Inestimada Señora: Una vez más, usted acaba de tratar a Cuba con la delicadeza que le caracteriza: los insultos, las groserías, la populachería, la ordinariez, el odio de clase. Cuba no es un paraíso, ni el infierno que nos pinta usted, pero SE MERECE RESPETO por su larga trayectoria de lucha por la independencia y […]
Inestimada Señora:
Una vez más, usted acaba de tratar a Cuba con la delicadeza que le caracteriza: los insultos, las groserías, la populachería, la ordinariez, el odio de clase. Cuba no es un paraíso, ni el infierno que nos pinta usted, pero SE MERECE RESPETO por su larga trayectoria de lucha por la independencia y la soberanía.
Inestimada Señora:
Usted preside la Comunidad Autónoma de ese Madrid que mi padre defendió en la Ciudad Universitaria, el Puente de los Franceses, Cuatro Caminos, la Casa del Campo… contra sus abuelos políticos: los franquistas.
Ese Madrid donde el «siquiatra» fascista VALLEJO NAJERA ,que en agosto de 1938 pidió a Franco permiso, y lo obtuvo, para llevar a cabo experimentos «científicos» con tal de determinar y extirpar las raíces de esa «enfermedad mental»: «el marxismo», y con vistas a purificar la «raza hispánica», eliminando a la «raza inferior»: los Republicanos. Por ello, sus abuelos fascistas, robaron 30 000 niños a madres republicanas para entregarlos a «familias cristianas adictas a la Cruzada». 30 000 niños «desaparecidos» ¿Dónde están, señora Condesa?
Vallejo Nájera, ese monstruo fascista, jefe de los Servicios psiquiátricos de las tropas franquistas, eugenista, tiene todavía una calle con su nombre y apellido en Madrid.
Inestimada señora:
Usted acaba de despedir a miles de profesores-precarios de la enseñanza pública, incluso insultándoles, cuando al mismo tiempo inaugura colegios e institutos «eugenistas», llamados por usted de «excelencia», para estudiantes «excelentes», de familias «excelentes», a las cuales incluso, por tener un hijo «excelente», se le disminuirá los impuestos. No se trata de una novela de Orwell sino de lo que usted acaba de hacer para ser fiel al espíritu de los experimentos de Vallejo Nájera: «purificar a la juventud» a fin de que sólo medren los mejores, es decir los más ricos.
Inestimada señora:
¿Qué autoridad moral tiene usted para insultar a Cuba cuando cubrió de improperios, de descalificaciones, a los «Indignados» de la Puerta del Sol, jóvenes dignos que precisamente denuncian lo que representa usted: la España Hortera, cutre, oligárquica, del poder financiero, del oscurantismo, la España rancia, que huele a franquismo, a corrupción…? Su vulgaridad es sobremanera conocida y le honra, porque así pasará al basurero de la historia.
Inestimada señora:
España, es Góngora, Cervantes, Lorca, Hernández, Alberti, Lope de Vega, Machado, Gabriel Celaya, Julián Grimau, Cristino García, los «maquis», el presidente Companys, Negrín, Azaña, Marcos Ana, la Pasionaria, la Montseny, las «trece rosas» madrileñas fusiladas por sus abuelos…
Hágale una hoguera: de parte suya, será todo un homenaje.
* Juan Ortiz es profesor en la universidad de Pau (Francia), Presidente del Festival CulturAmérica.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.