La 23 edición del Festival Internacional de Cine de Friburgo (FIFF) se cerró la noche del sábado 21 de marzo concediendo cuatro premios a la cinematografía latinoamericana y cuatro a la asiática. Tres de los ocho galardonaron a la película mexicana «Intimidades de Schakespeare y Víctor Hugo», de la joven realizadora Yulene Olaizola.
La «Mirada de Oro», principal presea que otorga el FIFF, coronó a «My Magic», una reciente película de Singapur dirigida por Eric Khoo.
En tanto el «Talento escenográfico», premió a la película «La Nana», segundo largometraje del joven realizador chileno Sebastián Silva.
Fue sin embargo el film mexicano «Intimidades de Schakespeare y Víctor Hugo», de la directora Yulene Olaizola, la más galardonada en esta edición.
Obtuvo el premio especial del jurado; el de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica, así como el «Don Quijote», otorgado por la Federación Internacional de Cines-Club.
«Es un gran documental, de profunda calidad artística y temática» señaló a este corresponsal el director del FIFF Edouard Waintrop.
En especial «si se tiene en cuenta que Yulene Olaizola es una cineasta de apenas 26 años, con un porvenir enorme», enfatizó.
Olaizola, que no pudo estar presente en Friburgo por motivos laborales, envío un mensaje filmado que fue proyectado en la ceremonia de clausura. «Estoy muy feliz de recibir estos premios. Muy honrada», sentenció desde el Distrito Federal.
«El cine mexicano vive un momento excepcional, con una gran explosión de talentos y promesas», completó Waintrop.
El año pasado el Festival de Locarno, el más importante de Suiza, había asignado su «Leopardo de Oro» a otra película mexicana, «Parque Vía», de Enrique Rivero.
Chile galardonado
«Estoy muy feliz de haber recibido un premio tan específico por la puesta en escena, que reconoce la forma que el director se planteó para presentar su historia», señaló Sebastián Silva en entrevista exclusiva instantes después de recibir el galardón.
«Lo siento como una recompensa a mis ganas de hacer bien las cosas», indicó el realizador chileno de apenas 30 años, quien confesó haber llegado a Friburgo «sin ninguna expectativa de lograr alguna de las preseas».
«Estoy muy orgulloso, además, teniendo en cuenta la calidad de las películas seleccionadas para el concurso internacional con las que compitió «La Nana», agregó Silva.
Quien destacó con admiración «el espacio particularmente importante que el FIFF le acordó al cine latinoamericano…No sólo con los cuatro filmes en competición, sino también por el Panorama Fabulas de la Favela sobre el cine brasilero y el homenaje al realizador peruano Francisco Lombardi».
Antes de Friburgo, «La Nana» obtuvo ya importantes preseas internacionales, entre ellas el Gran Premio Mundial en el Festival de Sundance.
La notable presencia asiática
«My Magic», el principal laureado de esta edición friburguesa, narra la vida de Francis – en la persona del sorprendente actor Francis Bosco- un antiguo mago que luego de perder a su mujer cae en el alcohol y el abandono.
Desafiado por su hijo, y para retomar su autoestima, Francis vuelve a practicar magia en clubes nocturnos del bajo mundo. Lo que lo conducirá a un trágico final.
El Premio E-CHANGER, otorgado por el Jurado de Jóvenes, le correspondió a
«Breathless» (Fuera de aliento), del director coreano Yang Ik-June.
Los jóvenes concedieron una mención especial al film de Pakistán «Ramchand Pakistani». El mismo obtuvo también el Premio del Público y una mención del Jurado Ecuménico.
Éste otorgó su galardón principal a la película iraní » Be calm and count to Seven» («Queda calmo y cuenta hasta siete») de Ramtin Lavafipour.
Calidad en aumento
«La crítica y los medios de prensa presentes en Friburgo subrayaron en estos últimos días la calidad de la selección oficial», enfatiza Edouard Waintrop en su balance final.
«Constato una simpatía en aumento hacia las novedades de estilo y programa incorporadas», enfatiza al concluir la segunda edición bajo su responsabilidad.
El director del evento subraya su visión de base: «cuando pienso en una película, en una retrospectiva o en un panorama latinoamericanos, siempre, al mismo tiempo, pienso y concibo una opción asiática. Y viceversa. Un ejercicio de equilibrio. Sin olvidar a África, que estuvo presente en esta edición con un panorama sobre Nigeria y en uno de los principales foros de discusión organizados por el FIFF», enfatiza.
Waintrop reivindica dos elementos adicionales. El reconocimiento a la calidad del FIFF expresado en distintas instancias y foros por las autoridades responsables del cine y de la cultura helvéticas.
Y los encuentros de realizadores y productores provenientes de diversos países, entre ellos Colombia, Israel, Argelia y Palestina, «quienes pudieron presentar sus proyectos – en fase de escritura- a una treintena de profesionales convocados por el FIFF».
La excelencia de esta edición se refleja también en las cifras finales, tal como lo indica Franziska Burkhardt, secretaria general del FIFF.
«Contabilizamos 29.700 espectadores, es decir un 10 % más que en la edición del 2008», puntualiza.
Friburgo se consolida y crece, al decir de Burkhardt, quien lo ejemplifica con el alza en un 25 % de los profesionales del cine y de los periodistas acreditados en esta 23 edición.
Recordando también el valor pedagógico y formativo de un festival como el de Friburgo. «Al que concurren cada año más de 8 mil escolares de todos los niveles de la enseñanza primaria y secundaria, en funciones en horarios especiales, fuera del programa del gran público», concluye.