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Dólar nuestro que estás en el suelo

Fuentes: Rebelión

Sí, la historia semeja una carrera de relevo. Con el tiempo, los imperios suelen devenir mero recuerdo. El persa, el romano, el español, el británico… Y si al Tío Sam aún no le ha llegado el momento es en buena medida porque dispone del dólar, que le permite controlar el sistema internacional de pagos y […]

Sí, la historia semeja una carrera de relevo. Con el tiempo, los imperios suelen devenir mero recuerdo. El persa, el romano, el español, el británico… Y si al Tío Sam aún no le ha llegado el momento es en buena medida porque dispone del dólar, que le permite controlar el sistema internacional de pagos y excluir del orbe financiero a los países reacios a sus órdenes. Asimismo, pagar sus abultadas cuentas y comprar la cooperación de gobiernos o sufragar la oposición en naciones cuyos líderes no se venden al gran postor, como Irán, Rusia, China.

Pero, al decir del entendido Paul Craig Roberts, si no fuera la moneda de reserva mundial, y esta reflejara realmente su valor depreciado por la creciente deuda de EE.UU y la pródiga emisión, el poder de Washington se limitaría dramáticamente. Mejor: más dramáticamente, pues la Unión pierde competitividad merced a la debilidad de su divisa, que hasta ahora le ha granjeado una línea internacional de crédito, para un consumo orgiástico, insostenible.

¿Hoy por hoy? «El rol internacional del dólar -asevera el experto Ramaa Vasudevant- como moneda global [propició] a Estados Unidos ejercitar un privilegio exorbitante […] EE.UU. es el eje de la red global de flujos financieros y la amplitud y profundidad del mercado financiero norteamericano atrae inversores de todo el mundo. […] A diferencia de otros países deficitarios, puede financiar sus crecientes déficit emitiendo su propia deuda a través de la acumulación de reservas en dólares y bonos del Tesoro en los países acreedores.»

No obstante, pululan los presagios sombríos. Si en el año 1945 su economía representaba el 50 por ciento del producto interno bruto mundial, a la altura del 2000 se constreñía hasta el 31 por ciento, y en el 2011 se trocaba en un ya pálido 21,1. En caso de que cristalice el pronóstico de crecimiento general realizado por el FMI -3,5 por ciento en el 2012 y 4,1 en el 2013-, el 2,1 vaticinado para la superpotencia hace prever una mayor disminución de su PIB como porcentaje del universal.

De manera paralela, advierten observadores como César Villalona, se verifica una extraordinaria expansión de Brasil, Rusia, la India y China, que junto con Sudáfrica integran el grupo conocido por la sigla BRICS. En el 2011 este aportaba el 19,8 por ciento del PIB terráqueo, poco menos que EE.UU., pero más que la Eurozona. En el año 2012, el PIB del bloque podría sobrepasar al de USA, pues sus economías crecerán individualmente más que la gringa: Brasil, 3 por ciento; Rusia, 4; la India, 6,9; China, 8,2; y Sudáfrica, 2,7. No en balde los avisados se deshacen del dólar en su comercio (Argentina y Brasil, Argentina y China, Brasil y China, Japón y China, los miembros del ALBA…)

Y que conste: «Si el dólar no es aceptado en las principales economías del mundo, Estados Unidos no podrá seguir importando con dinero impreso sin respaldo en la producción y tendrá que reducir mucho sus compras externas, lo que afectaría mucho su aporte productivo, que depende del exterior para obtener el 65 por ciento del petróleo que consume (si usa las reservas se le acaban en pocos años) y muchas máquinas y materias primas. La economía norteamericana también importa muchos alimentos baratos. A eso hay que agregarle el peligro que implica la escasez de los recursos estratégicos (petróleo, gas y agua), que se encuentran sobre todo en Asia y Sudamérica.»

Por eso las élites de poder han diseñado y aplican las consabidas recetas para el Oriente Medio y América Latina. Con el ataque a Afganistán e Iraq, el probable contra Irán, la imposición del ALCA y del Plan Puebla Panamá, una militarización que abarca el Plan Colombia y el Mérida, los ricachones y sus gerifaltes pretenden solucionar la mar de problemas: acceso a mercados, control de las materias primas energéticas, reducción del déficit comercial y del progresivo endeudamiento externo, y mantenimiento del dólar en son de moneda de los cuatro puntos cardinales.

Claro, a veces yendo por lana se sale trasquilado. Como nos recuerda el propio Villalona, Bush se marchó con derrotas en Asia, sin ALCA y sin Plan Puebla, y dejó un mapa político adverso a los intereses de Washington, con nuevos gobiernos revolucionarios y progresistas en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, Paraguay y Nicaragua. Caracas le abrió paso al ALBA, y se crearon la UNASUR y el Banco del Sur. Para mayor inri, numerosas naciones se muestran interesadas en una nueva moneda de intercambio general…

Así las cosas, no hay visos de que los mandamases se arredren demasiado. Tal vez hayan descubierto el ensalmo, y anden invocando al «Dólar nuestro que estás en el suelo», para que se levante y ande. ¿Andará?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.