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Una respuesta crítica a Alejandro Nadal

Sobre las críticas al pensamiento económico dominante

Fuentes: Rebelión

  Alejandro Nadal en un artículo titulado «Cunde la revuelta de estudiantes de economía» pone en evidencia tan sólo uno de los tantos problemas que tiene la economía dominante: la imposibilidad de la demostración formal de los precios de equilibrio. Le da demasiado peso a esta crítica. Hay otros puntos que son igual o más […]


 

Alejandro Nadal en un artículo titulado «Cunde la revuelta de estudiantes de economía» pone en evidencia tan sólo uno de los tantos problemas que tiene la economía dominante: la imposibilidad de la demostración formal de los precios de equilibrio. Le da demasiado peso a esta crítica. Hay otros puntos que son igual o más importantes que este. Sin embargo el autor la pone como LA crítica. Me parece que está equivocado. Y esto se debe a que él sigue pensando a la economía más como una ciencia formal que como una ciencia empírica, de carácter histórico social. De ahí que él desestime las críticas que los estudiantes de economía de París de 2000 hicieron al carácter autista de esta ideológica corriente de pensamiento. Esto lo hizo en un artículo publicado en 2010 . Ahí el autor dijo que los estudiantes:

«(…) se quejan de que en la docencia se abusa de los modelos abstractos alejados de los problemas reales. Esto puede dar lugar a una apreciación equivocada sobre lo que efectivamente ocurre en las aulas. Y un análisis erróneo necesariamente conducirá a conclusiones desacertadas y poco efectivas a la hora de buscar cambios.»

 

Efectivamente, un análisis erróneo llevará a conclusiones erradas y a acciones poco efectivas. Me parece, no obstante, que las críticas de los estudiantes franceses al abuso del uso de modelos abstractos alejados de los problemas reales no es errónea. Me parece que esta crítica no da una apreciación equivocada sobre lo que ocurre en el proceso de enseñanza de la economía. Tan sólo es un aspecto del problema, como puede haber otros, que Nadal no debería negar. Me parece que si hay un problema de relación modelo teórico-mundo real que requiere ser discutido con toda seriedad. Repito aquí, la crítica que hace Nadal no es LA crítica, pero eso no significa que su crítica sea errónea. Tan sólo es un aspecto del problema. Me parece que él debería ser más pluralista y menos unilaterial en su postura.

 

Una vía alterna de crítica a la teoría económica dominante que ha probado ser muy fructífera es la crítica al sustento empírico de sus supuestos. Si los supuestos sirven para saber bajo qué condiciones se cumplen las leyes teóricas que se postulan, entonces cabe preguntar ¿esas condiciones se cumplen en el mundo en el que vivimos? ¿Acaso hay una aproximación? El problema de la relación modelos-mundo que ya apuntaba el movimiento estudiantil post-autista tiene que ver con esto. En el fondo se trata de un problema de adecuación empírica.

 

Mencionemos un ejemplo de como las críticas a los supuestos de la economía, lejos de ser erróneos, pueden devenir en proyectos de investigación muy fructíferos. La crítica de Herbert Simon (Premio Nobel de Economía de 1978) es un ejemplo de esto. Esta crítica es anterior a los teoremas Sonnenschein-Mantel-Debreu que Nadal menciona. La crítica de Simon es muy severa y se hizo desde la década del cincuenta. De hecho generó toda una corriente de pensamiento económico llamado «racionalidad acotada» que ha tenido un importante desarrollo tanto en Estados Unidos como en Alemania y en otras partes del mundo. De ahí han surgido algunos Premios Nobel como los galardonados en 2002, Daniel Kahneman y Vernon Smith que ponen en evidencia el carácter infundado de la noción de agente racional que asume la economía dominante. Además esta crítica ha servido para acercar a la economía con las ciencias cognitivas, la inteligencia artificial, la neurociencia cognitiva, etc. En suma, ha servido para contrarrestar el carácter autista de la economía, y ha servido para rechazar y trascender la anacrónica distinción disciplinaria, de tipo positivista, de las ciencias sociales. Los trabajos de racionalidad acotada apuntan hacia una dirección interesante: No es posible hablar de una economía «pura», sin considerar otros planos de la existencia humana. La economía necesita del trabajo multidisciplinario para dar explicaciones satisfactorias de los hechos que se estudian.

