Una primera evaluación de las elecciones del 5 de febrero.
Los resultados electorales del pasado 5 de febrero muestran un escenario bastante particular. Es la primera vez, al menos desde el retorno a la democracia, que los partidos de la vieja partidocracia, sobre todo de la derecha, quedan ubicados en las últimas posiciones; y por otra parte, el gobierno de turno pierde drásticamente tanto en autoridades electas como en la consulta popular. Los grandes triunfadores serían la Revolución Ciudadana y el Movimiento Pachakutik.
Con los resultados obtenidos Pachakutik se colocaría como segunda fuerza política del país, con 6 prefecturas y 26 alcaldías, de las cuales se consiguen 18 sin alianzas, superando en este punto a la Revolución Ciudadana. A esto habrá que sumar las concejalías y presidencias de juntas parroquiales que se habrían logrado y sobre las que restaría oficiar los datos definitivos. Pero ¿cuál es la dimensión del triunfo de Pachakutik?
No hay una única respuesta, pero, en términos generales, gran parte de su triunfo se produce en las provincias de la Sierra Centro y la Amazonía. La sorpresa está en la obtención de las alcaldías en Naranjito, Playas y Jipijapa, esto indicaría que el movimiento del arcoíris por fin está abriéndose espacios en la costa ecuatoriana, algo que desde su surgimiento le resultó esquivo.
Quizás uno de los logros más significativos sea la votación conseguida en la provincia de Pichincha con su candidato a la prefectura, Guillermo Churuchumbi, que logra recoger 380.859 votos, quedando apenas a 2.4% de diferencia de la candidata ganadora. En Quito obtiene 305.829 votos, de los cuales 100.887 vienen de las parroquias rurales. En los distritos urbanos su votación es más o menos pareja: en el sur 79.385, en el centro 65.816 y en el norte 59.741. En el desarrollo electoral del Movimiento este es un hito importante, recordemos que, en la anterior elección de prefecturas, 2019, apenas obtuvo 33.791 votos. En términos de porcentaje, en las elecciones seccionales del 2019, para la Prefectura, Pachakutik apenas obtuvo el 2.4%, mientras que, en las elecciones del 2023 para el mismo cargo, crece al 25.56%, más de diez veces en porcentaje. Esta buena votación obtenida en Pichincha, la segunda provincia más poblada del país y centro político nacional, es significativa, por lo cual es menester realizar un primer análisis.
En primera instancia, la votación sube de manera constante aun cuando no se llega a ocupar los primeros lugares. Salvo en dos cantones, la diferencia con la candidata de la Revolución Ciudadana no supera el 5%. Pachakutik gana en Cayambe, Mejía, Pedro Moncayo, Rumiñahui y San Miguel de los Bancos. (Tabla 1). En el distrito rural de Quito, en las parroquias de Amaguaña, Calacalí, Checa, Guangopolo, Guayllabamba, Llano Chico, Lloa, Nayon, Quinche, San José de Minas, Yaruqui y Zambiza. Dentro de la ciudad capital, Guillermo Churuchumbi gana en varias e importantes parroquias urbanas como Chilibulo, La Libertad, Belisario Quevedo. En San Juan logra un empate con el primer puesto. Como ya indicamos, donde no logra ganar se mantiene en un segundo puesto, sin alejarse mucho del primero, salvo en tres parroquias del norte de Quito y una en lo rural. Como se puede ver, el apoyo electoral no se restringe a un ámbito territorial, se extiende a nivel provincial.
En segundo lugar, si bien la base electoral territorial de Pachakutik está en lo rural, tanto a nivel de cantones de Pichincha como dentro del Distrito Metropolitano, se puede notar una importante presencia en zonas urbanas, sobre todo en el sur y centro de la capital. `
Un tercer elemento es que los resultados electorales del pasado 5 de febrero representan para Pachakutik un salto tanto cualitativo como cuantitativo ya que hay un alto crecimiento electoral y entradas en nuevos espacios territoriales y sociales. Si comparamos estos resultados con los de las dos elecciones pasadas podemos destacar dos elementos: 1) un crecimiento electoral constante y 2) que este crecimiento se da en territorios donde cuenta con bases organizativas, y que ahora también obtuvo apoyo de sectores sociales no organizados o de espacios organizados de las que antes del 5 de febrero no los tenía.
