En las manos de cualquiera no pongo mi salud ni la educación de mis hijos decían los abuelos, por lo que el maestro y el sabio de la comunidad eran especialistas en el saber entender el ser, para saber hacer con el conocimiento de las bondades de las plantas curativas que la madre naturaleza brinda, […]
En las manos de cualquiera no pongo mi salud ni la educación de mis hijos decían los abuelos, por lo que el maestro y el sabio de la comunidad eran especialistas en el saber entender el ser, para saber hacer con el conocimiento de las bondades de las plantas curativas que la madre naturaleza brinda, de la misma manera como la naturaleza entrega las materias primas para el preparado de las medicinas curativas, la universidad forma a ciudadanos en la habilidad para cuidar de la salud de los ciudadanos, y a los ingenieros para construir los hogares y los grandes edificios gubernamentales, las escuelas y los colegios, los abogados con las experticias para hacer que se cumplan las leyes, los economistas para pensar las viejas y nuevas estructuras económicas, a los profesores o maestros les entrego a más del conocimiento científico, la capacidad para entender el difícil entramado de la frágil mente de los niños, por lo tanto si queremos transformar la sociedad debemos tener una educación de calidad y la calidad solo es posible en la medida que profesionalicemos el magisterio, esa profesionalización es darle paso a los hombres y mujeres que nacieron con la vocación de ser educadores y que dedicaron parte de su vida para posesionarse de la sabiduría de la educación, es que a pesar de la poca inversión en educación se le tiene que sumar a una gran cantidad de profesionales que no se formaron para ser educadores, que su orientación profesional fue para construir, o para pensar en economía o hacer justicia o construir edificios, pero nunca pensaron en estar frente a un numero de diferentes rostros infantiles y reafirmarles valores y enseñarles ciencias, la educación es un proceso permanente de transformación y es la única salida para salir del atraso y emprender camino al desarrollo de la sociedad.
Es que el cómo enseñar y el que enseñar es el gran desafío de la transformación educativa, transformar la educación es descolonizar nuestro ser es dejar de ser lo que siempre se fue y se sigue siendo para ser el nuevo ciudadano que ponga por delante el amor a su patria, la educación ecuatoriana tiene que romper con la copia de modelos obsoletos y eurocéntricos que nos conducen a la dependencia. Por lo tanto zapatero a su zapato y profesores a la escuela a orientar la comunidad educativa, debemos problematizar la condición colonial de la educación ecuatoriana que de hecho no es una condición exclusiva del ecuador, esta es una condición que sufre toda américa-latina. Los mecanismos institucionales como están diseñado reproducen la condición colonial de la educación, de tal manera que se repite el racismo, el machismo, el sexismo, las diferencias sociales y la acumulación de las riquezas en pocas manos, este mecanismo institucional atropella las culturas locales. El colonialismo interno según (Gonzales Casanova, 2006) alude al dominio y explotación de una población por otra, es importante para explicarnos cómo, en un contexto como el ecuatoriano diverso e intercultural, se pone por delante algunos elementos somáticos como (el color de la piel, los ojos, el cabello o los apellido) tienen un valor especial en la clasificación social; se debe cumplir con un molde hegemónico para ser considerado ciudadano de primera capaz de gozar de los derecho que ofrece la ciudadanía, individuo o persona capaz de ser considerado y respetado, su nivel de participación está en función del color de la piel. El contenido étnico del Estado-nación es vital para entender el racismo de la modernidad capitalista:
«Las relaciones de discriminación y segregación atraviesan el conjunto de la formación social, y en el nivel más bajo de la jerarquía escalonada se encuentra el indígena» (Thomson en Rivera, 2010: 15). De igual manera según Rivera otros grupos étnicos como los afroecuatorianos están en la misma condición en la escala social e incluso en condiciones más extrema en las condiciones de participación económicas y políticas, los blancos o los que se denominan mestizos han emprendido su carrera de blanqueamiento, creen que puede despreciar y menospreciar a los no blancos o los de abajo (aquellos que están más alejados del modelo de blanquitud), considerarlos y tratarlos como no-iguales, como no-gentes. Si a todo esto le sumamos unos profesionales sin vocación y sin la respectiva formación eso hace propicio el fortalecimiento de los herrones en el sistema educativo, nos decían los abuelos zapateros a sus zapatos, la escuela es la que tiene que combatir los prejuicios raciales, es la que tiene que impulsar un nuevo modelo en la sociedad ecuatoriana, tiene que darle sentido a las relaciones interculturales, pero si en el interior de las escuelas contamos con profesionales que nada tienen que ver con la educación, estos son los resultados que tenemos.
La interculturalidad se puede definir como el proceso de comunicación e interacción entre las personas y grupos con identidades culturales específicas, donde no se permite que las ideas y acciones de una persona o grupo cultural estén por encima del otro, favoreciendo en todo momento el diálogo, si no contamos con docentes preparados y con una profunda vocación de educador es casi imposible hacer de la educación la esperanza del país, creando condiciones óptimas que hagan posible la circulación de los sentidos de todos los actuantes en la comunidad educativa. Desde la ética y los valores sociales, la identidad e interculturalidad se las promueve como el reconocimiento y respeto de la diversidad social, con acciones sobre la dignidad y derechos de las personas y colectivos sociales, para que éstos se constituyan en factores sustanciales de sociedades integradas en la diversidad, para lograr eso necesitamos escuelas integradoras que sean capaces de romper con la colonialidad, pero con profesionales que cumplen esa función porque no tenían más, hay que trabajar como profesor aunque sea. La educación solo es posible con un profundo compromiso donde los hacedores de las políticas educativas entiendan que la educación en todos los niveles deben estar dirigidos por educadores comprometido que nacieron con esa vocación, es que un albañil nunca podrá suplantar a un ingeniero o arquitecto, un enfermero o curandero no puede ocupar el puesto de un médico, ni un tinterillo tampoco puede suplantar a un abogado, entonces por que cualquier profesional suplanta a un educador. ¿Qué nos está pasando?
Zapatero a su zapato.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.