 

Desde la racionalidad acotada se ha demostrado (así, con todo su peso epistemológico) como el supuesto de agente racional carece de sustento empírico. La economía ortodoxa asume un exceso de racionalidad que los agentes reales, de carne y hueso, que viven y trabajan en el mundo, no tienen. Y esto es porque la economía estándard asume que el agente racional tiene capacidades cognitivas infinitas de cálculo, memoria, de procesamiento de información, de aprendizaje, etc. En suma, la economía neoclásica asume una ficción llamada homo economicus que es una caricatura de los agentes reales. Se trata de una concepción descorporalizada que considera que los agentes racionales carecen de emociones, de visceralidad, de pasiones, etc.

 

En contraposición a esa noción sumamente simplificada del agente racional, Simon propuso un modelo alternativo: el «modelo satisfaccionista». En este modelo Simon considera que el agente racional tiene una racionalidad acotada y limitada. Acotada por el contexto en el que vive (al cual él llama «ambiente») y tiene capacidades cognitivas limitadas (memoria, procesamiento de información, capacidad de cálculo, etc.). Además el ambiente le presiona para tomar decisiones, por lo que tiene tiempo limitado. Así, el agente racional, en vez de ser maximizador de utilidad, y de tomar decisiones óptimas, sólo busca tomar decisiones viables que le sirvan para satisfacer sus necesidades. Y estas decisiones viables se toman sin necesidad de procesar toda la información que tiene a su disposición y sin hacer cálculos precisos, ni cumplir con axiomas de transitividad y completitud, cálculos probabilísticos bayesianos, etc, etc. El agente simplemente busca señales que están en el ambiente que le servirán para tomar decisiones rápidas y frugales. Tomará decisiones satisfactorias sin necesidad de conocer y procesar toda la información que puede tener a su disposición.

 

Un ejemplo muy sencillo de esto lo da el propio Simon: el vendedor de casas. Si un agente está vendiendo una casa y le urge venderla (porque puede que se tenga que ir a otro lugar por cuestiones laborales) puede considerar como precio satisfactorio X. Para este agente cualquier precio que sea menor que X será inviable (lo rechazará) y todo precio que sea igual o mayor que X será viable (lo aceptará). Así que si alguien le ofrece cualquier precio que sea igual o mayor a X, la decisión se tomará de manera rápida y será considerada como satisfactoria: venderá la casa sin más. Hay que señalar que mientras más limitado se tenga el tiempo la decisión tendrá que ser tomada con mayor rapidez. Y mientras mayor sea el nivel de aspiración (en el ejemplo, el precio de la casa), más difícil será encontrar situaciones permitan tomar «decisiones viables».

 

Actualmente en el Instituto Max Planck en Alemania se da continuidad a las ideas de Simon. Se trabaja lo que se conoce como «racionalidad ecológica» que, partiendo de la famosa metáfora de la tijera de Simon, se asume que las decisiones del agente están dadas por la interacción entre las capacidades cognitivas de este y el ambiente en el que se desenvuelve. Y de ahí provienen las famosas «heurísticas»: estas son reglas muy simples que sirven para tomar decisiones rápidas y frugales bajo contextos de incertidumbre que usualmente tienen resultados satisfactorios.

 

Para finalizar simplemente diré lo siguiente: Con este pequeño texto de respuesta a Nadal espero haber contribuido a contextualizar las críticas (así, en plural) a la teoría económica dominante. Nadal sobre valora un tipo de crítica (de carácter formalista), mientras no dice nada de otras críticas que pueden ser iguales o más importantes que las que él menciona. No hay nada parecido a LA crítica de la teoría económica neoclásica. Hay varias críticas que se requieren conocer y reivindicar. La crítica post autista no era errónea, y el ejemplo de racionalidad acotada sirve para argumentar en favor de este tipo de estrategia. En lo que si estoy de acuerdo con Nadal es en que la teoría económica ortodoxa es fundamentalmente una lobotomía ideológica que hay que criticar y rechazar.

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.