Cuatro días viendo y haciendo porno, en los que las tetas de silicona brillaron por su ausencia y las pollas descomunales fueron suplantadas por una amplia gama de dildos. Nada de rubias oxigenadas y sobreactuadas para gozo de la masculinidad hegemónica. Por una vez, los cuerpos que el sistema considera desviados y los deseos que […]
Cuatro días viendo y haciendo porno, en los que las tetas de silicona brillaron por su ausencia y las pollas descomunales fueron suplantadas por una amplia gama de dildos. Nada de rubias oxigenadas y sobreactuadas para gozo de la masculinidad hegemónica. Por una vez, los cuerpos que el sistema considera desviados y los deseos que trasgreden la norma fueron protagonistas.El escenario fue Feminismopornopunk, un seminario dirigido por el filósofo queer Beatriz Preciado, que reunió del 2 al 6 de julio en el centro cultural Arteleku (Donostia) a un sinfín de colectivos punk, LGTB, sadomaso (SM), queer, artistas, feministas y personas ávidas de representaciones del sexo alternativas, libres y diversas.
No faltaron pioneras como la ex estrella del porno y ahora artista y sexóloga Annie Sprinkle y el fotógrafo transgénero Del LaGrace Volcano. El seminario ha permitido «apropiarnos de las representaciones de nuestros cuerpos y generar un discurso que nos satisfaga, no medido por las reglas estándar», resume Medeak, colectivo trans-bollo-feminista donostiarra. El público fue espectador de performances impactantes, como la de la pornoterrorista Diana Junyet, que recitó poesías salvajes desnuda y manchada de sangre ; el actor transexual Lazlo Ilya Pearlman (acompañado por la performer Nadège Piton), una prueba irrefutable de lo masculino que puede ser un hombre con vagina, y el colectivo Orgía, que dibujan flores hipersexuadas y desviadas en respuesta a la feminidad casta y delicada. Pero las asistentes pudieron ser también estrellas por un día, gracias a los talleres organizados por Post-op (en los que se fotografiaron practicando SM), María Llopis (ex Girlswholikeporno) y la artista Shu Lea Cheang.
Preciado abrió el seminario disertando sobre la construcción de la mirada pornográfica y las contradicciones que entraña el porno tradicional. Después, la directora y crítica de porno Tristan Taormino recorrió las últimas tendencias posporno en EE UU. Su apuesta de utilizar los recursos de la industria tradicional abrió la discusión sobre si conviene entrar en el circuito o permanecer en los márgenes. ¿Y cómo trascender las minorías y llegar al público masivo con representaciones no normativas ? Para Annie Sprinkle, «el posporno es vanguardia». «No me importa que todavía no lleguemos a todo el mundo si generamos ideas nuevas», declaró a DIAGONAL.
Las presentaciones de proyectos suscitaron diversos debates. La crítica a la uniformidad de los cuerpos de las actrices y actores porno se transformó en autocrítica : ¿representa el posporno a etnias diferentes, discapacitadas, seropositivas o ancianas ? Se habló de la censura que ha sufrido la pareja gay Black Sun Productions por utilizar fluidos corporales ; Alex Brahim por comisariar obras pintadas con sangre de una seropositiva ; Llopis por narrar cómo violó a un hombre… La presentación de Javier Sáez de las campañas de prevención del sida dirigidas a la comunidad de los osos provocó otro interrogante : ¿Cómo es que se sabe tan poco sobre el contagio entre mujeres ? Porque las relaciones lésbicas son invisibles también a la hora de diseñar políticas de prevención, centradas en la genitalidad masculina, contestó Preciado.
Las ponencias de Del LaGrace Volcano y la periodista feminista Itziar Ziga introdujeron un enfoque novedoso sobre la feminidad, ligada erróneamente a la opresión patriarcal. Ziga, quien prepara un libro de entrevistas a mujeres que representan una feminidad insurgente y extrema, ensalzó la figura de la perra calientapollas : la mujer deseable para el heteropatriarcado pero que no se somete a él. «Nos dejó boquiabiertas. Es genial apropiarse de la feminidad como arma», opina Medeak.
Sprinkle y su pareja, la artista Beth Stephens, deleitaron al público con una retrospectiva de sus trabajos por separado y con la presentación de su proyecto conjunto. En Love Art Laboratory, ambas exploran los conceptos de sexo, pornografía, amor y arte. «En un mundo lleno de violencia, queremos celebrar y generar amor. Pero se tiende a excluir el amor del porno y el sexo cachondo del amor. El amor es el último tabú, el nuevo sexo. Nosotras cuestionamos esa división», explica Sprinkle. Conmocionaron las obras realizadas durante su operación de cáncer de pecho. «Estás muriéndote, pero si lo eliges puedes convertirlo en sexo y arte», detalla Stephens. Reflexionaron además sobre otro tabú : el sexo a partir de los 40 años.
http://www.diagonalperiodico.net/spip.php?article6339
Texto relacionado: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=70703