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Entrevista a Antonio Rodríguez Jiménez, poeta, editor, docente-investigador y filólogo español

«Abomino de los nacionalismos y patriotismos, así como del concepto de extranjería»

Fuentes: Rebelión

Antonio Rodríguez Jiménez, nacido en Albacete en 1978, es un reconocido autor de poesía con una amplia trayectoria literaria. Entre sus obras se destacan El camino de vuelta (2012), Insomnio (2013, 2015), Las hojas imprevistas (2014), Los signos del derrumbe (2014), Estado líquido (2017), Nuestro sitio en el mundo (2020) y Bailando en la azotea (2023). Ha sido galardonado con varios premios importantes como el «Antonio Machado en Baeza», «Arcipreste de Hita», «Antonio Gala», «Antonio González de Lama» y «Tiflos».

Rodríguez Jiménez es licenciado en Filología Hispánica y tiene un máster en Edición por la Universidad de Salamanca. Actualmente, se desempeña como profesor de Lengua castellana y Literatura en un instituto de educación secundaria en su ciudad. Sus poemas han sido traducidos al inglés y han sido publicados en revistas de Estados Unidos como Osiris Poetry, Asheville Poetry Review, Connecticut River Review y Cimarron.

En el ámbito teatral, Antonio ha estrenado la obra La entrevista en 2018. Además, en Estados Unidos ha publicado Signs of Collapse, la versión en inglés de Los signos del derrumbe, traducida por Jorge Rodríguez-Miralles y publicada por Clare Songbirds Publishing House en Nueva York. Antonio ha contestado todas nuestras preguntas. Todas sus respuestas son para ser compartidas con todos vosotros.

– Wilkins Román Samot (WRS, en adelante) – Hace poco publicasteis Bailando en la azotea (2023). ¿De qué trata o tratas en este poemario y cómo recorres entre la literatura y la realidad o no ficción? ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajarle?

Antonio Rodríguez Jiménez (ARJ, en adelante) – Es un poemario que aborda el concepto de la invisibilidad. Está estructurado en tres secciones: “Los invisibles”, que habla sobre aquellos en los que nadie repara, los olvidados de la sociedad; otra sección con el mismo título del libro, “Bailando en la azotea”, acerca la invisibilidad del poeta, que aparece como alguien bailando solo, inútilmente en una azotea donde nadie repara en él o la metaficción; y, finalmente, una tercera sección, “No todavía”, que se centra en la intimidad familiar, el ámbito donde nos reconocemos y refugiamos gracias al amor.

– WRS –¿Qué relación tiene Bailando en la azotea con vuestro trabajo creativo-investigativo anterior y hoy?

ARJ – Es el último libro y uno siempre se reconoce más en él, por ser el más reciente. Por otro lado, hay una continuidad en la temática, se prolongan los motivos que me han interesado siempre: la sinrazón humana que esparce sufrimiento, el papel de la poesía (metaficción o metapoesía) y la salvación a través del amor en un sentido amplio (fraternal, paternofilial, de pareja, etc.)

– WRS – Si compara su crecimiento y madurez como persona, filólogo, poeta y escritor, ¿qué diferencias observa en su trabajo creativo-investigativo o no inicial con el de hoy?

ARJ – Observo el peso de madurez. Me hallo en un momento de mayor serenidad, de mayor equilibrio. Creo que en ello ha podido influir el hecho de ser padre. Desde que mi primera hija vino al mundo, hace algo más de diez años, me siento en comunión con el mundo. Experimento el impulso de abordar proyectos creativos, pero desde una perspectiva que relativiza más, que aporta mayor calma.

– WRS – Antonio, ¿cómo visualiza su trabajo creativo-investigativo con el de su núcleo generacional de escritores con los que comparte o ha compartido en España y fuera?

ARJ – Aunque hay muchas propuestas poéticas, en el fondo la poesía es única. Por eso, no soy partidario de colocar etiquetas a la poesía. Hay diferentes formas de expresarse como hay diferentes formas de ser; pero todos somos, irremisiblemente, contemporáneos y, por tanto, seamos conscientes o no, es mucho más lo que nos une que lo que nos separa.

– WRS – ¿Cómo concibes la recepción a su trabajo creativo-investigativo dentro y fuera de España, y la de sus pares, bien sean escritores de poesía u otro género?

ARJ – La recepción en poesía es mínima. Mi reconocimiento ha venido siempre a través de diversos premios literarios; pero apenas percibo opiniones de los lectores debido a la escasísima difusión de este género. Es algo me gustaría que cambiase, sin duda, ya que al escritor le enriquecen y ayudan las opiniones de los lectores, pues para ellos escribe. La literatura, además, se completa con el proceso de recepción. El público lector, de alguna manera, también crea el libro.  

