En un clima tenso, pleno de alertas antes posibles sabotajes, intentos de desconocimiento del triunfo electoral del candidato chavista Nicolás Maduro por parte de la oposición, y un plan donde participan mercenarios salvadoreños y funcionarios estadounidenses diseñado para desestabilizar el país, trascurren los últimos días de la campaña presidencial venezolana. Durante las últimas semanas se […]
En un clima tenso, pleno de alertas antes posibles sabotajes, intentos de desconocimiento del triunfo electoral del candidato chavista Nicolás Maduro por parte de la oposición, y un plan donde participan mercenarios salvadoreños y funcionarios estadounidenses diseñado para desestabilizar el país, trascurren los últimos días de la campaña presidencial venezolana.
Durante las últimas semanas se han registrado una serie de la acciones violentas llevadas a cabo por grupos de «estudiantes» opositores, las que según fuentes de inteligencia, son pagadas directamente por funcionarios de la embajada estadounidense al coordinador de esas actividades, Gabriel «Gaby» Arellano, empleado de la estatal Universidad de Los Andes.
Se ha denunciado que Arellano utiliza los vehículos de esa casa de altos estudios para evitar su detención y requisa por parte de las autoridades, mientras otros dirigentes opositores se encargan de la distribución de los fecursos y de la logísticas de las acciones,. Cada joven «estudiante» que participa en los actos de violencia y depredación recibe dos mil bolívares (más de 300 dólares al cambio oficial).
Las investigaciones apuntan a la funcionaria estadounidense Sharon Vanderbeele, oficial de la estación de la central norteamericana de Inteligencia CIA en Caracas -bajo la fachada de la oficina de Asuntos Regionales (ORA), cargo que ejerce desde 2011. Vanderbeele sustituyó a Michel Roberts en la tarea de asesoramiento y financiamiento a la oposición venezolana por parte de la CIA, que no es la única entidad estadounidense que apoya económica y logísticamante al antichavismo.
Entre sabotajes, asesinatos y mercenarios
La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, advirtió que en el país se activaron los sectores antidemocráticos que no creen en el proceso electoral «en un intento de imponer su agenda al país» y señaló que se han observado «elementos, situaciones, mensajes, que intentan lesionar el proceso electoral y, por ende, la democracia».
Especificó que el CNE se ha percatado de eventos violentos y declaraciones de voceros políticos contra instituciones y personas: «La agenda reticente de la antipolítica vuelve a presentarse con su acostumbrada resistencia a la paz».
A su vez, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, indicó qie el objetivo que se plantea la derecha venezolana ante una inminente derrota es deconocer los resultados electoral del domingo próximo.
Cabello mostró pruebas que involucran a Armando Briquet, integrante del comando del candidato antichavista Henrique Capriles Radonski, quien envió correo electrónico a Guillermo Salas, miembro de la organización Esdata «que ha torpeado la labor del CNE durante mucho tiempo».
El mensaje que envía textualmente Briquet es el siguiente: «Recibido , pero necesitamos todo lo expuesto en Washinton para revisión del comando, es necesario todo documento expuesto internacionalmente, si el camino que se decidiera fuese el desconocimiento de resultados
Mientras, el ministro del Interior Néstor Reverol difundió la foto de un hombre sujetando un arma larga, que habría sido identificado como Julio Alberto Cornejo Quintanilla, y formaría parte de los grupos de mercenarios, provenientes de El Salvador, que ingresaron al país con el objetivo de ejecutar homicidios en serie y atentados. Reveló que estos grupos están financiados por el narcotráfico, vinculados con los terroristas Luis Posada Carriles y Francisco Chávez Abarca, este último capturado en 2010 cuando pretendía entrar a Venezuel
Los mercenarios ingresaron a Venezuela en dos grupos: el primero, liderado por el coronel de la Fuerza Armada de El Salvador, David Koch Arana, quien actúa como jefe operativo, y bajo la dirección del diputado y represor salvadoreño Roberto D’aubuisson. El segundo grupo está dirigido por Guillermo Acuña, relacionado con el envío de mercenarios y terroristas, entre ellos Chávez Abarca y el excontralmirante salvadoreño Marco Antonio Palacios Luna.
Reverol también dio a conocer dos audios sobre conversaciones entre Koch Arana y D’aubuisson suministrados a los órganos de inteligencia del Estado, grabados el 23 y 25 de marzo, en los que hablan sobre las operaciones diseñadas para desestabilizar el país.
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