Si usted ciudadanos del estado español y aún creía que existía una «democracia» en la que cabían todos las formas de pensamiento, se equivocó, si usted creía que éramos iguales ante la ley sin distinción de credo, pues la realidad le ha estallado en la cara para darse cuenta que la policía y el estado […]
Si usted ciudadanos del estado español y aún creía que existía una «democracia» en la que cabían todos las formas de pensamiento, se equivocó, si usted creía que éramos iguales ante la ley sin distinción de credo, pues la realidad le ha estallado en la cara para darse cuenta que la policía y el estado mismo continúan beneficiando a uno -en este caso a los agresivos fundamentalistas católicos- y reprimiendo a aquellos que se posiciona en contra del sistema que continúa fagocitando sus derechos, de su generación, de la nuestra, de la de ellos (los católicos) y de las futuras…; en tanto, a usted lo mantienen aletargado con algún partido de futbol, o noticias contadas a medida por los medios de comunicación de masas que reciben alguna subvención del estado. Si usted vive en el estado español, su burbuja se ha estallado en estos días, pues hoy sabe que el fascismo nacional-catolicista que creía extinto nunca se fue…, que siempre estuvo allí, en el poder, en los cuerpos de «seguridad»… y no retorciéndose en las cloacas de la historia como a usted le habían hecho creer…
Hoy usted ha visto como luego de vaciar de contenido todos los derechos sociales, laborales, etc., para ahorrar unos cuantos millones, estos se emplean para financiar la visita del papa, ese señor octogenario que junto a Juan Pablo II se encargó de proteger sistemáticamente a los pederastas que operaban bajo las faldas de la iglesia.
Amigo mío, hoy usted sabe que le paga a una clase política que se autodenomina democrática, la misma que se empeña en mantener los privilegios de unos pocos; hoy sabe que esos «demócratas» tienen un cuerpo policial represor que pagan con el dinero del estado, con el suyo, un órgano que como en los viejos tiempos está dispuesto a golpear a cualquier ciudadano con tal de conseguir su silencio, sino que se lo pregunten a aquella niña de blanco que se cruzó con uno de esos criminales o a Daniel Nuevo el periodista brutalmente agredido por los buitres…
Hoy ha visto como desde todas las instancias del estado, desde los medios y desde muchos sectores sociales se justifica la brutalidad policial empleada, la agresión sufrida por ciudadanos pacíficos; hoy sabe que el estado español es simplemente una empresa al servicio del consorcio PSOE-PP y que ninguno representa sus intereses…, que usted para ellos es solo un número, un voto, nada…
Hoy ciudadano español, usted es más hermano nuestro que nunca, pues ha llegado a ver el mundo de las injusticias; sea usted bienvenido en nombre de nosotros -los inmigrantes- ya tenemos unas buena temporada a la sombra de la xenofobia e injusticia institucional, allí donde nadie nos ve… Solo hay una diferencia, a nosotros no nos consideran ni humanos…
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.