Los bancos juegan un papel fundamental en la economía. A través de ellos, en forma de créditos, el ahorro o los excedentes de dinero son canalizados hacia la inversión. De esta forma el ciclo ahorro-inversión-producción-consumo, dinamiza la economía y contribuye al desarrollo económico. La banca es un medio para alcanzar los objetivos de desarrollo y […]
Los bancos juegan un papel fundamental en la economía. A través de ellos, en forma de créditos, el ahorro o los excedentes de dinero son canalizados hacia la inversión. De esta forma el ciclo ahorro-inversión-producción-consumo, dinamiza la economía y contribuye al desarrollo económico. La banca es un medio para alcanzar los objetivos de desarrollo y no el fin en sí mismo, como posiblemente piensan algunos banqueros.
En Ecuador son alarmantes los bajos niveles de acceso y volumen total de crédito que tiene la economía. Mientras que en los países en desarrollo el promedio del volumen de crédito canalizado representa alrededor del 89% del producto interno bruto -PIB-, aquí, por ejemplo para el año 2009, no llegó al 28%.
Estudios sobre el acceso al crédito en el país, demuestran que apenas un 30% de los hogares acceden a algún préstamo, siendo mucho más reducido este porcentaje de acceso en los quintiles más pobres de la población, peor aún si se trata de mujeres o indígenas. Las pequeñas empresas también tienen muchas limitaciones para acceder a créditos -empezando por las elevadas tasas de interés- sobre todo si se compara con las ventajas que tienen los grandes grupos corporativos.
Esto evidencia que la banca privada se acostumbró a obtener jugosas ganancias con el menor esfuerzo. Sin mayor presión por parte de la regulación financiera, se han dado el lujo de lograr grandes ganancias en años de crisis económica a nivel mundial, como fueron los años 2008 y 2009. Y no solamente han ganado, y mucho, sino que también, algunos de ellos, sobre todo los más grandes, se han permitido boicotear el proceso de desarrollo nacional mandando los ahorros de la economía hacia el extranjero, financiando el desarrollo de países ricos. Actualmente alrededor de 4.400 millones de dólares tienen los bancos en inversiones y depósitos en el exterior. Este accionar de los banqueros, además, pone en riesgo la propia dolarización.
Al parecer tenemos una banca privada de espaldas a la economía nacional. Tiene tanta liquidez, que le permite tener ganancias -con dinero ajeno- invirtiendo en el exterior en vez de canalizar al crédito, sacrificando las condiciones de vida y la generación de empleo en el país. Esto es el claro reflejo de cómo el poder económico, usando recursos ajenos y no propios, se pone al servicio del bien particular atentando contra el bien común. Los bancos privados representan el 72% de los activos totales del sistema financiero y los cinco bancos más grandes concentran el 70% del total de activos de la banca privada; es decir, el acceso a los servicios financieros en la economía ecuatoriana está en manos de cinco bancos.
La Constitución del país establece, en su artículo 302, como uno de los objetivos de la política crediticia y financiera, «orientar los excedentes de liquidez hacia la inversión requerida para el desarrollo del país». Cumplir con la Constitución significa una verdadera revolución en el ámbito bancario. Hasta ahora el sistema financiero no está al servicio del aparato productivo y del desarrollo. Tal como vamos, los banqueros nos siguen tomando el pelo.