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Respuesta al texto: Sacristán contra Marx (II)

Como no ha sido demostrado

Fuentes: Rebelión

Jordi Soler Alomà ha cambiado de estrategia. Anunció una demostración del escolasticismo heideggeriano con nudos formalistas lógicos de Sacristán y en «Sacristán contra Marx (II)» ha insistido en su análisis del marxismo del traductor de El Capital a partir, una vez más, de un único artículo: «El trabajo científico de Marx y su noción de […]


Jordi Soler Alomà ha cambiado de estrategia. Anunció una demostración del escolasticismo heideggeriano con nudos formalistas lógicos de Sacristán y en «Sacristán contra Marx (II)» ha insistido en su análisis del marxismo del traductor de El Capital a partir, una vez más, de un único artículo: «El trabajo científico de Marx y su noción de ciencia».

Como creo que algunas de sus consideraciones ya fueron respondidas en mi anterior réplica y como pienso, además, que sigue insistiendo de forma errónea en los mismos nudos, me limitaré en esta nota de urgencia a comentar el final de su artículo no sin antes señalar que, en contra de lo que él sostiene, Sacristán, una y mil veces, en éste y en otros trabajos, nunca ha comparado Das Kapital «con un manual de física o de genética». Entre otras razones, porque ni Sacristán ni nadie informado puede sostener razonablemente que El Capital es un manual.

Desde luego, tampoco Sacristán ha situado sin ningún matiz a «la economía en el mismo nivel que las ciencias de la naturaleza». La afirmación del JSA de que «la economía, de momento, no es una ciencia, sino un conjunto de «postulados» sincréticos (mezclados con alguna «teoría» y alguna tendencia tomada por ley) que, además, no constituyen un todo coherente», ya que, en su opinión, hay diferentes «escuelas» económicas, dependientes de sendas tendencias ideológicas, ninguna de las cuales cumple los requisitos indispensables para ser considerada una ciencia, es una tesis epistemológica que, en mi opinión, arroja agua por casi todas sus partes y que, en todo caso, exigiría para su defensa una mayor argumentación que la mostrada en el artículo.

Por lo demás, afirmar como sostiene JAS al comentar una distinción sobre tipos de ciencia no siempre bien presentada por él, que nos hallamos «ante un lego que sienta cátedra en materias que no domina, aunque se llame Manuel Sacristán» es una descalificación, del todo imprudente, que parece apuntar a abismos de ignorancia que JSA podía haberse ahorrado en su propio beneficio y en el de sus lectores. Me ahorro el comentario sobre el persistente engreimiento de JSA.

Vuelvo al asunto, al paso final de su artículo: creo, sostiene JSA, «que con lo dicho basta para demostrar que la crítica de Sacristán no se sostiene. Lo que sigue en el texto de Sacristán son paparruchas e inferencias hechas sobre la base de supuestos erróneos, así como, nuevamente, comentarios a citas extraídas de textos no publicados por Marx. De modo que ahorraré al lector tener que escuchar un puñado de pésimas variaciones sobre esta lamentable melodía. Tan solo me queda decir: quod erat demonstrandum».

Casi sería mejor dejarlo así, el mismo comentario de JSA lo dice casi todo. Pero por añadir algo que es obvio para cualquier lector atento señalo que afirmar que «lo que sigue en el texto de Sacristán son paparruchas e inferencias hechas sobre la base de supuestos erróneos» es, además, de un enunciado poco elegante, una afirmación totalmente gratuita que exige la fe epistémica del lector. Que son muchos los textos no publicados por Marx que son considerados parte sustantiva de su obra, de su legado teórico, por numerosos y reconocidos marxólogos, más allá de la opinión de JAS en este punto que, obviamente, puede considerar lo que crea más conveniente pero que en ningún caso desmonta o refuta otras posiciones historiográficas y hermenéuticas. Tampoco Sacristán estuvo desinformado ni indocumentado en esa arista.

Finalmente, el noble latiguillo geométrico con el que acaba su trabajo está lejos, muy lejos, de ser alcanzado. No sé si JSA ha seguido alguna vez, paso a paso, una demostración geométrico-matemática compleja. Tengo dudas sobre ello. Sea como sea, él, con sus dos artículos, ni ha demostrado que Sacristán escriba paparruchas ni ha argumentado seriamente que el autor de Sobre Marx y marxismo sea un lego que se las da en asuntos de marxismo y filosofía de la ciencia. No era ese, nunca lo fue, el estilo intelectual del traductor de Engels, Gramsci y Quine.

PS: Un apunte final. JSA escribe: «Cuál es la noción marxiana de sistema? No se explica. Sistema y teoría ¿son lo mismo? Quizás para Hegel (y para Sacristán, al parecer), pero no para la ciencia «normal», para la cual un sistema es un conjunto de elementos con sus propiedades y relaciones, mientras que una teoría es un conjunto de proposiciones por lo general ordenadas hipotético-deductivamente. A fortiori, una teoría puede ser un elemento o un subconjunto del conjunto de los sistemas».

Para Sacristán, como es evidente para cualquier persona informada en estos asuntos, no eran lo mismo teoría y sistema. Sabía de esa distinción epistemológica desde mediados de los cincuenta, desde su estancia en el Instituto de lógica de Münster, aunque no siempre la terminología se haya mantenido fija en este punto. En cambio, el que parece no saber la distinción con precisión, que no es para la ciencia normal sino acuerdo de la metodología aceptada, es JAS. Un sistema, que remite a entidades reales o no de cualquier ámbito, es modelo de una teoría si cumple las afirmaciones centrales de ésta. Así, el sistema solar es modelo de la mecánica clásica de partículas pero la economía española en los años setenta no es modelo de esa teoría. Del mismo modo, el sistema de los números naturales es modelo de la axiomática de Peano pero el conjunto de los filósofos que afirman que Sacristán escribió sandeces y tonterías no es modelo de esa teoría axiomática.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.