Como si únicamente la dimensión mas nefasta del pasado fuese la que pudiera saltar hacia el presente, vivimos estos días. Y en lugar de estar absortos nutriéndonos en las raíces de la vida y en la creación de los nuevos mundos que tanto nos urgen, nos hallamos ante la irrupción sin pausa de los viejos […]
Como si únicamente la dimensión mas nefasta del pasado fuese la que pudiera saltar hacia el presente, vivimos estos días. Y en lugar de estar absortos nutriéndonos en las raíces de la vida y en la creación de los nuevos mundos que tanto nos urgen, nos hallamos ante la irrupción sin pausa de los viejos fantasmas de la agresión, el odio, el miedo y la muerte.
Pareciera que los teatros del espanto, lo océanos de sangre vertida y los inabarcables sufrimientos humanos infringidos por los hombres sobre los hombres, no hubiesen sido suficientes, e indolentes apretásemos el paso como humanidad hacia nuevos estallidos confrontativos y abismos inéditos de miseria.
En el escenario internacional y en el nacional, el pasado turbio asalta al presente, y aun no contemplamos, como anhelan los corazones, el irrumpir, incontenible por masivo, de las columnas del amor sin tregua que convoco el apóstol. ¿Habrá tiempo de reaccionar como especie antes los colosales desafíos que se ciernen sobre la vida? Si en lugar de acometer sin dilación alguna , con todas las fuerzas y con la imaginación desbordada los mas pavorosos estragos y las mas graves amenazas que padece la humanidad, los mas grandes poderes mundiales se empecinan en aprestar las flotas y armamentos para determinar quien decide en el planeta y para disputarse , como fieras hambrientas , las ultimas gotas de petróleo que quedan a la tierra ¿Que podemos esperar?
¿Nada hay que esperar! – exclaman las campesinas y los necocampesinos que aman la tierra y la vida – mientras continúan cuidando y sembrando las semillas en tiempos en los que el hambre se cierne ya, no sobre los 800 millones de seres que el progreso continua ignorando como siempre, sino sobre las franjas mayoritarias que habitan las urbes y persisten en ignorar o subvalorar el significado de la tierra y el trabajo de producir los alimentos; ¡Nada hay que esperar! Susurran los ancianos sabedores que profetizan tiempos inminentes de catástrofes para el desmán de las ciudades mientras dan ejemplo de habitar la tierra amándola y comprendiendo el tejido sutil con el que se expresa ; ¡Nada hay que esperar ¡ afirman resueltos los que organizan las paginas del periodico impreso o digital , o el libro que saldrá en breve con la memoria de la defensa de Antonio Nariño , el hombre condenado en 1795 por la real Audiencia de Santa Fe por publicar los derechos del hombre como un aporte a las conciencias para que abandonasen el funesto habito de la ignorante sumisión impuesto con hierro y fuego, con ardides y satánica paciencia ; ¡Nada hay que esperar! Grita el joven padre hijo de chocoanos desterrados de sus ricas tierras de la costa pacifica , y que ahora buscan , junto a centenares de miles de desesperados , lo del pan diario , mientras la Alcaldía Mayor del Polo Democrático ordena o tolera desde hace un mes que sus frutas sean decomisadas por la Policía al tiempo que con burla mortal le dicen al humilde que llenando los papeles les serán devueltas ; ocho o quince días después , ya podridas ; y se lo dicen al hombre recio del pueblo intimidado ante sus armas y enfermo de angustia , con el llanto bordeando la pupila, por no poder llevar ese día algo de comer a la boca de sus hijos , mientras les explican que no pueden usar el Sacro Santo Espacio Publico , y se lo dicen tosiendo y con los ojos enrojecidos porque hace rato el espacio publico fue apropiado por los vendedores de automóviles , no para ofrecer la sana y deliciosa fruta tropical – que les deja menos de 20.000 pesos al día , cuando hay suerte , al que la ofrece en la calle – sino para envenenar la atmósfera con el uso demencial del automóvil , despilfarrando el petróleo – que se extrae con sangre nigeriana , andina o iraquí – y se malbarata para impresionar, por que la publicidad así lo ha ordenado, a la mujer o al hombre que mas que amar anhelan ver tendidos ante su triunfadora coraza competitiva. Y nadie se atreve, por temor , a decirles a estos vendedores de autos o de estafas que resarzan los daños causados a todos , porque estos vendedores o estafadores pagan anuncios en la televisión y en la radio y en la prensa , pagan elecciones , y el desterrado humilde que ofrece la mandarina , el coco o el chontaduro , no lo puede hacer , ni sabe escribirle al periódico del Polo para decirle que él también es demos y suplicarle que comunique la aberrante injusticia de sus casos para que cesen por la mirada colectiva las agresiones que a todos nos afrentan.
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En los mares del Caribe acontecimientos invisibilizados por la gran prensa se precipitan y son sucesos que aunque parecieran estar muy distantes , están íntimamente vinculados al discurrir en las calles de Santafe de Bogotá , que hoy cumple 470 años de fundada sobre la chagra muisca.
El 21 de julio, unas semanas después de la reactivación de la IV Flota estadounidense encargada del control militar, con armas nucleares, del Caribe y el Centro y el revuelto Sur de América, el diario Izvestia publico declaraciones sobre la eventual instalación de bases para los bombarderos estratégicos rusos en Cuba. La noticia provenía de hipótesis elaboradas en Rusia ante la insistencia del gobierno estadounidense en montar redes y plataformas de lanzamiento del escudo nuclear en las fronteras de Rusia. El 22 de julio el General Norton Schwartz , nominado para ser el próximo Jefe del Estado Mayor , declaro ante el Senado estadounidense que si Rusia daba ese paso ello significaría cruzar la línea roja de lo inadmisible para la seguridad de los Estados Unidos. ¿Alguien recuerda los tensos días de la Crisis de octubre de 1962?
