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El modernismo anoréxico de Estados Unidos y de la TV Globo de Brasil

Fuentes: Rebelión

Grande Sertão : veredas (1956), novela del escritor brasileño, João Guimarães Rosa (1908-1967), fue hecha y deshecha de pactos, del principio al fin. Y hacerse como pacto en ella es no sólo una defensa intransigente de la ficción, entendida como una afirmación de la voluntad humana, pero también es pacto del plano de inmanencia pueblo […]

Grande Sertão : veredas (1956), novela del escritor brasileño, João Guimarães Rosa (1908-1967), fue hecha y deshecha de pactos, del principio al fin. Y hacerse como pacto en ella es no sólo una defensa intransigente de la ficción, entendida como una afirmación de la voluntad humana, pero también es pacto del plano de inmanencia pueblo en su batalla y al mismo tiempo derecho-pueblo al improbable, al inverosímil, al imposible, a la vida en su lucha sin tregua contra todo a priori , contra la realidad, este fracaso del hombre, como ha dicho en otro lugar el escritor argentino Julio Cortázar.

En Grande Sertão : veredas, el pacto del pueblo con la ficción de sí mismo quiere decir afirmación de lo múltiple, de la multitud, de démos sin krátos , sin poder porque sin gobierno, en consonancia con la siguiente cuestión: el futuro se nos exhorta en la vida del aquí y del ahora, con sus rústicos caminos que están en todas las partes, en todo el arte, cuando en ello se agita el litigio de diablo pueblo en la infinita democracia, «en la calle, en el medio del torbellino (ROSA , 2001 , p.114 )».

Siendo, sin embargo, libre en la calle, del aquí y del ahora, el futuro, demonio de démos sin krátos , sin gobierno, sólo es posible si los cambios del pacto del pueblo consigo mismo deja a un lado las verdades preconcebidas, las dictadas por opresivos pasados de la tradición de los oprimidos, pasado de la ley, del patriarcado, de la dominación étnica, de género, de clase, para afirmar las verdades que no existen, que no hay y por ello mismo son producidas en el proceso de su quehacer histórico.

Es por ello que, en Grande Sertão : veredas el pacto es, a su vez, aquel que construye la verdad – la ficción – a través de los siguientes axiomas: 1 ) el pacto no tiene ningún compromiso con las verdades preestablecidas – llamémoslas de verdades a priori; 2) el pacto produce verdades que son más justas precisamente porque son las que se oponen a las reglas de derecho ancladas en lo a priori de un cierto contexto histórico (por ejemplo, lo a priori de los pistoleros con sus leyes del más fuertes ), motivo por el cual el pacto es político y se opone a la policía, tal cómo piensa Jacques Rancière al respecto: cuando hay policía no hay política y cuando hay política no hay policía, siendo por ello que el pacto es de démos sin krátos , lo que quiere decir de démos sin policía; 3) el pacto son las verdades producidas en el plano del a posteriori , del presente para el futuro, acumulando experiencias de libertad hasta la línea del horizonte, como gustaba de decir el poeta cubano José Lezama Lima.

En GSV , el pacto pues es de la ficción de lo escrito con lo a posteriori , definido como el lugar de la ética de démos , en abiertos devenires que rechazan, máquinas de guerra, toda dimensión a priori , no siendo circunstancial que, cuando deviene jefe de los pistoleros, el protagonista de la novela, Riobaldo, creyéndose tomado por el pacto entre Dios y el Diablo, entre la trascendencia y la inmanencia, entre el pueblo y la política, produce el futuro de la narrativa, a saber, la derrota del Hermógenes, personaje que, en la novela, representa el mensajero del diablo, de la inmanencia sin la trascendencia, de la policía sobre la política, de, por lo tanto, krátos sobre démos.

Hice todo esa digresión para llegar al siguiente axioma, como hipótesis: cada época tiene sus verdades predeterminadas para evitar que démos , el pueblo, se haga todo política sin policía. Cada época, en la longa historia de la tradición de los oprimidos, se hace como policía del pueblo en el saber, en el amor, en la economía, en todas las dimensiones de la vida social al fin.

