan los mass media como instrumentos para pretender imponer, abierta o sutilmente, sus ideas, sus pensamientos y seudo valores. Esto lo han logrado en gran medida. Niños y jóvenes actúan, creen, sienten y piensan de acuerdo a los parámetros establecidos por el poder adulto que impone su visión particular del mundo a través de un sinnúmero de mecanismos de manipulación y de represión psicológica y física. ¿La niñez y la juventud están alienadas al punto de no querer y no poder romper con estos mecanismos de manipulación y represión? ¿Hay una aceptación pasiva por parte de la niñez y la juventud de estos mecanismos? ¿Han llegado realmente a justificarlos y reproducirlos sin que medie reflexión alguna?
Los niños (y en buena medida también los adolescentes) están indefensos ante los poderosos estímulos de los mass media; de ahí que tenga una especial importancia la tarea de padres, maestros, escritores y demás personas vinculadas con la educación y la cultura; nuestra responsabilidad, en este sentido, es muy grande: tenemos que luchar por todos los medios para contrarrestar la nefasta influencia que el poder ejerce sobre los más jóvenes mediante los seductores productos de la cultura de masas. No se les puede pedir a los niños que reflexionen sobre estos productos, pero los adultos podemos y debemos hacerlo por y para ellos, a la vez que les ofrecemos otros productos. En este sentido, la literatura infantil, potenciada por maestros y bibliotecarios responsables, está llevando a cabo una importante tarea.
4. Tú hablas de que los adultos debemos ser quienes posibilitemos la reflexión sobre los productos que ofrecen los mass media. Pero es el poder adulto, como señala Iñaki Gil de San Vicente, el que los elabora. Marx señaló en la 3ra tesis sobre Feuerbach una pregunta: ¿quién educa al educador? Entonces cómo lograr en forma efectiva que las y los niños, la juventud no caiga en la alienación que le interesa a los adultos.
Afortunadamente, no todos los adultos son iguales. Nosotros, los de izquierdas, tenemos dos tareas complementarias: producir y difundir productos culturales distintos (y en ese sentido Internet juega un papel fundamental) y combatir la cultura de masas impuesta desde el poder, sobre todo de cara a los niños: hay que defenderlos de la publicidad y de las agresiones audiovisuales en general; no prohibiéndoles verlas, pero sí controlando lo que ven y discutiéndolo con ellos. Ningún padre responsable dejaría unas tijeras o unas cerillas en manos de un niño pequeño, y sin embargo muchos los dejan a solas con un televisor, que es un instrumento mucho más peligroso.
5. Los ideólogos del imperialismo, sus intelectuales orgánicos, los pensadores posmodernos y los defensores del pensamiento único, a través de una poderosa campaña de propaganda, se presentan como los defensores de la libertad, la democracia, de la pluralidad. En este contexto las industrias culturales del capitalismo publicitan, promocionan y comercializan un sinnúmero de obras literarias, musicales, plásticas que carecen de belleza, estética y calidad artística. Vivimos el tiempo de la «cultura light», del «todo vale» que se caracteriza por la presencia de: a) publicaciones basura como las obras de Cuauhtémoc Sánchez, Deepak Chopra; b) música comercial con géneros como el hip-hop y el reegeton con letras de canciones caracterizadas, en muchos casos, por ser machistas, sexistas, agresivas; c) programas de televisión en los que prevalecen las novelas sensibleras, los reality shows, los programas concurso, etc.; d) películas taquilleras mediocres, donde se exalta la violencia, el racismo y la estupidez humana. ¿Cómo enfrentarnos a este mundo enajenante, alienante?
La actual cultura de masas es un vil sucedáneo de la cultura popular, cuyo lugar y cuya función usurpa gracias a la fuerza bruta de los grandes medios de comunicación. Y la llamada «alta cultura» también está, en gran medida (en la medida en que se somete a las leyes del mercado), al servicio del poder, es decir, del capital. Fomentar las auténticas culturas populares y trabajar por crear y difundir productos artísticos y literarios de calidad forma parte de la lucha por la emancipación de los pueblos, una parte importantísima. Todas las personas que hemos hecho de la cultura y la comunicación nuestro oficio tenemos, por tanto, una gran responsabilidad.
