Es difícil de creer que personas que se auto titulan y se venden como revolucionarias, de izquierda, antiimperialistas, progresistas, demócratas, defensoras de los derechos humanos, y por demás talentosas, no sepan que sirven a los intereses imperialistas cuando se unen a sus campañas mediáticas. ¿Será ingenuidad, protagonismo o quinta columna? ¿Estarán satisfechos con la democracia, […]
Es difícil de creer que personas que se auto titulan y se venden como revolucionarias, de izquierda, antiimperialistas, progresistas, demócratas, defensoras de los derechos humanos, y por demás talentosas, no sepan que sirven a los intereses imperialistas cuando se unen a sus campañas mediáticas.
¿Será ingenuidad, protagonismo o quinta columna?
¿Estarán satisfechos con la democracia, la libertad y el nivel de vida que «gozan» hoy los ciudadanos de Afganistán, Iraq y más recientemente Libia?
¿Es esa la democracia, la libertad y el destino que algunos reclaman para Siria, Irán, Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y cuantos gobiernos y pueblos no se sometan a los mandatos del imperialismo?
No hay que ser muy inteligente para saber, que las campañas mediáticas contra un país generan sanciones y «acuerdos humanitarios» del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que dan paso al lenguaje de las bombas, de la agresión militar, con terribles consecuencias para los pueblos.
¿Era tan difícil entender, que las campañas mediáticas de las potencias europeas y de Estados Unidos, cargadas de mentiras, contra la hoy asesinada y destruida Libia eran con el propósito de una guerra imperialista más?
Hasta ahora no he conocido, por suerte, que alguno de esos «defensores de los derechos humanos» que han estado al lado de Estados Unidos y la OTAN en la agresión a Libia, haya pedido que bombardeen los países de la Comunidad Europea, Estados Unidos y Chile, donde la represión policial a los miles y cientos de miles de Indignados ha sido y es brutal.
Sin embargo, hace unas pocas semanas un cantautor español, poseedor de todos los atributos de esa «izquierda» y de cuya popularidad y riqueza material debe mucho a Cuba y a la verdadera izquierda latinoamericana, como otros tantos de igual origen, hizo un llamado, pidió y soñó que movimientos de protestas similares a los Indignados ocurrieran en Cuba con el fin de derrocar a la Revolución Cubana, lo que es lo mismo que decir, que los imperiales envíen sus aviones para destruir el país. Y es tan cínico, que declara mucho amor por Cuba y los cubanos. Gracias, Joaquín Sabina, pero no queremos un amor como el tuyo. Todavía, con un criminal bloqueo y agresiones yanquis que duran más de 50 años, crisis económica global, nuestros errores e insatisfacciones, y esfuerzo para salir adelante, tenemos los que es una aspiración justa de vuestros Indignados. Despierta.
Los medios informativos imperiales y quienes han estado contribuyendo o contribuyen con sus campañas mediáticas contra gobiernos, personalidades y pueblos del tercer mundo, son tan criminales como los que luego han desatado las agresiones militares contra esas naciones. Tanto como los que han torturado y asesinado a cientos de miles de ciudadanos, destruido la cultura y robado a los pueblos agredidos su libertad, soberanía, independencia y recursos económicos.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.