Traducido para Rebelión por Silvia Arana
Aunque John Kiriakou esté en la cárcel -cumpliendo una sentencia de 30 meses- tuvo una fuerte presencia este fin de semana durante la proyección del documental «Silenced» (Silenciados) en el Festival de Cine de Tribeca. El documental, dirigido por el cineasta nominado al Oscar James Spione, cuenta con la participación de Kiriakou, quien habla de su experiencia desde que se entera del uso de tortura por parte de la CIA, y decide denunciarlo. También se refiere al juicio que se hace en su contra y al veredicto de culpabilidad por revelar información a un reportero. Su esposa estuvo presente en el panel posterior a la proyección, y leyó una carta escrita por Kiriakou en la que este reafirma su devoción por su país y por los ideales democráticos.
Además del caso Kiriakou, el documental se enfoca en Thomas Drake, otro denunciante de conciencia, y en la consejera legal Jesselyn Radack, presentando un contexto personal del proceso y de las consecuencias en la vida de los denunciantes de conciencia. Ese tono quedó reflejado en la emoción expresada por la esposa de Kiriakou al leer la frase sobre el sufrimiento físico y mental de su hijo a causa del encarcelamiento del padre. En el documental se pone de manifiesto una profunda conexión entre los protagonistas del documental, que trasciende los principios políticos y la valentía y llega a un nivel personal. Drake, al dirigirse al público, nos dijo que considera a Kiriakou como si fuera un hermano, y Radack aparece en el documental dando muestras de afecto y apoyo a Kiriakou, durante el juicio en su contra.
La audiencia mostró simpatía por los denunciantes de conciencia, reconociendo sus sacrificios -como exponerse a la ruina económica, perder la libertad y riesgos de sufrir depresión. A pesar de ello no faltaron los críticos en el panel post proyección, moderado por el Barton Gellman, periodista ganador del Premio Pulitzer.
Radack, quien perdió su trabajo y fue perseguida como si fuera una delincuente después de descubrir y protestar porque el Ministerio de Justicia encubrió ilegalidades cometidas durante el interrogatorio de John Walker Lindh, respondió enérgicamente a uno de los críticos del público, que exigía que se justifique la revelación de documentos secretos. Radack subrayó que las denuncias o revelaciones solo son criminalizadas por el gobierno cuando exponen ilegalidades gubernamentales. Dijo que todo el tiempo se exponen situaciones con el fin de perjudicar a un enemigo o resaltar un logro del gobierno o de las fuerzas armadas. Sin embargo, el peso del Ministerio de Justicia solo cae con toda su fuerza cuando la denuncia cuestiona la imagen positiva, manufacturada del gobierno.
Cuando alguien del público insistió en que Snowden fue «demasiado lejos», y cuestionó donde trazar la línea entre comportamiento aceptable e inaceptable de un denunciante de conciencia, Radack defendió las acciones de Snowden, diciendo que este proporcionó información muy valiosa a la prensa para que esta decida qué publicar.
Thomas Drake, sereno y elocuente, tuvo una participación significativa en el debate. «Silenciados» también documenta su lucha contra la corrupción en el interior de la NSA, y luego, después de que fuera despedido, cuando acudió a los medios y fue acusado de espía enfrentando cargos de infracción al Acta de Espionaje. El caso delictivo fue declarado nulo cuando medios de prensa se pronunciaron en su defensa y ante la falta de evidencia en su contra. Drake, ex funcionario de la NSA miembro de la comisión encargada de evaluar si se cometieron errores de inteligencia con antelación a los ataques del 11 de Septiembre, dijo que la NSA había reunido evidencia sustancial de los ataques y sin embargo, no tomó ninguna medida para prevenir que los ataques ocurrieran. Enfatizó que la NSA hasta el día de hoy se niega a admitir cualquier error y toda responsabilidad.
Un hombre del público preguntó porque preocuparse sobre la vigilancia de la NSA si todo lo que uno hace es entretenerse en Facebook. Drake con agudeza le respondió con una cita conocida: «Si no tienes nada que ocultar, no tienes nada que temer», cuyo autor fue Joseph Goebbels, el Ministro de Propaganda de Hitler. La respuesta generó aplausos y cerró la discusión sobre por qué nosotros, los «inocentes», debemos preocuparnos por las violaciones de privacidad.
La última pregunta estuvo dirigida a Spione, cuyo film anterior «Incidente en Nuevo Bagdad» fue nominado para un Premio Oscar. Cuando le preguntaron si había considerado incluir el punto de vista del gobierno en este tema, Spione, dijo con mucha seguridad: «No. Quería mostrar la experiencia subjetiva de esta gente, que no había sido mostrada como tal». A manera de conclusión agregó esta frase que todos deberíamos recordar: «Honestamente, si quieres saber cuál es el punto de vista del gobierno, mira la televisión».
Fuente: http://www.indiewire.com/article/silenced-famed-whistleblowers-speak-out-at-tribeca-film-festival