6. Cuál es el concepto qué tu tienes de cultura popular.
La misma expresión lo dice: cultura popular es la que el propio pueblo produce para el pueblo. Nada que ver con la cultura de masas, que es la que el poder produce para embrutecer al pueblo. En su ya clásico artículo «Masscult and Midcult», el ex trotskista estadounidense Dwight Mac Donald contrapone ambos conceptos; el artículo es muy objetable en muchos aspectos (sobre todo por su mitificación de una supuesta «alta cultura»), pero tiene el interés de introducir el concepto de «masscult».
7. Una de las características de la sociedad capitalista es la que en ella todo se transforma en una mercancía. Los seres humanos somos considerados objetos de compra y venta. Vales más por lo que tienes que por lo que eres realmente como persona. Más importante es tu presencia física, que tu condición humana. Vivimos en un mundo donde se da más importancia a las cosas formales y banales. Esto se refuerza, principalmente, a través de la publicidad comercial. Las personas son absorbidas por el mundo de la moda. La gente acude en forma frenética al centro comercial para, en unas ocasiones, comprar todo lo que puede y, en otras, quedarse obnubilados frente a lo que se exhibe en las vitrinas. ¿Qué hacer frente a esto?
La publicidad, efectivamente, está jugando en la sociedad actual un papel oracular: nos dice lo que tenemos que hacer para ser amados, para tener éxito, para resolver todos nuestros problemas. La publicidad equipara la felicidad al consumo y el ser al tener. Por eso hay que luchar contra ella por todos los medios, y creo que es especialmente importante sustraer a los niños a su nefasta e hipnótica influencia. En este sentido, me parece fundamental, por ejemplo, que los padres y educadores controlen el acceso de los niños a la televisión. Y los adultos deberíamos esforzarnos por ser menos consumistas, por no sumarnos a la continua ceremonia del despilfarro que nos impone el «American way of life». Mi propugnación del vegetarianismo va en este sentido.
8. Tú propugnas el vegetarianismo como un mecanismo para salir de ese mundo consumista y de despilfarro que propone la publicidad. Pero esto también puede ser utilizado por la publicidad para promocionar nuevas cosas que consumir desde el vegetarianismo. ¿Podrías explicar cuál es la relación que tú encuentras entre esta opción de vida y la lucha contra ese mundo de consumismo y despilfarro? ¿Por qué el carnivorismo lo consideras como uno de los enemigos de ese mundo posible, distinto al capitalismo? ¿No significaría esto ir contra tradiciones culinarias de ciertos pueblos?
La mayoría de los seres humanos (sobre todo los pobres) son y han sido siempre prácticamente vegetarianos, por la sencilla razón de que la carne es casi siempre un lujo. Producir un kilo de proteína cárnica supone el gasto de hasta diez kilos de proteína vegetal, lo que significa que con el grano y la soja que consume el ganado estadounidense se podría alimentar a toda la humanidad. El carnivorismo es un negocio ruinoso (para la humanidad, no para los fabricantes de hamburguesas, claro) desde el punto de vista económico, ecológico y dietético. Por supuesto, el vegetarianismo se puede convertir en una moda y en un negocio, como todo (incluso la solidaridad); pero decir, por ejemplo, que hay gente que hace negocio vendiendo camisetas con la imagen del Che no es un argumento contra la revolución cubana. En cuanto a las tradiciones culinarias, solo merecen respeto si son ética y dietéticamente válidas; también es «tradicional» en muchas culturas (por no decir en todas) oprimir y maltratar a las mujeres.
9. El premio Nóbel de la paz 2007 fue otorgado al ex vicepresidente de EEUU, Al Gore, por su lucha en defensa del medio ambiente lo cual ha sido cuestionado por varias organizaciones ecologistas que denuncian su doble moral sobre este tema debido a los vínculos que tiene con empresas petroleras, el fomento que hace de la producción de los denominados agrocombustibles, etc. Hoy el tema ecológico también se ha puesto de moda. Sin embargo, en la gran mayoría de eventos mundiales en los cuales se debate sobre este problema, se han puesto al descubierto las causas reales que han puesto a la humanidad al borde del colapso ecológico. La sociedad mercantil capitalista nos ha impuesto un modo de vida cuya característica es la de usufructuar de los recursos de la naturaleza a cualquier costo, con tal de producir todos los objetos destinados para la venta en los grandes centros comerciales donde se fomenta el consumismo. ¿Cuáles serían las alternativas que pudieran ayudarnos a encontrar una solución a estos problemas?
