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Vo Nguyen Giap: Obituario para un general

Fuentes: Rebelión

Ha fallecido el general vietnamita Vo Nguyen Giap. A través de lo que antes se conocía como el Tercer Mundo así como entre las personas con conciencia revolucionaria en los centros del imperialismo, se le rinde homenaje a una de las figuras más importantes de las luchas de los pueblos oprimidos por la liberación nacional […]

Ha fallecido el general vietnamita Vo Nguyen Giap. A través de lo que antes se conocía como el Tercer Mundo así como entre las personas con conciencia revolucionaria en los centros del imperialismo, se le rinde homenaje a una de las figuras más importantes de las luchas de los pueblos oprimidos por la liberación nacional y el socialismo.

El General Giap, hábil dirigente político y brillante estratega militar que llegó a la prominencia al derrotar a las fuerzas francesas en la épica batalla de Dien Bien Phu durante la primavera de 1954, fue guía e inspiración para un sinnúmero de revolucionarios en el mundo entero. Su vocación revolucionaria comenzó durante sus años estudiantiles y lo llevó primero al periodismo y el magisterio. A principios de los años 30 se unió al Partido Comunista de Vietnam, el cual fue brutalmente reprimido por el régimen colonial francés. Como muchos de sus camaradas, fue encarcelado y obligado a exiliarse. Fue durante un período de exilio en la China que estrechó lazos con Ho Chi Minh y el grupo de revolucionarios con el que fundaría La Liga para la Independencia de Vietnam, mejor conocida como el Viet Minh. Al regresar a Vietnam a mediados de los años 40 participó en la organización de la resistencia que puso fin a la ocupación japonesa y con la proclamación de la Republica Democrática de Vietnam en 1945 asumió el cargo de comandante en jefe del ejército popular. Su carrera militar lo llevaría a la victoria sobre las fuerzas francesas y estadounidenses en sucesivas guerras prolongadas que ejemplificarían una cabal comprensión dialéctica de las principales categorías estratégicas de la ciencia militar.

No es de sorprenderse que en la prensa imperialista se intente empañar su legado con reclamos de un supuesto desprecio por la vida humana. El New York Times y otros órganos del imperialismo, que han publicado obituarios, hacen repetidas alusiones al gran número de pérdidas sufridos por la tropa vietnamita bajo su mando para desviar la atención de los verdaderos crímenes perpetrados por las máquinas de guerra de Francia y EE.UU., responsables de la masacre de cientos de miles de campesinos indefensos con sus indiscriminadas campañas de bombardeo con napalm y agente naranja. Este tipo de hipocresía es común entre los portavoces del imperialismo quienes intentan hoy restar importancia a su genio militar mientras exculpan a los verdaderos autores de tanta destrucción y muerte, las empresas occidentales que conforman el complejo industrial militar – incluyendo los fabricantes de armas biológicas y químicas como Monsanto y Dow – y sus representantes políticos quienes continúan difundiendo su fuerza destructiva a través del mundo hasta el día de hoy.

Entre los estudiantes serios de la historia, especialmente aquellos con una orientación revolucionaria, es común apreciar la contraposición del factor estratégico tiempo a la superioridad de fuego que tienen los ejércitos imperialistas, una estrategia empleada por el general Giap. Es importante recordar, sin embargo, que Giap siempre destacó la primacía de la condición política para estas concepciones estratégicas: la educación política e ideológica del pueblo, organizado como un ejército popular. Al final, fue la indomable voluntad de lucha del pueblo vietnamita, una voluntad paciente y consistentemente cultivada por dedicados cuadros políticos, lo que derrotó a los armamentos modernos de los imperialistas en el campo de batalla e intensificó las contradicciones internas de una sociedad a medio mundo de distancia.

Para nuestra generación, el legado perdurable de una figura como Giap estriba más en su aporte a la madurez política del pueblo vietnamita que en sus méritos militares, no obstante sus impresionantes logros en este campo. El reto más grande de nuestros tiempos es el desarrollo de conciencia política entre los explotados y oprimidos, junto a la disposición de lucha para liberarse de los grilletes de la opresión. Vivimos en una época en la que, tanto en los centros del capitalismo como en la periferia, las clases dominantes mantienen su dominio a través de la perversión sistemática de la conciencia. Esto constituye el arma más poderosa para mantener a las masas inmóviles, y representa a la vez el mayor obstáculo a superar. En la figura del general Giap, encontramos un ejemplo digno de emulación que sirve para inspirarnos a continuar la lucha contra la opresión y la explotación.

¡Viva el General Giap!

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