El 24 de mayo de 2008 un grupito de bibliotecarios o administradores de la enciclopedia gratuita Wikipedia [1] decidieron unilateralmente incluir al diario digital Rebelión en su lista negra. Siete meses después, y agotadas las vías de reclamación definidas en el funcionamiento interno para los colaboradores de la enciclopedia, el bloqueo continúa y continuará gracias […]
El 24 de mayo de 2008 un grupito de bibliotecarios o administradores de la enciclopedia gratuita Wikipedia [1] decidieron unilateralmente incluir al diario digital Rebelión en su lista negra. Siete meses después, y agotadas las vías de reclamación definidas en el funcionamiento interno para los colaboradores de la enciclopedia, el bloqueo continúa y continuará gracias a la nueva decisión adoptada por quienes tenían capacidad de decisión en la polémica.
El veto a Rebelión significó que a partir de ese momento el periódico no podría ser usado como fuente de referencia ni documentación en los artículos de la enciclopedia. Ello significaba dejar huérfanas centenares de entradas que, a partir de ese momento, no podrían aprovechar el enorme archivo documental de la web Rebelión (importante tanto por los temas como por los autores que lo incluyen), y todo ello porque un selecto grupo de elegidos decidió que Rebelión era una «Fuente no neutral ni verificable».
No me extenderé sobre la cuestión, pues ya en su día la recogieron los medios [2], sólo recordar que como resultado de aquella decisión censora -y el consiguiente debate generado- decenas de usuarios de Wikipedia fueron perseguidos, amenazados, reprimidos y expulsados, y otros tantos abandonaron un proyecto enciclopédico en el que, hasta ese momento, creían.
A tenor de todo ello y del contenido de las intervenciones en el debate (las que no fueron eliminadas por los bibliotecarios), se vio claramente que la decisión de bloquear Rebelión sólo se sustentaba en una decisión ideológica. La decisión de silenciar, de eliminar, cualquier atisbo de pensamiento independiente, alternativo o disidente al neoliberalismo dominante, introducido también, como no podía ser de otra forma, dentro de Wikipedia. No fue casual por tanto la inclusión del diario digital en la lista negra, ya que es el primer medio alternativo en internet en lengua castellana (con más de 100 mil artículos consultados a diario), siendo además el único periódico diario al que se le censura en Wikipedia.
Los defensores de lo que podríamos denominar «libertad de cátedra» -libertad para poder documentar los artículos de la enciclopedia utilizando una fuente como Rebelión- se dieron de bruces con la intransigencia de los «censores». Los hechos consumados se impusieron en el debate, y de nada sirvieron las extensas y razonadas argumentaciones en favor de levantar el veto. Un mes después, y también de manera unilateral por parte de los administradores, se dio por zanjada la cuestión. Un grupo de colaboradores decidieron entonces presentar una solicitud ante el Comité de Reclamación de Conflictos (CRC), órgano interno de Wikipedia encargado de dirimir las discusiones en las que no se alcanzan acuerdos. Tras seis meses de supuestas deliberaciones, una «mayoría vinculante» de los siete miembros que componen el CRC decidieron desestimar la reclamación.
En apenas cinco líneas el CRC considera que «debe ser la comunidad [de colaboradores de Wikipedia] en su conjunto quien decida la reglamentación de la lista negra» y sugiere que sea la propia comunidad quien reabra el debate «sobre la inclusión o eliminación de rebelion.org en la lista negra» y «de creerse necesario, delimitar una reglamentación para la inclusión de direcciones en la susodicha lista a fin de evitar conflictos como el presente». Es decir, se vuelve al punto de partida, al debate estéril, censurado, limitado y finalizado por los bibliotecarios. A la impotencia de los argumentos frente a los oídos sordos de quienes tomaron la decisión de censurar Rebelión.
Uno de los bibliotecarios más activos en mantener el bloqueo contra este medio alternativo, expuso el martes una síntesis que explica la posición de quienes quieren mantener el veto. Sobre los disparates y barbaridades que escribe sobre las traducciones ya tiene cumplida respuesta en el texto «Wikipedia, Rebelión y la defensa de la traducción» firmado por los 29 integrantes del grupo de traductores de Rebelión.
Sobre la afirmación de que «rebelion.org es un agregado de entradas publicadas en otros sitios […] Es decir: Rebelión no es la fuente original», sólo querría dejar en evidencia lo falso de tal afirmación. Para montar su alegato, este bibliotecario busca cinco noticias del día 20 de enero en los que la fuente no es Rebelión, intentando con esto hacer creer que el resto de los artículos tienen origen similar. Y ello le lleva a concluir que «Rebelión sólo retransmite contenidos como lo hacen sitios como http://meneame.net, http://barrapunto.com, etc.» y que «la gran mayoría de la información publicada en Rebelión procede de otras fuentes».
Su falaz argumento pasa por alto que:
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De los 50 artículos publicados el 20 de enero, 27 tenían como fuente Rebelión (diez de los cuales eran traducciones realizadas por este periódico), 10 eran de medios con los que colabora, 6 eran de agencia y 7 de otros medios.
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Como bien recuerda la traductora María Enguix «la traducción se considera tan fuente primaria como el original», y lo mismo sucede con los artículos que se reproducen con el permiso expreso de determinados medios, como es el caso del diario mexicano La Jornada.
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Junto a las noticias de otros medios muchos autores son colaboradores habituales de Rebelión y sólo publican en este periódico.
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Rebelión es usado como fuente de referencia en Universidades, publicaciones académicas latinoamericanas reunidas por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, en más de 500 libros, en publicaciones de organismos de la ONU, por académicos y profesores universitarios, etc.
Rebelión no tiene publicidad, nadie cobra por su trabajo, tampoco obstaculiza la reproducción de sus artículos y, aunque les pese a algunos administradores de la Wikipedia, no ha perdido lectores tras ser censurado en la enciclopedia. Lo que no acaban de entender estos émulos de los Sabios de Sión es que el conocimiento libre o se comparte y se divulga sin ataduras, o no es libre (por eso Rebelión publica de tantos otro medios, por eso miles de páginas a diario publican artículos de Rebelión). Podrán mantener su decisión auto-convenciéndose de que tienen argumentos y que mientras los haya a favor y en contra no se podrá adoptar una decisión categórica (como si ellos no la hubiesen tomado al bloquear Rebelión), pero sólo estarán tratando de ocultar una evidencia: la deriva ideológica hacia posiciones cada vez más intransigentes, cada vez más alejadas de procesos participativos, plurales y verdaderamente libres; es decir, acercándose y sintonizando con los propagandistas profesionales del neoliberalismo. Wikipedia, la enciclopedia gratuita, ya es como todas las demás: sumisa al pensamiento dominante y virulenta con la disidencia.
Notas:
[1] El leivmotiv originario de Wikipedia (en inglés) fue The Free Encyclopedia. Sin embargo el término free se presta a confusión en castellano pues puede significar tanto libre como gratis. Por la misma razón los defensores y difusores del software libre desestimaron free en beneficio de open (abierto, participativo) como muestra de oposición al software propietario (con copyright) que aun siendo gratis (en algunos casos) no permite modificaciones: gratis no quiere decir participativo, ni tampoco libre. Si en un principio Wikipedia en castellano optó por equiparar free con libre, tras su deriva actual la única acepción que le cuadra es la de gratis. Y eso sólo por el momento.
[2] Para cualquiera que pueda estar interesado, basta introducir en cualquier buscador -como Google o Yahoo- las palabras Wikipedia y Rebelión.