Un informe presentado al Congreso de Estados Unidos de América, titulado Contemporary Global Anti-Semitism, a Report Provided to the United States Congress, está dedicado a la memoria de Tom Lantos (1928-2008), y dice así: En memoria de Tom Latos, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Congreso de Estados Unidos, un líder de fuerza moral […]
Un informe presentado al Congreso de Estados Unidos de América, titulado Contemporary Global Anti-Semitism, a Report Provided to the United States Congress, está dedicado a la memoria de Tom Lantos (1928-2008), y dice así:
En memoria de Tom Latos, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Congreso de Estados Unidos, un líder de fuerza moral y campeón de los derechos humanos. Como el único sobreviviente del holocausto que llegó al Congreso, testimonió con una elocuencia no común la verdad basada en una experiencia atroz: promover la tolerancia es esencial para la construcción de un mundo de libertad y paz.
Que toda conciencia recuerde que el anti-semitismo es siempre erróneo y es siempre peligroso, que todos nos expresemos contra el anti-semitismo, y que todos nosotros tengamos el coraje cívico de accionar contra el anti-semitismo y otras formas de intolerancia en cualquier momento y en cualquier parte que aparezca.
En la página siguiente contiene dos frases, una del presidente George W. Bush y otra del vicepresidente Richard B. Cheney.
La del primero está tomada, seguramente, de un discurso pronunciado el 18 de mayo de 2004, en Washington , D.C., y dice así:
El pueblo judío ha visto, durante años y durante siglos, el odio que prepara el camino de la violencia.
El rechazo a exponer y confrontar la intolerancia puede llevar a crímenes más allá de toda imaginación. Por eso nosotros tenemos el deber de exponer y confrontar al anti-semitismo en cualquier lugar en que se encuentre.
La del segundo, tomada de un discurso pronunciado en Krakow, Polonia, del 27 de enero de 2005, dice así:
Reunidos en este lugar debemos recordar que tan inmensa crueldad no ocurrió en un lejano rincón incivilizado del mundo, sino por el contrario en el mismo corazón del mundo civilizado… La historia de los campos de concentración nos recuerdan que el mal es real, y debe ser llamado por su nombre, y debe ser confrontado. Debemos recordar que el anti-semitismo puede comenzar con palabras, pero raramente se detiene en las palabras… y el mensaje de intolerancia y odio debe ser opuesto antes de que se convierta en actos de horror.
Hemos señalado en negrita aquellos conceptos con los que coincidimos de los textos extraídos del Informe sobre Anti-semitismo, y haremos unas breves reflexiones sobre lo que realmente acontece y toda la falacia e hipocresía que se esconde detrás de esa supuesta defensa de los valores humanos, de la verdad, de la libertad y de la paz.
Pero, antes de ello transcribiremos un breve texto del libro de un gran pensador humanista, como lo fue Carl Sagan, de confesión judía, y cuya búsqueda de la verdad, seguramente lo habría llevado a repetir como muchos de nosotros «Quiero mucho a mi patria pero más quiero a la verdad.»
El libro se titula Miles de millones. Reflexiones sobre la vida y el universo, y lo hemos extraído de las páginas 298 a 300, de la edición castellana, publicada por Ediciones B. S.A., en noviembre de 2001, Madrid, España, traducción de la edición en inglés de 1997 y dice así:
Estados Unidos ha perpetrado invasiones e intervenciones armadas en otros países en más de 130 ocasiones (*), incluyendo China (18 veces), México (13), Nicaragua y Panamá (9 cada uno), Honduras (7), Colombia y Turquía (6 en cada país), República Dominicana, Corea y Japón (5 cada uno), Argentina, Cuba, Haití, el reino de Hawai y Samoa (4 veces en cada uno), Uruguay y Fiji (3 cada uno), Granada, Puerto Rico, Brasil, Chile, Marruecos, Egipto, Costa de Marfil, Siria, Irak, Perú, Formosa, Filipinas, Camboya, Laos y Vietnam.
