»Exxon Mobil es la superficie del problema (…) más allá las otras petroleras y los otros intereses van a seguir el paso», explicó James Petras, agregando que »eso no es un simple un acto económico. Es parte de la estrategia de Estados Unidos para debilitar el Gobierno (…), es una política de agresión para sustituir […]
»Exxon Mobil es la superficie del problema (…) más allá las otras petroleras y los otros intereses van a seguir el paso», explicó James Petras, agregando que »eso no es un simple un acto económico. Es parte de la estrategia de Estados Unidos para debilitar el Gobierno (…), es una política de agresión para sustituir al Gobierno elegido».
El sociólogo estadounidense James Petras calificó la supuesta congelación de activos de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) anunciada por la transnacional petrolera Exxon Mobil como «un esfuerzo para derrocar al Gobierno» del presidente venezolano, Hugo Chávez y «revertir las políticas petroleras nacionales sobre el control del petróleo».
En conversación exclusiva con TeleSUR, Petras opinó que a la acción legal emprendida por Exxon Mobil le seguirán otras similares que serán introducidas por las demás corporaciones transnacionales que se encuentran explotando el petróleo en Venezuela, pues todo forma parte de un plan para lograr «renegociar todo el proyecto de nacionalización del petróleo», todo con el apoyo de Estados Unidos.
Desde 2001, Venezuela adelanta una política de recuperación del control de su principal recurso natural, el petróleo.
Tras denunciar la existencia de 32 convenios llamados «operativos» en los que las empresas transnacionales pagaban regalías de apenas 1 por ciento, el Gobierno venezolano anunció su conversión en empresas mixtas en las que el Estado retendría la mayoría accionaria, dejando una importante participación (hasta 40 por ciento) a las empresas extranjeras.
Según cifras oficiales esto permitiría la recuperación de miles de millones de dólares al fisco. Por ejemplo, entre 1993 y 2002, Venezuela perdió unos 6 mil 760 millones de dólares de ganancias.
Con el proceso de negociación, que se extendió por 2 años, el Gobierno alcanzó en marzo de 2007 nuevos acuerdos en con las empresas transnacionales que operaban en la Faja petrolífera del Orinoco, entre las cuales la estadounidense Chevron, BP del Reino Unido, Total de Francia y la noruega Statoil. Pero Exxon Mobil, y Conoco-Phillips no accedieron a las negociaciones e iniciaron un proceso legal contra el país.
Eso motivó que PDVSA asumiera las actividades que ejercían sus socios, amparadas en la legislación nacional que prevé que las transferencias de intereses, acciones, participaciones y derechos previstas en la ley no generarán obligaciones tributarias al país.
Según ha explicado el Gobierno de Venezuela en reiteradas oportunidades, yacen en la Faja del Orinoco los mayores depósitos de hidrocarburos del mundo, que el Gobierno estima a unos 236 mil millones de barriles.
Tales reservas son consideradas estratégicas no sólo para Venezuela, sino también para un país «petrodependiente» como lo es Estados Unidos.
«Exxon Mobil es la superficie del problema. Más allá las otras petroleras y los otros intereses van a seguir el paso», explicó James Petras, agregando que «eso no es un simple un acto económico. Es parte de la estrategia de Estados Unidos para debilitar el Gobierno, es una política de agresión para sustituir al Gobierno elegido».
El estudioso norteamericano añadió varios temas más a la agenda de Washington, como «generar descontento sobre la política social de Chávez», generar exigencias económicas en el interior del país -como ocurre con el desabastecimiento de alimentos básicos- y, desde el exterior, «estrangular» la economía.
Petras advirtió que la petrolera estatal venezolana debe repensar la distribución de sus ahorros en el exterior porque si no toma una decisión inteligente «va a sufrir otros golpes. PDVSA no puede confiar en el exterior para mantener sus ingresos», puntualizó.
«Atropello sin límite»
Por otra parte, según afirmó este viernes el experto David Paravisini a la estatal Venezolana de Televisión, la decisión judicial de congelar activos en el exterior de Pdvsa por solicitud del consorcio estadounidense Exxon Mobil, aunque sea de forma temporal, constituye un «atropello sin limite».
El también ex presidente de la Comisión de Energía y Minas del Parlamento venezolano indicó que esa acción representa una actuación de forma abusiva.
«Esto es una especie de resollar de un coloso frustrado que daba por seguro que ese petróleo era de ellos», añadió, al recordar que la solicitud responde a una medida cautelar promovida por Exxon Mobil previo al arbitraje que la enfrenta con Pdvsa.
El grupo estadounidense acudió a finales del 2007 ante el Centro Internacional de Arreglo de Disputas Relativas a Inversiones (CIADI) tras su retiro forzoso de la asociación estratégica Cerro Negro, que opera en la Faja Petrolífera del Orinoco.
Con este paso, indicó Paravisini, el mayor grupo petrolero del mundo defiende el argumento de lograr garantías para la ejecución de un eventual fallo del CIADI. El experto recordó que en los documentos iniciales que dieron origen a la asociación se estableció que la misma sería regida por las leyes de Venezuela.
Paravisini estimó que una medida de ese tipo, la cual alcanza a activos estimados en unos 12 mil 300 millones de dólares, «no tiene en términos inmediatos efectos sobre Pvsa», aunque sí podría afectar la confiabilidad en materia de préstamos.
Pdvsa enfrenta a un gigante
Los beneficios de Exxon Mobil superan el producto interno bruto de países como Israel, Venezuela, Malasia o la República Checa. Sinembargo, esa compañía promueve campañas de desinformación valoradas en cientos de millones de dólares, y en las que pretende mostrarse como una empresa con responsabilidad ecológica.
Hoy en día, Exxon Mobil es la compañía petrolera causante de la mayor emisión de gases del planeta. El movimiento mundial por los bosques tropicales, estima que anualmente emite más de 209 mil toneladas de dióxido de carbono. Sus operaciones y quema de productos desde su fundación en el siglo pasado han causado entre 4.7 y 5.3 por ciento del total de emisiones de dióxido de carbono provocadas en el mundo.
Además, Exxon Mobil ha financiado con 16 millones de dólares a 43 organizaciones y lobbies que tienen como objetivo negar que el cambio climático sea una realidad para tratar de retrasar las acciones para abordarlo.