Como podemos ver en el Gráfico 1, en el caso de las Parroquias Rurales de Quito, Pachakutik en las últimas tres elecciones tiene una lógica: su crecimiento sostenido es en los espacios territoriales donde viene haciendo presencia desde sus inicios y un avance hacia otros no acostumbrados, este salto es más notorio en las elecciones generales del 2021, pero es mucho más fuerte el 5 de febrero; siendo esto así, el candidato presidencial del 2021 obtuvo en Pichincha 282.206 votos, mientras que Churuchumbi obtuvo 380.859 votos. Este fenómeno lo podemos ver también desagregándolo por cantones.
Salvo excepciones específicas, que se deben analizar caso por caso, la lógica del desarrollo del Movimiento Pachakutik mantiene esas tres constantes: 1) un crecimiento electoral permanente, 2) un asiento territorial desde donde se proyecta, que va desde lo rural hacia lo urbano y 3) la base organizativa como pie de su impulso electoral. El crecimiento electoral en lo urbano también guarda esta lógica general, por lo menos desde las elecciones generales de 2017, donde el candidato a asambleísta nacional de Pachakutik recuperó en buena medida la votación que venía manteniendo en Quito hasta 2006 y que había perdido drásticamente hasta el 2014 aproximadamente.
Hay un factor que contradice esta lógica general del movimiento, al menos en principio, y es la derrota a nivel de alcaldía en Cayambe. Pero si miramos el desarrollo electoral cantonal desde 2014 podremos notar que las tres constantes señaladas están presentes también en este cantón, es más, la tierra de Dolores Cacuango venía siendo la punta de lanza de su apuesta electoral. Eso podemos corroborar por la votación para prefecto obtenida por Churuchumbi, quien obtiene 25.894 votos, mientras que, el ahora alcalde electo obtuvo 20.318. Entonces, ¿cómo se entiende la derrota de Pachakutik en Cayambe este 5 de febrero? Esa derrota podría corresponder a elementos enteramente coyunturales, tales como errores de estrategia en la definición y manejo de la propuesta electoral y la selección de sus candidatos, particularmente para la alcaldía.
Un último elemento que es necesario anotar es la votación obtenida por Churuchumbi en comparación con la de su fórmula electoral para la alcaldía de Quito. En términos generales la votación de ambos es bastante pareja con leve ventaja del candidato a la alcaldía. Pero en algunas parroquias tanto rurales como urbanas el candidato a prefecto obtiene un mayor número de votos que su coideario. ¿Esto indicaría que la alianza fue desatinada? Por lo dicho en este mismo párrafo se puede decir que no, pero es evidente que tampoco resultó ser un aporte estratégico, por lo que las razones de la pérdida de la prefectura pueden explicarse nuevamente por elementos coyunturales, tanto interno como externo, al que hay que sumar componentes del contexto nacional.
Conclusiones muy provisionales.
- Pachakutik tiene firmes elementos para consolidarse como la segunda fuerza político electoral del país, sus fuertes asientos territoriales, principalmente en lo rural, debe ser la base para su proyección urbana y nacional. El fenómeno electoral de Pichincha da cuenta de esa dinámica.
- Este avance se ve frenado con derrotas en varias provincias estratégicas, como también se refleja en determinados territorios dentro de Pichincha. Muchas de esas derrotas son de carácter coyuntural (de los temas estructurales y estratégicos nos ocuparemos en una siguiente entrega), sin que esto quiera decir que tengan poca importancia, más bien, todo lo contario.
- El crecimiento sostenido de Pachakutik en el caso de Pichincha, significó un enorme salto cualitativo, pero el límite de este crecimiento debe ser analizado en el contexto general de la política nacional, sobre todo a la luz del crecimiento electoral de la Revolución Ciudadana (del cual también nos ocuparemos más adelante), y del crecimiento del voto nulo, cuyo notorio crecimiento en estas elecciones debe poner en alerta a los partidos y movimientos políticos.
- A nivel nacional, la representación de las mujeres sigue siendo un reto enorme no solo dentro de Pachakutik: de las 221 alcaldías que existen, apenas 33 estarán ocupadas por mujeres.
- Desde la perspectiva del contexto más amplio ese crecimiento sostenido y salto cualitativo relativo, puede, a mediano y largo plazo, resultar un espejismo si Pachakutik y la CONAIE insisten en la dispersión política y no buscan la unidad en base a consensos tácticos y estratégicos, sobre todo con un acercamiento más proactivo con otros sectores organizados y la ciudadanía en general, sobre todo las del campo popular.