La mayoría de estas incursiones han sido escaramuzas para mantener gobiernos sumisos o proteger propiedades e intereses de empresarios estadounidenses, pero algunas han sido mucha más importantes, prolongadas y cruentas.
Las fuerzas armadas estadounidenses han actuado en América latina no ya antes de la revolución bolchevique, sino antes del Manifiesto comunistas, lo que hace un poco difícil de aceptar la justificación anticomunista de la intervención en Nicaragua..
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La invasión estadounidense del sureste asiático -de unas naciones que jamás habían dañado o amenazado a Estado Unidos– supuso la muerte de 58.000 estadounidenses y más de un 1.000.000 de asiáticos; Estados Unidos lanzó 7,5 megatones de explosivos de gran potencia y ocasionó un caos ecológico y económico del que la región todavía no se ha recobrado.
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Los burócratas tienen buenos motivos para inventar enemigos y exagerar sus fechorías.
Y más adelante, páginas 302 y 303, Carl Sagan, ya en su lecho de muerte, nos invitaba a todos, con sencillas palabras pero llenas de sabiduría, y que nosotros hacemos nuestras en esta crítica, que quiere ser lo más dura posible contra los falsos pensadores, los hipócritas, los supuestamente poderosos administradores del imperio estadounidense, y sobre todo porque ellos pretenden erigirse, no sólo en mandantes comisarios del mundo, sino porque engañan a su pueblo y pretenden hacerlo también con todos los demás pueblos de la tierra:
Una lección crucial de la ciencia es que para comprender cuestiones complejas (o incluso sencillas) debemos tratar de liberar nuestra mente del dogma y garantizar la libertad de publicar, de rebatir y de experimentar. Los argumentos de autoridad resultan inaceptables. Todos, aún los dirigentes, somos falibles. Sin embargo, por claro que resulte que el progreso necesita de la crítica, los gobiernos tienden a resistirse.
…
A corto plazo, una docilidad intelectual y moral muy difundida puede ser conveniente para los líderes, pero a largo plazo es suicida para la nación. Uno de los criterios para el liderazgo nacional debe ser, por lo tanto, el talento para entender, estimular y hacer un uso constructivo de la crítica vigorosa.
La búsqueda de la verdad exige la absoluta libertad de pensamiento, y de expresión y publicación de ese pensamiento, aunque sea el más antagónico al que profesamos. Si no es así, toda palabrería sobre los valores humanos, la verdad, la libertad, la paz y la tolerancia, y demás conceptos sobre los derechos humanos, no son sino la expresión de la mayor hipocresía concebible en los seres humanos.
Tal es el caso de este documento, que no analizaré aquí, y cuyo único objetivo es evitar por la amenaza de la hoy primera potencia mundial, toda crítica al Estado terrorista de Israel, así como al propio gobierno de EE. UU. de América que ha asumido el mismo comportamiento que aquel en Palestina, en otros países del mundo, como Afganistán e Irak.
Tan sólo diré que la palabra anti-semita no significa nada de lo que dice el documento. En verdad, estos dos burócratas debieron haber buscado mejor asesoramiento para elaborar un documento como el que han hecho público.
Quizá, hubiera sido conveniente invitar a un pensador como Giovanni Sartori, quien es profesor visitante de las universidades estadounidenses, y haberle pedido a él que redactara el documento.
En su libro Teoría de la democracia. Tomo 1, editado por REI, Buenos Aires, 1990, dice Sartori en la página 41:
Las palabras no sólo tienen una historia, sino, invariablemente, una historia muy efectiva. Ignorar la razón para su acuñación, variaciones y subsiguientes desviaciones de los significados originarios, equivale a renunciar a la brújula en una navegación peligrosa.
Particularmente, el significado originario no es nunca una quimera o un capricho. Cuando acudimos a la raíz etimológica estamos seguros de empezar sobre fundamentos genuinos.