En parte ya he contestado. Hay que tomar conciencia del despilfarro y combatirlo en todos los frentes, sin caer en la trampa del ecologismo romántico o anecdótico. La lucha es contra el capitalismo, y la batalla ecológica, como todas las demás, cobra pleno sentido cuando se inscribe en esa lucha global. El carnivorismo, la cultura del automóvil y la moda me parecen, precisamente por lo poco que se los cuestiona, tres de los mayores enemigos de ese «otro mundo» que, más que posible, es urgente y necesario.
10. La educación en muchos lugares lamentablemente es mecánica y acrítica. Los docentes carecen de creatividad o simplemente tienen pereza mental. Materias tan importantes y bonitas como las matemáticas y la filosofía se hacen áridas, aburridas debido a que los maestros no saben transmitir sus conocimientos a los alumnos. Tú expones en tus libros un mundo fascinante para los niños y la juventud que les permite adentrarse en el campo de las matemáticas y del razonamiento. ¿Puede esto trasladarse a las aulas? ¿Qué podrías recomendar a quienes estamos inmersos en el campo de la educación?
Creo que la mala calidad de la enseñanza en materias como las matemáticas o la filosofía no es culpa de los maestros, sino de los planes de estudio; pero los maestros pueden y deben hacer lo posible por convertir sus clases en una aventura en pos del conocimiento. Para ello no hay recetas, me temo; pero lo primero que yo le aconsejaría a un maestro sería que escuchara a sus alumnos. La verdadera enseñanza solo puede basarse en el diálogo; eso ya lo descubrieron Sócrates y Platón, pero tendemos a olvidarlo.
11. Pero los planes son hechos por maestros también. Ahora ¿cómo dialogar con un grupo que no tiene propuestas y que permanece impávido debido a los mecanismos de alienación y enajenación?
¿Cómo dialogar con los impávidos? El primer paso es intentarlo; el segundo, dependerá de su reacción: eso es la dialéctica, y no hay otro camino (excepto la «última ratio» de la violencia, claro).
12. Carlo ¿Cómo conjugar en el momento actual el arte y la lucha por la revolución socialista sin caer en los dogmas que estableció el realismo socialista? ¿Es posible contribuir a la transformación de la sociedad capitalista a través del arte, de la literatura?
No solo es posible, sino necesario, poner el arte y la literatura al servicio de la revolución; para lo cual basta con ser honesto consigo mismo y con los demás, al margen de los imperativos del mercado. Los artistas e intelectuales son, por definición, personas que buscan la verdad y la belleza (que es otro nombre de la verdad), y la verdad es revolucionaria. Cualquier escritor o artista que, con tenacidad y honradez, se esfuerce por profundizar en los temas de nuestro tiempo, estará contribuyendo a la comprensión del mundo, y por ende a su transformación.
13. ¿Cómo conjugar arte y revolución?
Arte y revolución se conjugan automáticamente cuando el artista es lúcido y honrado. Porque todo artista sincero busca la verdad y la belleza. Y la verdad es intrínsecamente revolucionaria. Y ética y estética, como ya dijo Platón y, más recientemente, Wittgenstein, son una misma cosa. Habría que añadir que, por eso mismo, cualquier intento de controlar el arte desde el poder es, además de grotesco, contrarrevolucionario (la Unión Soviética y la propia Cuba nos dieron en el pasado lamentables ejemplos de ello).
Carlo Frabetti: Escritor y matemático nacido en Italia. Autor de varios libros dedicados a jóvenes y niños: Ulrico y la llave de oro, Malditas matemáticas, El gran juego, etc.
Dax Toscano: comunicador social y docente universitario ecuatoriano, autor del libro El modelo de propaganda contra Cuba.