El día 24 de julio – fecha aniversaria del 225 natalicio del genio que batallo por la unidad de nuestra América porque en esta unidad avizoro la condición imprescindible de nuestra soberanía – Fidel Castro publico una columna en la que refiere este incidente y clama por nervios de acero en estos tiempos de genocidio. El día 26 de julio , día en que se conmemoro el 55 aniversario del Asalto al Cuartel Moncada , el Presidente Chávez escribió una carta a Fidel , en esa misiva recupera unas palabras de Fidel del 26 de febrero de 1986 : Vivimos una época que exige verdaderamente nervios de acero y políticas con la transparencia del cristal y la firmeza de una roca de granito.Asi han sido los nervios de este pueblo heroico, rodeado de bases militares nucleares amenazantes y agresivas durante decenas de años; así ha sido su política de paz.
De nuevo, entonces, nos aparece el Caribe en su entronque con los Andes, como lugar decisivo de la geopolítica global, y lo hace en estos tiempos en que la memoria emerge en el mundo con toda la fuerza formidable del sentimiento que le es propia y la luz insobornable que traen los recuerdos de la dignidad. Los dueños de la Historia se incomodan , se molestan , se sienten desafiados en su antiguo privilegio : el control absoluto ejercido sobre lo que podemos evocar ; y en alianza vergonzosa , y a la final inútil, con los dueños de los medios masivos de desinformación , se abalanzan sobre la memoria , para que ignoremos las voces centelleantes que no guardaron silencio frente a la injusticia del pasado en la que esta enraizada el oprobio y los mecanismos autodestructivos de nuestro presente ; para que si acaso no ignoramos esas voces , las olvidemos encadenados a la angustia , la codicia , la desesperación , el goce infantilizado , o borrachos por la catarata de estímulos con los que se manipula día y noche el delicado tejido del deseo. Todo vale, con tal de poder continuar fabricando identidades sumisas sobre el olvido de lo que somos.
En agosto de 1885, José Marti escribió una columna para el diario La Nación de Buenos Aires: La Política del Acometimiento, que podría ser leída como noticia de hoy sobre la sustancia energética que logro en muy pocos años realizar la contra proeza de transmutar la tierra en un lugar infernal:
«….estos colosales rufianes elemento temible y numeroso de esta tierra sanguínea, emprenden su política de pugilato y, recién venidos de la selva, como en la selva viven en la política, y donde ven un débil comen de el, y veneran en si la fuerza, única ley que acatan, y se miran como sacerdotes de ella, y como con cierta superior investidura e innato derecho a tomar cuanto su fuerza alcance. ……la fuerza y la riqueza mágica que surgieron y rebosaron con la guerra produjeron en los Estados Unidos esas nuevas cohortes de gente de presa, plaga de la Republica que arremete y devasta como aquella. El país bueno la ve con encono, pero alguna vez, envuelto en sus redes, o deslumbrado con sus planes, va detrás de ella……..
Forman sindicatos, ofrecen dividendos, compran elocuencia e influencia, cercan con lazos invisibles al Congreso, sujetan de la rienda la legislación, como un caballo vencido, y, ladrones colosales, acumulan y se reparten ganancias en la sombra.Son los mismos de siempre;
Tienen soluciones dispuestas para todo: periódicos, telégrafos, damas sociales, personajes floridos y rotundos, polemistas ardientes que defienden sus intereses en el Congreso con palabra de plata y magnifico acento. Todo lo tienen: se les vende todo: cuando hallan algo que no se les vende, se coaligan con todos los vendidos y lo arrollan.
Un deseo absorbente les anima siempre, rueda continua de esa tremenda maquina: adquirir: tierra, dinero, subvenciones, el guano del Perú, los Estados del Norte de México….
…no pasa un día sin que pongan un leño encendido, con paciencia satánica, en la hoguera de los resentimientos.
¡En cuerda publica, descalzos y con la cabeza mondada debían ser paseados por las calles esos malvados que amasan su fortuna con las preocupaciones y los odios de los pueblos! – ¡Banqueros no, bandidos!»
¡Así hablaba Martí ¡ y , sin embargo, su palabra de fuego, vivificadora e iluminante, jamás estuvo alentada por el odio. Su mirada que corría velos y traspasaba siglos , fruto de haberla fraguado en el estudio , la meditación , una vida conducida con decoro , sin macula, y un amor infinito por la libertad de nuestra América y la dignidad de sus pueblos , sirvió para comprender donde se originaban los males que desde hace siglos nos asolan y cuales eran las rutas para alcanzar una republica donde la ley primera fuese el culto a la dignidad plena del hombre.Su enfrentamiento a las armas que sostenían la tiranía , nunca le pareció tan difícil como el colosal proceso de desmontar las cadenas invisibles que forjo con crueldad y con astucia la colonia cultural. Pero en ninguna de las dos batallas, a las que consagro su obrar y ofrendo su vida, existió una sombra de odio como motor anímico. La virtud y el amor sin tregua fueron las raíces del genio y del espíritu arrebatador que fundió los corazones de la isla en un solo anhelo invencible de independencia absoluta.