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Debate presidencial: aprendices de Milei y Bukele

Fuentes: Rebelión

El debate presidencial del 19 de enero, en lo esencial se caracterizó por un concurso de ofertas unas más demagógicas que otras, quien es más seguidor del ultraneoliberalismo de Milei y del terror de Bukele. En esa línea, algunos candidatos como Cucalón, Tillería, Tabacchi, Kronfle, Noboa y Andrea Gonzales, compitieron por mostrarse quien es más seguidor de las políticas de Javier Milei, ofreciendo en más o menos hacer pedazos a las empresas públicas, comenzando por desaparecer a Petroecuador, privatizar los sectores estratégicos y los servicios públicos, desarrollo agresivo de los agronegocios, agroexportación y agricultura 4.0 y acelerar la minería metálica. Una suerte de delirio por entregar el patrimonio público de todos los ecuatorianos a privados.

Otra competencia se dio entre algunos candidatos por mostrarse quien es el más seguidor de las políticas de Nayib Bukele, particularmente quien es más autoritario, quien va a construir más cárceles y cementerios para los delincuentes y el más decidido para dar la orden de matar a los presuntos delincuentes y eliminar la Constitución del 2008 por tener más derechos y garantías que supuestamente favorecen a los delincuentes. Una suerte de delirio por mostrarse quien es más desalmado.

En otra tanda de candidatos, algunos de ellos ex correistas arrepentidos se mostraron más o menos reformistas, con un criterio social para gestionar el Estado, otros fueron fieles a su ideología como el profesor Jorge Escala y el dirigente indígena Leonidas Iza, en tanto que Luisa González estuvo descolorida tratando de tomar distancia de Correa y mostrarse cercana a los grandes empresarios privados, que no es ninguna contradicción porque cuando fueron gobierno favorecieron la acumulación de elites y algunos se convirtieron en nuevos ricos.

También algunos candidatos coincidieron en atacar a la Constitución del 2008 mezclando la eliminación del CPCCS y el Consejo de la Judicatura, con la eliminación de derechos y garantías ciudadanas, escondiendo la restricción o eliminación de los derechos de la naturaleza, el agua, el ambiente y la soberanía alimentaria. En el debate existieron una cantidad de ofertas sin sustento de financiamiento y existió una enorme irresponsabilidad, omisión y debilidad en el análisis y propuestas para las grandes mayorías de los ecuatorianos trabajadores, artesanos, indígenas, campesinos, pequeños y medianos productores, así como existió debilidad en la defensa de los derechos humanos, derechos de la naturaleza y existió un vacío para defender los derechos de la niñez, los adolescentes, mujeres y personas con capacidades diferentes.

Ningún candidato se refirió a su proyecto de democracia y en general el sistema político de la sociedad y particularmente el régimen de partidos y movimientos políticos, pero una gran mayoría de candidatos apeló a que con la inteligencia artificial se solucionarían gran parte de los problemas nacionales.

Del debate no queda esperanza para el país. Más de lo mismo y quizás peor.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.