El 15 de noviembre de este año se cumplen 100 años de la masacre de trabajadores y pobladores de Guayaquil por orden del Presidente José Luis Tamayo (1920 – 1924). Es una fecha de triste recordación pero con un significado muy importante para la clase obrera ecuatoriana.
Sus antecedentes: Hay tres procesos históricos fundamentales para entender mejor el contexto social del 15 de Noviembre:
La  Revolución Liberal traicionada por los gobiernos liberales  “plutocráticos” que se sucedieron en el poder luego de la muerte de  Alfaro (Leonidas Plaza, Alfredo Baquerizo Moreno, José Luis Tamayo.  Gonzalo S. Córdova) que representaban los intereses de los grandes  exportadores de cacao y banqueros como  como Francisco Urbina Jado  gerente del poderoso Banco Comercial y Agrícola de la ciudad de  Guayaquil.La crisis económica que se comenzó a  sentir en 1916 y se agudizó desde el 1920 por la caída de los precios  del cacao a nivel internacional. Esta crisis se descargó en las espaldas  populares a través de la Ley moratoria y la devaluación del dólar (de 3  a 5 sucres por dólar), lo cual provocó un fuerte incremento de precios  en los productos de consumo popular.Auge del  movimiento social, especialmente desde la segunda década del siglo XX  (levantamientos indígenas en la Sierra y organización de sindicatos y  federaciones obreras en Guayaquil).
¿Qué pasó el 15 de noviembre de 1922?
Los  trabajadores del puerto, agobiados por salarios de miseria, extensas  jornadas de trabajo y la carestía de la vida, declararon una huelga  general el 7 de noviembre de 1922. Como antecedente estaba el ejemplo de  la huelga de los ferroviarios de Durán que tuvo resultados exitosos  para los trabajadores. En el transcurso de la semana varias  organizaciones y la población en general se fueron sumando a la  protesta, de manera que el 14 de noviembre la ciudad amaneció paralizada  y sin servicios básicos como el alumbrado eléctrico y el transporte  urbano. El 15 de Noviembre por la tarde una enorme movilización que se  dirigía a la gobernación para exigir la liberación de los trabajadores  apresados por participar en las movilizaciones de los días anteriores,  fue emboscada y acribillada por los fusiles y las ametralladoras del  ejército y la policía. Hasta la noche los cuerpos de cientos de hombres,  mujeres y niños eran arrojados a la ría con sus cuerpos atravesados por  las bayonetas para que no flotaran y otros fueron enterrados en fosas  comunes tras el cerro del Carmen, según numerosos testimonios.
Aunque  estos acontecimientos nadie ha negado subsisten aún muchas dudas e  incertidumbre sobre aspectos como el número real de los fallecidos  (¿fueron 10 como dijo el gobierno, menos de 100 según un registro de la  época, 1000 como afirma el Historiador Alfredo Pareja, más de 1000 como  dicen otros historiadores?). ¿Cuantas personas participaron en la marcha  multitudinaria del 15 de Noviembre? (Las versiones van desde los 5 mil a  los 30 mil) ¿Qué batallones y destacamentos militares y cuántos  soldados participaron en la represión? ¿Quiénes dirigieron la huelga y  las protestas?
Haciendo  una digresión, en 1923 ocurre otra grave represión contra los  trabajadores de la hacienda de Leito (Tungurahua) con un saldo de 100  muertos, hecho que a diferencia del 15 de Noviembre ha sido poco  investigado y difundido.Cabe destacar el papel  activo que tuvieron en la huelga de 1922 las compañeras integrantes del  grupo “La Aurora” que surgió el 1 de mayo de 1918 y que en 1919 creó su  propio órgano de propaganda: revista La Mujer Ecuatoriana. Este grupo  feminista integró la Federación de Trabajadores Regional Ecuatoriana y  lo conformaron escogedoras del cacao y café para las exportaciones. Sus  reivindicaciones laborales fueron principalmente el derecho a las  vacaciones por la lactancia y alza de sueldos y salarios para las  obreras y empleadas. En la huelga del 15 de noviembre realizaron  colectas para las familias de los huelguistas, prepararon banderas rojas  y participaron en las asambleas, enfrentando una gran represión por  parte del ejército. Actos muy simbólicos fueron los de América Delgado y  Tomasa Garcés, quienes junto a sus compañeros obligaron al maquinista a  parar el tren poniendo sus cuerpos sobre las rieles. Oswaldo Albornoz  Peralta calcula que de 200 a 300 mujeres fallecieron en la “hora  trágica” de 1922.
¿Cuáles fueron sus repercusiones?
Multiplicación  y fortalecimiento de organizaciones sindicales y sociales. Desarrollo  de una conciencia de lucha en las clases populares en una perspectiva de  cambio y transformación social, influenciada por el proceso de la  Revolución Rusa de 1917.Formación del Partido  Socialista en 1926 y el Partido Comunista en 1931 que promueven la  organización sindical, las luchas y movilizaciones de los trabajadores y  los grupos oprimidos por el imperialismo y el gran capital.Revolución  Juliana (1925) protagonizada por oficiales del ejército de baja  graduación que desembocó en reformas y nuevas instituciones económicas y  sociales como el Banco Central, la Caja del Seguro y leyes progresivas  como el Código del Trabajo, expedido en 1938, durante el gobierno del  Gral. Alberto   Enriquez Gallo.
¿Qué nos enseñó el 15 de noviembre?
Recuperar  y mantener la memoria histórica del 15 de Noviembre de 1922 y en  general de las luchas contra la opresión económica, política y cultural.  Proponer una reparación histórica integral (educación, cultura, cambiar  nombres de las calles).Promover el ejemplo de  lucha y movilización de masas como ocurrió en Noviembre de 1922 (el la  última lucha en Octubre de 2019). Los estallidos sociales son  inevitables mientras exista una situación de pobreza, desempleo,  explotación y opresión de la burguesía sobre el proletariado y las  clases populares, pero es necesario canalizarlos en base a los intereses  populares (independencia de clase).- Promover  formas de organización de acuerdo a las necesidades de la lucha de  clases en cada época histórica, tales como sindicatos, asociaciones,  asambleas barriales y populares, buscando el   desarrollo y la  conformación del poder popular.Necesidad de  construir partidos políticos revolucionarios que orienten la lucha  espontánea de las masas hacia la toma del poder por el proletariado y  las clases populares para poner fin al capitalismo y construir una nueva  sociedad bajo los principios de la igualdad, la libertad y la  democracia real.
Romel Sacta y Miguel Merino son militantes de la Articulación Revolucionaria de Trabajadores de Ecuador.
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