Bajo ese punto de vista, lo a priori fundamental de nuestra época es: hacer todo, incluso vender la madre, para obtener un minuto de fama. En Brasil, ese a priori tiene un soporte, valga decir, tiene su propio a priori : aparecer en la TV Globo , vehículo de televisión que, por su vez, tiene la clase media brasileña como su a priori , su rostro y que, por ello mismo, como cualquier medio corporativo del mundo, se basa en un trascendental a priori sin inmanencia: las directrices del imperialismo estadunidense, país cuya trascendencia sin inmanencia está anclada en lo hecho de hacerse como la policía de la política de los pueblos del mundo.

Es por ello que, como fiel seguidora de Estados Unidos, la TV Globo brasileña se inspira en el siguiente trazo o premisa estadunidense: ser la policía de todo que huele política en la lucha del pueblo brasileño para producir su libertad, su pacto entre la inmanencia y la trascendencia, su justicia de pueblo endiablado porque hecho como démos sin krátos , cómo, al fin, Grande Sertão : veredas de su proprio destino.

Pero ¿cómo el poder estadunidense deviene la policía de la política del mundo? ¿ En qué ese poder de policía de Estados Unidos se distingue, por ejemplo, de lo británico, en su auge? Aquí una importante consideración emerge: Estados Unidos deviene la policía del mundo al apropiarse de la política de los pueblos, principalmente de la política de emancipación, de libertad, de creación, de pensamiento, de la ciencia, de todo en fin que los pueblos de mundo hicieron como a posteriori pueblo durante el período de la expansión del Occidente hasta la Segunda Revolución Industrial – durante, por ello mismo, el dominio imperialista de Inglaterra. Estados Unidos, pues, se hizo la policía del mundo a través de la disimulación de las políticas de resistencias y de alternativas al colonialismo/expansionismo de la Europa occidental y muy especialmente del colonialismo/imperialismo británico. Su democracia, por lo tanto, es una democracia de policía que imita la política para mejor hacerse como la policía del mundo.

Así, si la modernidad, en su dimensión de política de emancipación de los pueblos colonizados, puede ser entendida como la política contra la policía es porque, en su devenir histórico, ha producido un incesante y continuo cuestionamiento de los a priori de dominación no sólo de las grandes civilizaciones pre modernas más también de la modernidad misma, en su lado técnico-científico, estético, social, epistémico, económico, motivo por el cual la política, en el interior da la modernidad, es indiscernible de la producción de una amplia gama de luchas acaecidas en la dimensión a posteriori de los pueblos colonizados, lucha a la vez estética, destituyendo la estética de lo bello greco-romana; étnica, rehusando el etnocentrismo de los colonizadores occidentales; de género, por igual rehusando el patriarcado intrínseco en los albores de la civilización burguesa; económica, forzando el surgimiento de una sociedad post capitalista, no más anclada en la explotación de la naturaleza y de los hombres sobre los hombres.

La política del los pueblos colonizados, contra la policía de los colonizadores, se hizo en torno del intenso cuestionamiento de lo que Franz Fanon (1925-1961) llamó, en los Condenados de la Tierra (1961) , de los a priori sistemas de bienes de los colonizadores, los cuales incluyen un paquete completo, a la vez lingüístico, la verdadera prosodia de las lenguas de los colonizadores; económico, el sistema de producción heredado de los colonizadores, cultural, los «bienes culturales» de la civilización occidental.

Como es posible observar, la lucha política de los colonizados tenía una vocación universal: la universalidad de la dimensión a posteriori , donde habita la verdadera política, contra la dimensión a priori , donde se impone la policía de ayer y de hoy.

Si llamamos de modernismo libertario la política universal a posteriori de los pueblos colonizados contra los a priori universales de la civilización burguesa de la primera modernidad, creo ser posible decir que el papel de policía de Estados Unidos se debió al hecho de hacerse como el think tank del modernismo de vocación universal, asumido por los condenados de la tierra en lo largo período que abarca los comienzos de la expansión de Europa, en el siglo XV, durando hasta, por lo menos, la Segunda Grande Guerra, cuando entonces Estados Unidos acabaron con la fiesta arrojando dos bombas atómicas en Japón.

