El presidente electo Nicolás Maduro inicia su periodo de gestión gubernamental el próximo 10 de enero 2025, luego de su juramentación; igual lo hará el presidente electo, Donald Trump, el 20 de enero del 2025. Al respecto, se han tejido una serie de hipótesis y especulaciones acerca de cuál sería la relación de Trump con Venezuela.
En tal sentido, las especulaciones van desde una posible invasión a Venezuela, hasta una relajación o cese del bloqueo al país suramericano.
Partamos de dos premisas fundamentales, que son signos, en la política de Trump:
- El discurso beligerante que usó Trump en su campaña electoral, ahora se extenderá, nuevamente, contra los países que siguen una línea progresista y/o socialista, como Cuba y Venezuela, en nuestra región. Es decir, el triunfo de Trump tiene el interés imperialista de intentar retomar posiciones de poder perdidas hace tiempo, y más con Biden en el poder.
- Las operaciones económicas en la región de América Latina, entre China y Estados Unidos, regresarán con mayor fuerza y generarán aranceles, impuestos y bloqueos mayores, como los existentes contra Cuba y Venezuela, en medio de un discurso racista contra los inmigrantes y anticomunista en el plano político.
Teniendo de fondo, estas dos señales, el proceso electoral en EEUU recién concluido devela algunos otros elementos:
- Primero, dejemos claro como esperanza, lo que señala el escritor Luis Brito García, «lo que los políticos prometen no es lo que necesariamente hacen«.
- Los objetivos de Trump para consolidar su hegemonía y poder cumplir algunos de sus postulados en campaña, podrían incluir, una política de cese del bloqueo para «asegurar el petróleo venezolano«.
- Pero, como señala Nicolás Maduro, en este «un nuevo comienzo» busquemos una relación ganar-ganar, entre Caracas y Washington. No obstante, no está claro cuál será la posición del gobierno de Trump, ahora en relación con Venezuela, país que puede satisfacer las necesidades energéticas de EEUU, especialmente en un contexto adverso por las guerras en Ucrania y Oriente Medio.
- Agregando que, si en el pasado el estadounidense ya tildó al venezolano de “dictador”, falta ver cómo estará percibiendo Trump a Maduro, luego de las elecciones del 28 de julio, en las que el líder chavista fue proclamado vencedor por el Consejo Nacional Electoral CNE, un resultado señalado como fraudulento por la oposición mayoritaria y no reconocido por EEUU.
- ¿Qué haría Trump en su nueva gestión política en EEUU? En realidad, durante su campaña electoral y aún recientemente, poco ha dicho sobre Maduro; se refirió en algún momento, sin base, al vaciamiento de cárceles en el país, para que supuestos criminales lleguen a Estados Unidos. Por lo que, en realidad, según Juan Gabriel Tokatlian, de la Universidad Torcuato di Tella, Argentina, la relación futura de la Casa Blanca con Maduro, dependerá de la retórica del gobierno de Caracas y de los mayores o menores vínculos que mantenga con China y Rusia.
- Por otro lado, recordemos que en el primer mandato de Trump, este amenazó con intervenir militarmente en Venezuela, y apoyó a Juan Guaidó, y según el profesor de la Universidad de Berlín Günther Maihold, Trump viene esta vez con una lección aprendida: «Tratar de armar un contragobierno ya se ha demostrado que es ineficiente«.
- Otras aducen, como Carolina Jiménez, presidenta de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos WOLA que, «Aunque Trump mantenga una retórica antisocialista, en la práctica, pienso que vamos a ver más apoyos del Gobierno de Trump al gobierno de Maduro, de lo que algunos venezolanos creen«. A su vez, señala, que los ex asesores de su primera administración han revelado la secreta admiración que Trump profesa por Maduro, a quien tiene por un hombre fuerte por resistir ante la presión internacional, e indica la experta que para Trump los temas energéticos son importantes, por lo que: «Hay un lobby petrolero muy fuerte que no le es ajeno a Trump. Este tipo de lobys están interesados en ganancias de negocios, no en Estado de derecho y democracia”.