– WRS – Sé que vos es de Castilla-La Mancha, España. ¿Se considera un autor español o no? O, más bien, un autor de literatura, sea esta española o no. ¿Por qué? José Luis González se sentía ser un universitario mexicano. ¿Cómo se siente vos?

ARJ – Abomino de los nacionalismos y patriotismos, así como del concepto de extranjería. Creo que el ser humano no es extranjero en ningún lugar del mundo y hablo de ello en poema de este último libro, precisamente, el titulado “Odisea 2.0”. Con todo y con ello, pienso que en nuestra forma de ser y en nuestra manera de interpretar la realidad influye inevitablemente el lugar en el que hemos crecido y la lengua con la que nombramos el mundo. Mi ciudad, Albacete, está situada en la comarca de La Mancha, una extensa llanura sobre la meseta más alta de Europa. El paisaje y la Historia, de alguna manera marcan.

Me considero, ante todo, habitante de una lengua; y, también, como dice el poeta cordobés Pablo García Casado, soy “español sin estridencias”. Siento una especial afinidad, una relación de pertenencia mutua, con cualquier persona de Hispanoamérica, con los que puedo compartir a Borges, a Rafael Cadenas, a Rosario Castellanos o a Lorca, entre otros muchos; pero intuyo que detrás de todo ello hay algo que se llama España y a lo que es difícil renunciar. Ni siquiera nosotros -sobre todo nosotros- sabemos muy bien que sea ese algo, si un país, una nación de naciones, un Estado fallido, un lugar, una lengua, un pueblo o una amalgama de todo ello y de nada… Su historia es la historia del contraste, una sucesión de luces y de sombras que duelen demasiado.

En el poema “Las líneas truncadas” intento hablar de ello, aunque es muy complejo: Me emociona hablar la misma lengua que hablan 500 millones de personas en tres continentes, desde Galicia hasta la Tierra de Fuego pasando por el Caribe y por el golfo de Guinea, o que la primera universidad de toda América fuera la de México, siguiendo la pauta de la de Salamanca; pero me abochorna una política colonial nefasta desarrollada durante varios siglos; es maravilloso pensar en que pequeñas comunidades judías diseminadas por todo el mundo conservan la lengua ladina y sefardí del siglo XV; pero abochorna pensar que se les expulsara vilmente de su hogar y que se quebrara de un solo golpe aquella fructífera convivencia de las tres culturas. El mismo suelo que vio nacer a Federico García Lorca alumbró también a sus asesinos; y así podríamos seguir de manera prolija…

– WRS – ¿Cómo integra su identidad étnica y de género y su ideología política con o en su trabajo creativo-investigativo?

ARJ – Creo que todo arte encierra una intención política, en el sentido amplio de la palabra, entendida, pues, como todo lo referente a la polis, a la comunidad. Incluso la ausencia de compromiso es una forma de compromiso; en este caso, con el individualismo y no con lo colectivo. En mi poesía siempre tienen cabida mis ideas. No porque conciba el arte como un servicio a la sociedad, sino porque me resulta imposible prescindir de ellas cuando creo. Jorge Luis Borges decía que no se debe escribir de algo que no te obsesione.

– WRS – ¿Cómo se integra su trabajo creativo-investigativo a su experiencia de vida? ¿Cómo integra esas experiencias de vida en su propio quehacer de escritor hoy?

ARJ – La vida te nutre de experiencias, de sensaciones que merecen ser reflejadas en el arte. La ficción no tiene por qué imitar a la vida, pero sí surge de ella.

– WRS – ¿Qué diferencia observas, al transcurrir del tiempo, con la recepción del público a su trabajo creativo-investigativo y a la temática del mismo? ¿Cómo ha variado?

ARJ – Hay pocas diferencias en cuanto a la temática, ya que los temas importantes son siempre los ismos. En la forma sí. Quizá en los últimos años es más depurada, más sencilla.

– WRS – ¿Qué otros proyectos creativo-investigativos tienes recientes y pendientes?

ARJ – Actualmente, estoy inmerso en el estreno de mi segunda obra de teatro, El camino de los elefantes, que también verá la luz en forma de libro a finales del mes de abril de 2024.

Wilkins Román Samot, Doctor de la Universidad de Salamanca, donde realizó estudios avanzados en Antropología Social y Derecho Constitucional.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.