Por su parte, los internautas suelen afirmar sus derechos individuales fuera de contexto, situándose como vanguardia tecnológicamente liberada de una sociedad informáticamente iletrada. Más aún, los emprendedores llegan a empresarios mediante la comercialización acelerada de Internet, un proceso en el que frecuentemente traicionan sus principios libertarios, por ejemplo, mediante el sacrificio de la privacidad de […]
Por su parte, los internautas suelen afirmar sus derechos individuales fuera de contexto, situándose como vanguardia tecnológicamente liberada de una sociedad informáticamente iletrada. Más aún, los emprendedores llegan a empresarios mediante la comercialización acelerada de Internet, un proceso en el que frecuentemente traicionan sus principios libertarios, por ejemplo, mediante el sacrificio de la privacidad de sus clientes o la colaboración técnica e informativa con los dispositivos de control y vigilancia de la Administración.
— Manuel Castells, lección inaugural del curso 2001-2002 en la UOC.
Coincidí dos veces con Jimmy Wales, en el Kopyleft de San Sebastián y en el Copyfight de Barcelona, y me pareció un excelente hombre de negocios. Nadie ha retratado como Manuel Castells a ese tipo de empresarios que proceden del ciberlibertarismo.
La censura de Rebelión en la Wikipedia ha coincidido con el borrado del artículo que Mercè Molist escribió sobre Hispahack.
Quizás somos ingenuos. A nadie debería extrañar a estas alturas la deriva mercantil que han tomado todos los proyectos pretendidamente altruistas emprendidos por los pioneros de la Internet norteamericana. Tampoco desde Europa podemos ir dando lecciones de libertad, justo en el momento en que el Parlamento Europeo pretende regular los guantánamos para inmigrantes.
Siempre he pensado que en las enciclopedias y en los callejeros sólo se debe entrar después de muerto, y para eso nunca hay que tener prisa. Toda mi solidaridad con Rebelión.