Ahora, según la larga lista de promesas de campaña hechas recientemente por Donald Trump, y que es parte de su plan de gobierno para EEUU 2024-2028, parecen haber dos referencias a Venezuela.
Se indica, por un lado, que, se cerrarán de inmediato todas las fronteras, e iniciará un proceso de deportación de ilegales, la más grande de la historia de los EEUU. Solo se permitirá una inmigración legal y ordenada, se actualizarán los requisitos de ingreso según la nacionalidad del solicitante. Esto quizás se referirá a la inmigración de venezolanos/as a EEUU.
Por otro lado, se presionará, mediante drásticas sanciones a las dictaduras en el continente (Cuba, Nicaragua, Venezuela).
No obstante, según el analista Fiódor Lukiánov, la futura política de Trump habla de «acuerdos los que generalmente entiende en términos simplistas«. Al mismo tiempo, el analista cree que «el propio Trump no ha cambiado: los instintos y las reacciones espontáneas prevalecen sobre la coherencia y la resistencia«.
¿Qué resultará de esto? Finalmente, señala Lukiànov, las intenciones de Trump y de su equipo coinciden, en la intención de dar un giro hacia los intereses mercantiles estrictos de EEUU y alejarse de la ideologización, lo que corresponde a la dirección general del mundo. «Esto no convierte a EEUU en un socio conveniente, y mucho menos agradable, para otros países, pero sí da esperanzas de un enfoque más racional«.
De todas formas, esperemos a que los acontecimientos se desarrollen. Pero, de última hora se conoce que la administración Trump, designó a Thomas Homan como su «hombre fuerte» para desarrollar su prometida y estricta política migratoria, quien estará al frente de las políticas migratorias y de seguridad fronteriza en el gobierno del presidente electo de EEUU. Trump anunció que Homan, ex policía en Nueva York y exdirector interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos, será su «zar de la frontera» desde que asuma el cargo el próximo 20 de enero. «Tom Homan estará a cargo de todas las deportaciones de extranjeros ilegales a su país de origen«, afirmó el presidente electo.
Por su parte, Homan ha señalado que, los gobernadores demócratas que no estén dispuestos a apoyar las políticas migratorias de Trump, que «se quiten del camino, porque la ICE va a hacer su trabajo«. Afirmó que no teme a las críticas ante los planes de deportación masiva de inmigrantes irregulares.
«Francamente, no me importa lo que la gente piense de mí, especialmente en la izquierda«. «Eso es algo de lo que nos vamos a ocupar. No me van a callar. No van a hacer que desaparezca. Esta es la mayor vulnerabilidad para la seguridad nacional que ha visto esta nación desde el 11-S. Tenemos que solucionarlo«.
Como dice el refrán popular venezolano: ¡Si así es el camino cómo será la montaña!
En lo que se refiere a las palabras de Homan, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró que defenderá a la comunidad mexicana que vive en EEUU, frente a las políticas de la nueva administración.
«Vamos a buscar ponernos en contacto con el equipo de transición del presidente Trump, previo a que entre al Gobierno. Nosotros siempre vamos a defender a las y los mexicanos que están del otro lado de la frontera«, aseguró la mandataria en conferencia de prensa.
Concluimos, echándole más leña al horno, citando palabras del escritor Atilio Boron:
«Pero creo muy poco probable que Trump decida aplicar la “carta militar” contra Cuba o Venezuela, porque tal medida podría re-editar el fiasco sufrido en Afganistán o en Vietnam y, además, tendría gravísimas resonancias en todo el sistema internacional, porque indirectamente afectaría a China y, en menor medida, a Rusia e Irán. Lo más probable es que Trump endurezca aún más el bloqueo a Cuba y aumente la parafernalia de medidas coercitivas unilaterales
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