Por otra parte, el preguntarse sobre el sentido original de un término es sólo -en general- el primer paso de una investigación.
Igualmente, hay dos aclaraciones o reflexiones que quisiera no dejar de hacer.
La primera es que si de grupos humanos intolerables debemos hablar, todos los historiadores han señalado taxativamente que los más intolerables seres humanos de la historia de la humanidad son aquellos que profesan el monolatrismo, al que pretensiosamente denominan monoteísmo. Desde Renán a Toynbee, no hay un solo autor que no certifique y afirme con ellos esta declaración. Y más intolerables aún si estos adoradores monolátricos, se consideran elegidos por su deidad.
La segunda es que la palabra ‘semita’ fue inventada por el profesor A. L. von Schlözer, en 1781, y que ésta sólo se refiere a un protolenguaje, del cual surgieron las lenguas que se hablaban en la región denominada por los europeos como «el cercano oriente», ya que hasta aquel momento se denominaban lenguas orientales a todas las que se hablaban desde el Mediterráneo hasta Japón.
También en la misma época surgió el protolenguaje de otra región de la tierra, al que se denominó ‘ario», y es conveniente aclarar lo que Max Müller, inventor de esta palabra, dijera ante el mal uso que de ella realizaban distintos sectores:
He declarado una y otra vez —escribía en 1888 en su Biographies of Words and the Home of the Aryas–, que al decir ario no me refiero ni a la sangre ni a los huesos, ni al cabello ni al cráneo; quiero decir, simplemente, aquellos que hablan la lengua aria…
Y una cita, podríamos decir que escrita para George W. Bush y a Richard B. Cheney, de Simeon Potter, en su libro El lenguaje en el mundo moderno, editado por la Compañía General Fabril Editora, en Buenos Aires, en 1964, quien en la página 31, dice:
A pesar de las vociferantes quejas de los etnógrafos y biólogos, la gente continúa confundiendo el idioma con la nacionalidad y asociando raza y cultura con ambos.
Los demagogos inescrupulosos explotan esta confusión de los pueblos para satisfacer aún más sus fines egoístas.
El bienestar del hombre, en el futuro, descansará más que nunca sobre su rapidez y valor para detectar y delatar estas falacias palpables y, tal como Sócrates en la antigüedad, advertir a sus conciudadanos contra las influencias corruptoras de los slogans y la propaganda.
Lo que todas estas citas quieren advertir, simplemente es, que una de las más grandes estupideces de la historia de la humanidad es acusar a alguien de anti-semita, ya que se lo está acusando de estar en contra de un protolenguaje. Todo lo demás del documento es un palabrerío panfletario inútil y carente de sentido.
Ojala esta pequeña aclaración-denuncia, como las de Sócrates en su época, pudiera hacerse llegar a los ciudadanos estadounidenses e israelíes para que no se dejen embaucar por demagogos y burócratas corruptos, ambiciosos de poder y por conservar su lugar en los gobiernos de sus países los engañan con documentos como el que mencionamos.
Para aquellos que quieran profundizar esta temática, la literatura sobre la misma es enorme, y tan sólo sugerimos cinco libros de los muchos que existen:
Ernest Renan. Histoire générale y système comparé des langues semitiques. Calmann Lévy, Éditeur. Paris. 1901.
Edgard Ullendorff. Is Biblical Hebrew a Language? Otto Harrassowitz. Wiesbaden. 1977.
Maurice Olender. Les langues du Paradis. Aryens et Sémites: un couple providentiel. Galimard/Le Seuil. 1989.
Étienne Balibar. Antisémitisme: l’intolerable chantage. La Découverte. Paris. 2003.
Pascal Boniface. Est-il permis de critiquer Israel? Robert Lafont. Paris. 2003.
(*) Esta lista que suscitó una cierta sorpresa cuando fue publicada en Estados Unidos, se basa en recopilaciones de la Comisión de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes.