El domingo 7 de febrero de 2021, las ecuatorianas y los ecuatorianos están convocados a las urnas para escoger a su próximo presidente, en una de los comicios más esperados de los últimos años en América Latina y el Caribe.
Candidato por la coalición Unión por la Esperanza (UNES), Andrés Arauz encarna los anhelos de todos quienes trabajan para el retorno de la Revolución ciudadana, antes conducida por Rafael Correa.
De paso en Bolivia, donde asistió para la toma de posesión del nuevo gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), generosamente nos cedió parte de su tiempo para hacer un balance de la coyuntura ecuatoriana y los desafíos que se avecinan.
¿Quién es Andrés Arauz?
Andrés Arauz es un hijo de la Revolución ciudadana, quien fue formado en la praxis del ejercicio de gobierno y que tiene claridad histórica y entendimiento sobre nuestro proyecto constitucional del Buen Vivir, alejado de la lucha y la militancia en el sentido popular, pero totalmente entregado a la causa. Ese es Andrés Arauz.
¿Cómo alejado de la lucha popular?
Nunca estuve en espacios de militancia estudiantil o callejera o grupos de izquierda en la universidad o en la secundaria, más bien mi formación ha sido ideológica y en el servicio público.
¿Qué estudiaste?
Estudié las licenciaturas de Economía y Matemáticas; una Maestría en Economía del Desarrollo; y mi Doctorado en Economía Financiera que estoy por acabar.
Qué difíciles temas, parece que es el tiempo de los economistas, Luis Arce, tú…
Es una de las razones por las cuales entiendo que estoy ahora acá como candidato.
¿Cómo llega un joven como tú a ser candidato a la presidencia por la Unión por la UNES?
Esa es la pregunta que me hago yo (risas). Estoy ahí por mi coherencia y mis aportes en términos de lo que es poder gobernar adecuadamente en beneficio de nuestro pueblo.
¿Cuáles son los puntos más relevantes del Programa de Gobierno de UNES?
Nuestra prioridad en el cortísimo plazo es recuperarnos de la situación económica devastadora. Luego de aquello, resolver la crisis sanitaria en el marco de una estrategia global lo más rápidamente posible. Finalmente, retomar el proyecto del Buen Vivir, el despliegue del Estado al servicio de la ciudadanía. Eso en el Programa de Gobierno.
En el programa más amplio, que creo que es el más relevante y político, planteamos dotar de poder popular a nuestro proyecto político, que es su principal carencia.
¿Cómo se consigue eso?
Primero, tenemos que lograr alianzas programáticas, en esta época de campaña, con sectores sociales organizados fuertes en el Ecuador, que incluyan a buena parte del movimiento indígena, transportistas, entre otros, que son indispensables para la viabilidad de la victoria y para sostener al gobierno en caso de triunfar; que podamos posicionarnos, que no ocurra lo que en 2019.
Segundo, el poder popular como objetivo de Estado, tratando de buscar experiencias similares en América Latina, volver a adoptar la organización social a partir de, para empezar, los programas de políticas públicas, empoderándolas.
Si no está la Organización de Estados Americanos (OEA) te van a asegurar el traspaso del mando, pero ¿estarán invitados?
Claro, la OEA va a estar ahí definitivamente, aunque hemos estado haciendo un fuerte trabajo para que por lo menos estén otros también.
En ese sentido, la experiencia de Bolivia te servirá mucho porque la OEA formó parte del golpe de 2019, debiendo admitir los resultados de este año.
Claro que sí, ya sabemos de qué pata cojea la OEA, es decir, ha revelado sus debilidades de manera muy evidente y habiendo yo estado directamente involucrado en la auditoria de la OEA.
¿Cómo estuviste involucrado?
Estuve trabajando con el Center for Economic and Policy Research (CEPR) de Washington en el análisis del informe de la OEA y junto con varios compañeros completamos el análisis en cada párrafo de ese documento, desmintiendo cada punto que estaba planteado allí. Yo me encargué sobre todo de la parte informática, y logramos demostrar que no hubo manipulación de los resultados en ningún momento.
¿Cómo evalúas la administración de Moreno en lo económico, lo político, lo social y lo sanitario?
Moreno es el ejemplo perfecto de la destrucción del Estado y de la cohesión social, su política ha sido básicamente entregarse a los intereses de las élites empresariales, fundamentalmente financieras. Lo que para muchos puede parecer mediocridad, ineptitud o torpeza, realmente es un plan muy medido para destruir las capacidades estatales.
¿Destruir el Estado?
Destruir el Estado por dentro y alterar las relaciones de poder al interior de la sociedad de forma expresa.
¿Ha logrado su objetivo? ¿Cuáles son las mayores resistencias que ha conseguido Moreno?
Sí, ha logrado el objetivo porque apuntó a los elementos esenciales, la planificación, la inversión, la destrucción del servicio público, la falta de políticas públicas para atender temas esenciales, desde el cuidado de la vida hasta el riego, el abastecimiento de medicamentos en el país, entre otros. Entonces ha habido un esfuerzo exitoso de generar nuevas dependencias del Estado para con el capital financiero.
Las resistencias que ha tenido surgen principalmente el año pasado, en octubre, y de cierto capital productivo ecuatoriano que ha mitigado la intentona de desbaratar todo, porque obviamente se benefician también de la existencia de un Estado que cumple funciones.
¿Cómo llega alguien como Moreno a ser candidato del correísmo, tomando en cuenta el viraje que tuvo hacia la derecha apenas tomó posesión de su cargo?
Esa es la pregunta clave, que quizás solo él sabe la respuesta. Pero fue vicepresidente durante seis años de Rafael Correa y tuvo siempre un altísimo nivel de no objeción por parte de las élites, de los sectores medios, que hacían que él fuera un candidato viable en términos de la dinámica del marketing político electoral, no obstante logra ser el candidato del correísmo sin haber pasado por los filtros necesarios en materia ideológica –creo yo–, y sin que esté garantizado en otras dimensiones la existencia de un movimiento político fuerte que sea capaz de mantener el rumbo, de una Asamblea fuerte que sea capaz de mantener el rumbo, de una organización social y poder popular fuerte que sean capaces de mantener el rumbo.
¿Cómo se hace campaña en plena pandemia?
Es un reto importante porque mientras sientes la necesidad de que el pueblo busca la cercanía por el abandono que ha tenido, a la vez sabes que cada momento de cercanía es también un riesgo; pero no debemos confundir la necesidad de distanciamiento físico con la ruptura de la cohesión social.
¿La pandemia ha afectado la organización social, la cohesión, la capacidad de movilización en Ecuador?
Absolutamente, la pandemia rompió una ola de movilización y resistencia que se estaba gestando en el pueblo ecuatoriano y que fue desactivada.
Del mismo modo, apenas inició la pandemia el pueblo ecuatoriano fue humillado con leyes antitrabajadores, antifamilias ecuatorianas.
¿Por qué debería el pueblo ecuatoriano, las muchachas y los muchachos, votar por la UNES?
Porque es la única oportunidad de recuperar la dignidad para el pueblo ecuatoriano; obviamente, nosotros no vamos a resolver todos los problemas en lo inmediato, pero es la única opción que realmente devolverá la dignidad, lo otro es simplemente seguir en un saqueo que terminará destruyendo completamente nuestro país.
¿Hay una lucha antisistémica por parte tuya y de tu movimiento?
No diría antisistémica, sino contrahegemónica, porque nosotros tenemos una clara posición de transformar las relaciones de poder a nivel internacional, a nivel de nuestra relación con el capital financiero internacional, a nivel de las fuerzas hegemónicas de nuestro continente, pero ahorita más bien lo que necesitamos es arreglar el sistema, porque nosotros construimos el sistema del Buen Vivir y ese es el que queremos reconstituir, no planteamos la destrucción del sistema.
En la arena internacional, ¿cómo planteas que Ecuador se inserte nuevamente en el concierto de las naciones que promueven la integración regional cuando está inmersa ahora mismo en dos importantes bloques de la derecha?
Nosotros vamos a ser de los principales promotores de la integración regional por algunas razones históricas, pero igual por razones de sentido común. El Ecuador es un país geográficamente pequeño y necesita de la integración regional para relacionarse con otros bloques a nivel planetario; y por convicción, porque creemos en la identidad latinoamericana, en nuestras raíces, y vamos a impulsar esa integración. No nos interesa formar parte de instancias, formales o informales, que generen divisionismo o que desestructuren la unidad latinoamericana.
En tu reciente viaje a Bolivia, ¿qué es lo que más te ha llamado la atención?
La fuerza de la organización social, es realmente admirable la capacidad del pueblo boliviano de rearticularse en menos de un año, siendo víctimas de un golpe de Estado, de una represión brutal, una violación enorme de sus derechos, y cómo rápidamente el pueblo asumió su rol histórico, aplicó su consciencia histórica y se rearticuló de forma estratégica para retomar su proyecto.
¿Cuál es el papel de la mujer en tu proyecto?
Revolucionario.
¿Cuáles son tus lecturas y autores preferidos?
Bifo Berardi recientemente.
¿Qué género de literatura?
Ensayo.
¿Qué estás leyendo por estos días?
Filosofía, futurología.
¿A quién?
Justamente a Berardi.
Sobre el cine, ¿cuál fue la última película que viste?
Hace tiempo que no voy al cine, pero la ultimo que vi fue “Parásito”, la película coreana.
¿Cuál es tu música preferida?
Siempre he tenido dificultad con eso.
¿Por qué?
Como que tengo fases, pero voy a responder con rock folclórico.
¿Tocas algún instrumento?
Sí, el acordeón.
¿Has estado en alguna agrupación musical?
No, es un talento desde niño que tengo por ahí.
¿Qué interpretas más fácilmente?
Digamos que de todo, pero estoy tratando de aprender unos vallenatos últimamente.
¿Pintura?
No, dibujo.
¿Qué te cautiva del arte? ¿Cuál es la expresión que más te fascina?
Siempre me han encantado las esculturas.
¿Prácticas algún deporte?
Natación.
¿Cuál es tu hobby?
El turismo ecológico y comunitario.
¿Sobre eso tienes algún proyecto nacional?
Por supuesto, claro que sí. Vamos a desarrollar el turismo ecológico y comunitario como parte del currículo educativo para que los jóvenes puedan visitar su país.
¿Eso como proyecto de desarrollo integral de las comunidades?
Totalmente, vinculado al turismo interno como alternativa a la falta de flujo turístico en pandemia y además para recuperar la cohesión social del país en pandemia.
¿Qué va a pasar con la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur)?
Revivirá y será un pilar de nuestra historia, pero hay que hacer dos ajustes, uno de ellos es que no solo debe ser integración de gobiernos, sino integración entre los pueblos.
¿Estás casado?
Sí.
¿Tienes hijos?
Uno.
¿El papel de la primera dama en tu gobierno será igual que en el de Correa?
Sí, no tendremos primera dama o no la figura política de primera dama.
¿Hay algo más que tengas que decir o quieras que nosotros reflejemos? ¿Qué le pides a los pueblos y a la intelectualidad regional?
Que exijamos que nuestras revoluciones tengan profundas raíces populares.
Por ejemplo, en esta campaña ¿qué deberían hacer los intelectuales?
Es importantísimo tratar de resolver la pregunta de porqué se dio esa traición, porqué Lenín Moreno estuvo allí, y esa pregunta ayudará a responder muchas cosas de este momento histórico. Esa sería una tarea que hasta ahora no la he visto respondida bien.
Un segundo tema tendría que ver con el rol de las Fuerzas Armadas en esta restauración conservadora en la región, que la vivimos directamente en el Ecuador.
Tercero, los riesgos de la hegemonía cultural a través de los medios tecnológicos y las plataformas, que son monopolios imperiales.
Finalmente, sobre los pueblos y las organizaciones populares y sociales ¿qué deberían hacer para ayudarte a ganar la batalla?
Acercarse a las organizaciones ecuatorianas, potenciarlas, demandarles unidad, proyecto histórico y que se proyecten en tiempo y en espacio. Son muy débiles, demasiadas y muy sectarias.
Cris González: directora de Correo del Alba
Cortesía de https://correodelalba.org/