Esta semana le toca el turno a los republicanos que iniciarán su convención nacional en St. Paul, Minnesota, donde la coronación de su candidato presidencial John McCain está amenazada por huracanes, el presidente George W. Bush y «anarquistas». Sólo días después del tercer aniversario del huracán Katrina y su devastación de Nueva Orleáns y otras […]
Esta semana le toca el turno a los republicanos que iniciarán su convención nacional en St. Paul, Minnesota, donde la coronación de su candidato presidencial John McCain está amenazada por huracanes, el presidente George W. Bush y «anarquistas».
Sólo días después del tercer aniversario del huracán Katrina y su devastación de Nueva Orleáns y otras partes del Golfo de México, lo cual mostró una incapacidad del gobierno de Bush en responder a la catástrofe y reveló las grandes disparidades e injusticias raciales y económicas ocultas en este país, el huracán Gustav ha provocado la evacuación de esa misma zona donde se pronostica que la tormenta llegará justo el primer día de la convención del mismo partido responsable del desastre ocurrido en agosto de 2005.
Pero los vientos de Gustav ya soplan en St. Paul cambiando súbitamente el festejo republicano programado para esta semana. «Suspenderemos la mayoría de nuestras actividades mañana», anunció McCain, al declarar que «tenemos que deshacernos de política partidaria y responder como estadunidenses» ante la amenaza de la tormenta. McCain y el liderazgo del partido informaron que este lunes la convención sólo realizará los requisitos legales de constituirse y aprobar las reglamentos y otras acciones de procedimiento necesarios para nominar y coronar a su candidato presidencial. «Eso es lo único que haremos», dijo Mike Duncan, presidente del Comité Nacional Republicano, y que se sesionará solo un par de horas. Por lo tanto, Bush ya no se presentará en el espectáculo de los republicanos este lunes como estaba programado, ni el vicepresidente Dick Cheney, ya que tienen que encargarse de la amenaza de la tormenta
Los dirigentes del partido anunciaron que el programa para martes y el resto de los cuatro días estarán al pendiente de lo que ocurre con el meteoro. Todos repitieron la nueva consigna de que «nos quitaremos los sombreros del partido y responderemos como estadunidenses».
McCain ya declaró que la convención se transformará de «un acto partidario en un evento para llamar al país a la acción para ayudar a nuestros ciudadanos en este tiempo de tragedia y desastre». El republicano visitó hoy regiones de la costa del Golfo de México junto con Sarah Palin, gobernadora de Alaska, recién nombrada como su candidata a la vicepresidencia. McCain afirmó, después de revisar los preparativos en la zona amenazada, que «no veremos repetidos los errores de Katrina«.
Los republicanos están más que conscientes de que sería «políticamente problemático» realizar un festejo de cuatro días al mismo tiempo que miles están evacuando Nueva Orleáns, especialmente cuando una de las manchas sobre el legado del gobierno de Bush fue su reprobada respuesta a Katrina, cuyas secuelas humanas, políticas y de infraestructura aún están muy visibles.
Carta de Michael Moore a Dios
El cineasta Michael Moore envió hoy una «carta abierta a Dios», que dice «ahora, Padre de los cielos, todos sabemos que Tú tienes un gran sentido del humor…. Enviar un huracán en el tercer aniversario del desastre de Katrina. Y justo al inicio de la Convención Republicana fue, a primera vista, un gran golpe de ironía divina. No te culpo, sé que estás enojado de que los republicanos intentaron responsabilizarte a ti por Katrina al llamarlo ‘un acto de Dios’, cuando la verdad fue que el huracán por sí solo causó pocas bajas en Nueva Orleáns. Más de mil personas murieron por los errores y la negligencia de humanos, no por Ti». Y aunque le pide a Dios que no le haga esto de nuevo al pueblo de Nueva Orleáns, la carta recuerda cómo los líderes religiosos de la ultraderecha dentro del Partido Republicano habían dicho que Katrina y otros desastres eran castigos contra los liberales, los gay y más.
Y es que el huracán es un recuerdo de la sombra que cubre este acto: Bush. Para McCain y varios políticos más que buscan su elección o relección como republicanos en noviembre, el gran desafío es cómo justificar a Bush y su mandato y a la vez, cómo distanciarse lo más posible de un presidente con una de las tasas de aprobación más bajas en la historia moderna de este país. El problema ahí es que están rodeados de los escombros de esta presidencia.
A sólo unas cuantas cuadras del Centro Xcel Energy donde se realizará la convención está el puente de la autopista I-35W, el cual se colapsó hace un año matando a 13 (entre ellos, una mujer somalí embarazada y su hijo, un trabajador indocumentado latinoamericano, y un chofer de camiones estadunidense) e hiriendo a 145 personas, revelando -al igual que Katrina– las deficiencias de la infraestructura básica nacional como resultado de la negligencia del gobierno durante décadas, pero sobre todo durante esta presidencia.
Mientras tanto, el país padece una recesion económica con alzas en desempleo, precios de combustible, alimentos básicos y del nivel de pobreza, mientras que la disparidad entre ricos y pobres ha alcanzado índices no vistos desde 1929.
La lista continúa: la guerra en Irak que según algunos cálculos ya ha consumido más de un billón de dólares, algunos aún se recuerdan enormes casos de corrupción empresarial encubiertos por este gobierno (Enron, Worldcom, Halliburton y más), junto con escándalos de corrupción e hipocresía de una larga lista de políticos republicanos, más el engaño de las armas de destrucción masiva, la anulación del fundamento del sistema judicial (el habeas corpus), el empleo de la tortura, desapariciones, espionaje contra ciudadanos, el campo de concentración en Guantánamo y otros actos que, según en creciente coro de militares, expertos constitucionales, jueces y más han violado garantías constitucionales así como el derecho internacional.
Entre todo esto, no sorprende que más de 20 legisladores republicanos han anunciado que no buscarán su relección y que líderes del partido están pesimistas sobre las fortunas de este partido en las elecciones legislativas y estatales, aunque a la vez, permanece el misterio de que en el caso de la contienda presidencial hay por ahora un empate técnico.
Así, en St. Paul brota una noticia que pareciera salir de los titulares de prensa de hace un siglo: «redadas contra anarquistas». El periódico local Star Tribune reportó que las autoridades de seguridad realizaron redadas en por lo menos seis edificios en St. Paul y Minneapolis entre el viernes y el sábado para detener un complot «anarquista» contra la convención, rompiendo puertas, rodeando casas y deteniendo a decenas de personas. Abogados y activistas denunciaron las tácticas como «excesivas» y culparon a la policía de emplear violencia contra gente que deseaba expresarse de manera no violenta en protestas preparadas para la convención. La policía dijo que habían implantado informantes en los grupos de protesta «desde hace mucho» con cuya información realizaron el operativo.
Así, entre huracanes, Bush y anarquistas, los 45 mil asistentes a la Convención Nacional Republicana (delegados, funcionarios, asesores, periodistas y más) están en la incertidumbre sobre qué esperar -o qué les espera- en estos próximos cuatro días.