Los Estados Unidos se tornaron el think tank del modernismo imitando su política a posteriori universal y así sacando de ella su veneno: la universalidad de un proyecto de emancipación de la humanidad toda, a través de un paquete completo, sin separar nada, ni los derechos civiles, ni los económicos, ni los sociales. Como think tank de la universalidad de un modernismo laico, experimental y colectivo, Estados Unidos hipertrofiaron los derechos civiles y borraron del mapa contemporáneo los derechos económicos y sociales.

Por todos los lados hoy lo que vemos es la reificación generalizada de los derechos civiles, sea en los estudios culturales, sea en el multiculturalismo, sea en las directrices programáticas del post-colonialismo, si consideramos el ámbito académico, pero la hipertrofia de los derechos civiles, en posición de guerra a la dimensión universal a posteriori del modernismo de los pueblos colonizados, ocurre también fuera de la academia y puede ser llamada, en diálogo con el filósofo alemán, Peter Sloterdijk, lo de Crítica de la razón cínica, de cinismo de la división, encarnado como en nadie en las clases medias del mundo burgués, en lo contemporáneo.

Especialmente en América Latina, los condenados de la tierra, el pueblo, son los que, como nadie, tienen retomado el proyecto colectivo del modernismo laico, de vocación universal a posteriori , no siendo circunstancial la emergencia de perfiles populares como el apasionante Hugo Chávez Frías, probablemente asesinado por radiaciones de fetichizados derechos civiles estadunidenses; por Evo Morares, en Bolivia, y Lula da Silva en Brasil, tres figuras que en mayor y en menor medida son la expresión de la experimentación modernista encarnada en la cotidianidad de los desafíos de las personas comunes.

En su ensayo, La expresión americana (1957), el poeta cubano, José Lezama Lima, ha dicho que el verdadero renacimiento no fue europeo, pero latinoamericano. Desde sus principios, estaba a la vista que la vocación universal del modernismo sólo sería posible cuando su confinamiento en el mundo estético, al libro, desbordara sus fronteras grafocéntricas, esbozando una dimensión concreta, en consonancia al proyecto del poeta simbolista francés, Mallarmé, que deseaba escribir un libro de poemas que fuera a la vez un mundo en poemas.

En la actual fase de decadencia de la civilización burguesa, cínicamente capturada por la reificación mercantil de los derechos civiles, la experimentación modernista está destinada a ser popular, razón suficiente para afirmar que el fundamentalismo es su principal obstáculo: el fundamentalismo religioso, étnico, de género, pero también y principalmente lo relativo a la reificación de los derechos civiles en los rostros de las clases medias amarican way of life , ese think tank de narcisismo que parasita la Tierra en nombre de una pantomima de democracia que es más bien a la vez la CIA, el FBI, el Pentágono, el Departamento del Estado, la policía disfrazada, al fin, para mejor producir desplazamientos, falsos caminos, para el encuentro del pueblo libre con su devenir pueblo, en el comunismo de su propia inmanencia pueblo no secuestrado por nada y nadie, en su trascendencia pueblo.

En Brasil, el nombre de nuestro Hermógenes, esa trascendencia sin inmanencia, es la TV Globo , que fue creada y existe para, con mucho ilusionismo, evitar que el pueblo brasileño haga un pacto trascedente con su propio plano de inmanencia, en los caminos que se bifurcan de las encrucijadas del quehacer histórico humano.

Es lamentable constatar que nada fue hecho, en los años de las administraciones del Partido de los Trabajadores para cambiar ese verdadero poder de policía de la TV Globo , demagógicamente hecho y deshecho para suprimir la política legítima de nuestra valiente población históricamente humillada.

Al contrario, lo que vemos, en la medida misma de sus golpes continuos contra lo que puede haber de devenir izquierda en PT , es aumento increíble del poder monopólico de la TV Globo sobre Lula, sobre Dilma, algo que tal vez tenga relación con los cantos de sirena del american way of life , la barbarie en la civilización y la civilización en la barbarie, en el complejo de periferia, de colonizado, de Sísifo, de los cuales, en un verdadero proceso revolucionario, nos libraremos, cuando, en proceso no menos revolucionario, el sabotaje llamada TV Globo , a partir de la decisión soberana del pueblo brasileño, se desvaneciera en el aire de su impostura civilizatoria.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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